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Felipe González vapulea al felpudo de Maduro
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Graciano Palomo

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Felipe González vapulea al felpudo de Maduro

El expresidente se siente avergonzado ante el aquelarre que protagoniza a diario Rodríguez Zapatero con sus declaraciones sobre Venezuela

Foto: Felipe González junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y Lilian Tintori. (EFE)
Felipe González junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y Lilian Tintori. (EFE)

Hay cosas entrañablemente sorprendentes. ¿Cómo alguien que dice ser progresista y defensor de los Derechos Humanos puede todavía justificar al inexportable Nicolás Maduro? ¿Cómo alguien que quiere meter entre rejas a Rodolfo Martín Villa –que legalizó siendo ministro de la Gobernación al Partido Comunista de España– defiende el régimen del dictador caribeño? ¿Qué se necesita que ocurra en Venezuela para clamar por el fin de la opresión de aquella depauperada sociedad que no tiene ni libertad ni pan, ni siquiera una maldita aspirina?

De ahí el enorme varapalo que el expresidente Felipe González le ha propinado al expresidente Rodríguez Zapatero a propósito de las andanzas del leonés por aquellos lares en unos viajes sin fin que nadie sabe a ciencia cierta quién o quiénes pagan.

De ser ciertas las informaciones facilitadas por Lilian Tintori, esposa del preso político más famoso del mundo, Zapatero exigió a Leopoldo López que hiciera un llamado a los que claman por la libertad en Venezuela para que cesen en sus protestas contra el sanguinario inquilino de Miraflores. ¿Se puede ser más rastrero?

Quizá el tipo que no se enteró de que llegaba una crisis brutal y sin precedentes no se haya enterado ahora que en Venezuela existe una dictadura

Ya sabemos cómo dejó España en sus siete años de mandato. Conocemos sus hechuras de gran estadista y su capacidad de gestión con las cosas de comer. Quizá el tipo que no se enteró de que llegaba una crisis brutal y sin precedentes no se haya enterado ahora que en un país hermano como Venezuela existe una dictadura que camina aceleradamente hacia una guerra civil. Es muy dueño de conducirse como lo estime conveniente. Pero no en nombre del pueblo español, que sí sabe distinguir a un sátrapa liberticida de un mandatario honrado y democrático.

Felipe González conoce a sus clásicos como si los hubiera parido. De hecho los parió. Se siente avergonzado ante el aquelarre que protagoniza a diario la persona que un día dirigió el gobierno de España y al PSOE. Normal.

Vuelvo a insistir. ¿Quién paga los desvelos de Zapatero para que su amigo Maduro siga matando gente?

Hay cosas entrañablemente sorprendentes. ¿Cómo alguien que dice ser progresista y defensor de los Derechos Humanos puede todavía justificar al inexportable Nicolás Maduro? ¿Cómo alguien que quiere meter entre rejas a Rodolfo Martín Villa –que legalizó siendo ministro de la Gobernación al Partido Comunista de España– defiende el régimen del dictador caribeño? ¿Qué se necesita que ocurra en Venezuela para clamar por el fin de la opresión de aquella depauperada sociedad que no tiene ni libertad ni pan, ni siquiera una maldita aspirina?

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