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El garbanzo negro de la carretera
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

El garbanzo negro de la carretera

La seguridad vial es algo muy complejo y son muchos los aspectos que contribuyen a hacer que los desplazamientos en coche sean más seguros. Mejores coches,

La seguridad vial es algo muy complejo y son muchos los aspectos que contribuyen a hacer que los desplazamientos en coche sean más seguros. Mejores coches, más seguros, carreteras mejor mantenidas o una mejor señalización son factores que suman a favor de ese objetivo último de reducir la siniestralidad de las carreteras

Pero creo que hay otro factor muy importante y que en estos momentos de crisis más puede hacer por mejorar las cifras del año pasado, por cierto muy buenas, y es el factor humano.

Si un conductor va concentrado en su trabajo de ese momento, conducir, lo hace manteniendo unos márgenes de seguridad buenos, una distancia con el coche de delante apropiada, si cumple con  las normas del tráfico, entre todos podremos reducir aún más las cifras. Y hacerlo de forma drástica.

Y les quiero contar un caso que me ocurrió hace un par de semanas en la carretera N1. Eran las cinco de la tarde, la carretera iba muy llena en sus tres carriles y los coches circulaban a 80-90 km/h porque no se podía ir a más velocidad.

En el carril de la izquierda circulaba un 206 negro que de repente decidió intentar adelantar al coche de delante que por cierto iba circulando perfectamente, a la misma velocidad que los de delante y con una distancia de seguridad buena.

El conductor del 206, en medio de una carretera llena de coches, decidió que iba a tener su momento de gloria. Se pegó al coche de delante hasta ir materialmente pegado a él. Puso el intermitente de la izquierda para que se quitara y al no hacerlo se echó a la derecha e intentó hacer el adelantamiento por la derecha.

Como no tenía sitio para terminar el adelantamiento se echó otro carril más a la derecha, siguió con su maniobra realmente suicida. Luego, volvió a cambiarse dos carriles a la izquierda y frenó por delante del coche al que quería adelantar en un principio. Abrió la ventanilla y empezó a  hacer todos los gestos que se les pueda ocurrir con los dedos apuntando hacia el cielo. Y a continuación se volvió a  cambiar otros dos carriles hacia la derecha, más otro carril más porque ya se tenía que desviar.

Al detenerse en el carril de la desviación nuevamente levantó su dedo hacia el cielo pero no para lo que podría parecer sino simplemente para decir “mirarme, soy el más tonto de la carretera, he puesto en peligro la vida de unas cuantas personas y no he ganado ni un segundo en la maniobra. Qué bueno soy ”.

Este “especimen” de conductor se cruzó delante de seis coches sin ni siquiera mirar si tenía bastante sitio para hacerlo, sin poner un intermitente, y todo en un tramo de dos kilómetros. Y lo peor es que luego, cuando llegara a su destino, en el bar le contaría a los amigos su gran gesta, su maniobra. Y eso hasta que vea el momento oportuno de repetirlo.

La nueva Directora General de Tráfico tiene ante sí un reto importante: seguir reduciendo la siniestralidad mientras hay ciudadanos, por llamarles de alguna manera, que no parece que quieran ayudar mucho. Y este es un ejemplo de lo que se va a encontrar en su nuevo despacho.

La seguridad vial es algo muy complejo y son muchos los aspectos que contribuyen a hacer que los desplazamientos en coche sean más seguros. Mejores coches, más seguros, carreteras mejor mantenidas o una mejor señalización son factores que suman a favor de ese objetivo último de reducir la siniestralidad de las carreteras