Palo Alto
Por
Lo de Venezuela
Hay hechos ante los que nadie puede permanecer impasible. Aunque antes se haya recibido dinero para exportar una revolución de caricatura. Sorprende la pasividad del mundo libre
Recibo centenares de mensajes de venezolanos, unos del interior y otros del exilio, que en su desesperación piden algo de apoyo en forma siquiera de recordatorio. Conozco aquel país caribeño donde conocí los parajes más bellos de la tierra cuando todavía había comida por doquier.
Las últimas escenas vividas en la Asamblea, con matones armados con bates de béisbol y cuchillos en ristre embistiendo contra los opositores al régimen dictatorial de Maduro, reflejan bien a las claras la deriva que ha tomado el país camino directo a una guerra civil. Me sorprende que la capacidad dialéctica y seductora del expresidente Zapatero no baste para convencer al tiranuelo para que entregue la cuchara y se vaya a disfrutar (si es que le dejan) de sus abultadas bolsas de denarios en compañía de su entrañable coronel Diosdado Cabello. Nunca les faltarán adormideras para sobrellevar la justicia que más pronto que tarde terminará por caerles sobre la chepa.
Hay hechos ante los que nadie puede permanecer impasible. Aunque antes se haya recibido dinero para exportar una revolución de caricatura. Sorprende la pasividad del mundo libre ante atropellos semejantes.
Tiranías de tal jaez ya las hemos visto en ocasiones. Como también su final. Cuando ello suceda podremos comprobar –si es que antes no han destruido papeles y pruebas– la implicación de sujetos que por aquí andan impartiendo lecciones sobre lo uno y lo otro.
Con nombres, apellidos y responsabilidades.
Recibo centenares de mensajes de venezolanos, unos del interior y otros del exilio, que en su desesperación piden algo de apoyo en forma siquiera de recordatorio. Conozco aquel país caribeño donde conocí los parajes más bellos de la tierra cuando todavía había comida por doquier.