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¿De verdad vas a llevarle la contra a la historia?
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Carlos Doblado

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¿De verdad vas a llevarle la contra a la historia?

Si analizamos el pasado nos daremos cuenta de que esta falta de garbo europea frente a Wall Street es más bien excepcional

Foto: Trader en Wall Stree. (Reuters)
Trader en Wall Stree. (Reuters)

La semana pasada un lector influyente, e inteligente, me señalaba que puede existir una evidente contradicción entre analizar el mercado norteamericano y operar en el europeo en base a ello. No me cabe duda de que así es a veces, pero si uno quiere trabajar la tendencia y no quiere cambiar de opinión continuamente -algo que se entiende casi tan mal como fallar de vez en cuando- es difícil hacer otra cosa que lo estoy haciendo. Y que me perdonen los lectores que no lo entiendan. A mí al menos, que ya he perdido bastante pelo, otra cosa me cuesta mucho. Y no me ha ido mal en el mercado por este camino. Alejado de la arrogancia de aquel joven chartista que un día fui, aunque no por ello he perdido las ganas de peinar al que me vacila sólo porque cree que los gráficos no sirven para nada, respeto profundamente todos los demás modos de acercarse al mercado siempre que sean coherentes. Esto es muy difícil. Y como prueba ahí está mi debate público desde estas tribunas con Javier Molina; que esta semana ha atacado de nuevo con una avalancha de gráficos por los que, indefectiblemente, voy a tener que pagar en la apuesta que tenemos en pie en relación a la ruptura alcista o bajista del lateral en el que anda inmerso desde hace casi dos años el S&P500.

Como he mostrado en diferentes ocasiones en mis últimas tribunas, si analizamos el pasado nos daremos cuenta de que esta falta de garbo europea frente a Wall Street es más bien excepcional -uno no se equivoca cada dos por tres, por tanto, operando en base a este tipo de correlaciones-. Nos daremos cuenta, además, de que los grandes momentos de descorrelación se han resuelto en favor de Wall Street. En lo que al EuroStoxx50 se refiere -con el IBEX35 hay alguno más- son tres ejemplos los que tenemos desde que el mercado alcista renaciera en los ´80. Obviamente esta vez puede ser diferente, aunque no compro el ejemplo que me han puesto estos días: lo sucedido en los máximos de 2007. Ver en aquello algo parecido a lo que se ha producido en los últimos meses es un chiste. Situaciones como la actual se ven muy pocas veces y aquella no fue una. La anterior a la actual fue el proceso de primeros de 2010 hasta finales del verano de 2011, y luego hay que irse a 2003.

Pero tenemos otro gran ejemplo, en el que pocos parecen estar cayendo, para el que hay que alejarse un poco de la pantalla. Observe el gráfico y dé dos pasos atrás, hágalo por favor...

¿Ha dado dos pasos atrás?

Si se fija, verá que en 2013 el S&P500 total return -tiene una colección de artículos en mi blog para entender por qué esto es tan importante- rompió al alza más de una década de lateralidad. Algo así no había sucedido desde el lateral vivido entre 1.965 y los primeros años de los ´80, y entonces, como usted sabe, los índices rompieron para abrir un período de crecimiento histórico de las cotizaciones. Soy de los que piensa que esa ruptura de 2013 se corresponde con ese mismo tipo de evento -aunque tardaremos años en darnos cuenta de ello- y he echado mano de la historia para justificarlo.

Como puede verse en el gráfico que le he pedido que observe dando dos pasos atrás, el EuroStoxx50 total return no ha roto al alza a diferencia del S&P. El movimiento recuerda al de los primeros de los años ´90... Entonces vimos un mercado americano en franca continuidad alcista mientras Europa no encontraba argumentos para acompañar. Fue cuestión de tiempo. Vuelva a fijarse en el chart y dese cuenta de que tenemos un evento de gran dimensión -quince años- que tiene la misma esencia que los de corto/medio plazo de 2003 o primeros de los ´90. El mercado es fractal -si el concepto le es ajeno puede leer algo sobre el tema en mi blog personal-.

La actual situación del mercado norteamericano, tras la ruptura de un lateral de más de dos lustros y más allá del par de ejercicios de problemas que arrastramos, sugiere que estamos ya en otro movimiento dentro del superciclo alcista. Por tanto, sigo estimando que en el largo plazo debemos ver aún un importante avance de las cotizaciones norteamericanas. Obviamente con alguna notable corrección que puede articularse en profundidad o -como pienso que vamos a ver una vez que hemos asistido a un ajuste lateral tan largo- en tiempo.

Un analista técnico con larga experiencia debiera necesitar muchas cosas para ir contra la tendencia. Un analista técnico con larga experiencia sabe que le va quedando menos tiempo y debería intentar no equivocarse muchísimo, que el mundo es cosa de los jóvenes. Y yo, que llevo más de 20 años en esto y he roto la resistencia de los 40, no estoy por inventarme nada. Y ojo, que no me importa mostrarme contrario al mercado cuando se me acumulan los elementos potencialmente bajistas para el corto/medio plazo como cuando durante el verano de 2014 planteé aquello de que si el mercado no caía me hacía monje.Y me fue de un pelo.

El tiempo me ha demostrado que la tendencia es de ayuda casi siempre, y como técnico hoy me gustaría tener al mercado norteamericano en el techo de su canal alcista principal -ya no hablo de un recuento de onda de Elliott completo en el medio/largo plazo para el que podrían faltar años si tomamos como origen los mínimos de 2009-, para llevarle la contra a la historia por un tiempo. No es pereza, son ganas de ganar.

Ciertamente la semana ha sido inquietante para los alcistas en renta variable, sobre todo en Europa y por el fuerte movimiento alcista de los bonos, pero para dudar de Wall Street necesito tener, al menos, un doble techo -t1t2?- en el Dow Jones Transportes y una ruptura de los 17 puntos en el VIX, algo que me recuerde a la pérdida de los 17.100 puntos del Dow Jones Industrial de principios de ejercicio. Mejor aún si se produce después de un rebote que plantee el movimiento de las últimas como una distribución y no sólo como un retroceso de algunos índices para apoyarse en las primeras zonas de soporte ¡No se puede subir siempre!. Podría entonces empezar a respirar mi querido Javier. Luego ya hablaremos del estado de las cosas si se alcanzan los 1.800 del S&P500 nuevamente. En mi opinión, no va a tener tanta suerte...

La semana pasada un lector influyente, e inteligente, me señalaba que puede existir una evidente contradicción entre analizar el mercado norteamericano y operar en el europeo en base a ello. No me cabe duda de que así es a veces, pero si uno quiere trabajar la tendencia y no quiere cambiar de opinión continuamente -algo que se entiende casi tan mal como fallar de vez en cuando- es difícil hacer otra cosa que lo estoy haciendo. Y que me perdonen los lectores que no lo entiendan. A mí al menos, que ya he perdido bastante pelo, otra cosa me cuesta mucho. Y no me ha ido mal en el mercado por este camino. Alejado de la arrogancia de aquel joven chartista que un día fui, aunque no por ello he perdido las ganas de peinar al que me vacila sólo porque cree que los gráficos no sirven para nada, respeto profundamente todos los demás modos de acercarse al mercado siempre que sean coherentes. Esto es muy difícil. Y como prueba ahí está mi debate público desde estas tribunas con Javier Molina; que esta semana ha atacado de nuevo con una avalancha de gráficos por los que, indefectiblemente, voy a tener que pagar en la apuesta que tenemos en pie en relación a la ruptura alcista o bajista del lateral en el que anda inmerso desde hace casi dos años el S&P500.

Wall Street Ibex 35