Palacio Real: 3.418 habitaciones al calor de la calle

He leído en este mismo diario digital que el rey Felipe VI quiere abrir despacho en el Palacio Real tal y como hizo su padre hace unos meses.

Tenía yo conocimiento del interés del Rey por 'sacar partido' al histórico y emblemático caserón sito en el corazón mismo del Madrid de los Austrias y, en efecto, su último mensaje de Navidad lo grabó en dichos salones. Por sus bajos huyó su bisabuelo Alfonso XIII cuando los españoles le dieron la espalda en aquel histórico 14 de abril de 1931 cuando la izquierda republicana ganó las elecciones municipales.

Quizá el inquilino que más entendió el espíritu de Palacio fue precisamente un republicano, Manuel Azaña, frente al que fuera primer presidente de la II República, Niceto Alcalá Zamora, que no quería pisarlo por el mal fario.

El Rey acierta en abandonar el recinto de Somontes. Le vendrá bien e incluso entenderá algunas cosas que los informes de sus ayudantes no le ofrecen

Creo que el rey Felipe hace bien en abandonar durante algunas horas el recinto de Somontes donde lo más que puede vislumbrar son algunos ciervos distraídos que se dejan caer por aquellos jardines. Como no tiene problemas de transporte ni tiene que sacar el bonobús para trabajar durante algún tiempo al lado de la calle le vendrá bien e incluso puede entender algunas cosas que los informes de sus ayudantes no le ofrecen.

Dicen los que mejor conocen a Felipe VI que se trata de un rey 'moderno', pero que al mismo tiempo tiene plena conciencia de lo que podría concluirse como “continuidad” de la institución que representa. El Palacio Real o Palacio de Oriente es, junto al monasterio de El Escorial, el emblema de esa monarquía.

Insisto: lo sustancial para el jefe del Estado es que vea la calle, pise la calle, se tome un café en algunos de los muchos y reales establecimientos de la zona. Ello pudiera coadyuvar a que entienda mejor al pueblo que representa.