Trillo, ese hombre

Federico Trillo es uno de los políticos más inquietantes que nunca conocí. Y también inteligentes y preparados intelectualmente lo cual tampoco quiere decir nada más allá de que es personaje leído.

Ahora le han cesado como embajador en Londres donde ha llevado una buena vida. Al fin y al cabo sabía que era una compensación 'marianista' por algunos encargos llevados a cabo durante los siete año que duró la travesía por el desierto entre el 2004 y el año 2011. En Londres tampoco se desgañitó en exceso o se le dobló la espalda de tanto esfuerzo.

Trillo siempre temió como un huracán el tema del YAK-42 que se ha sustanciado ahora con un dictamen del Consejo de Estado que, por lo demás, no va a parte alguna. A Federico se le cesa porque había que cesarlo pero en modo alguno por el tema del avión militar caído con nuestros uniformados cuando era titular de Defensa en la época de José María Aznar. Desde Londres ha seguido la política española con su habitual estilo conspirativo que tanto miedo daba a los de Rajoy. No se fiaban en modo alguno de él porque el experto en Shakespeare es un personaje de mucho cuidado. Recuerdo que cuando se iniciaba en Alianza Popular, y luego el Partido Popular, de Manuel Fraga tenía a Curry Valenzuela como asesora y la periodista le hacia unos informes tremebundos. Siempre negaron tal extremo pero doy fe de ello.

Rajoy lo cesa porque ahora mismo puede hacerlo. Ya no le debe ningún favor y con todo lo que rodea al expresidente del Congreso de los Diputados sabe que esta amortizado dentro del partido. Esa generación, salvo Rajoy, están todos para vestir santos.

Pero conociendo a Trillo estoy seguro que alguna otra mamandurria caerá. Vuelvo a insistir: Federico es un dirigente político, o lo que queda de él, casi tan inquietante como brillante, pero al que, como a otros, se les paso el arroz cartagenero.

En efecto, Mariano los va liquidando uno a uno. Y uno tras otro.