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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

España está de moda

La pasada ha sido una buena semana para España en lo que al mundo del automóvil se refiere, pero no porque hayan aumentado las ventas sino

La pasada ha sido una buena semana para España en lo que al mundo del automóvil se refiere, pero no porque hayan aumentado las ventas sino porque una vez más, y son ya muchos meses con esta tendencia, el entramado industrial de este sector ha tenido un fuerte empujón, esta vez de la mano de Ford.  

Todos los fabricantes se están viendo obligados a cerrar fábricas por toda Europa, pero en este contexto tan negativo la industria española está saliendo fortalecida de la crisis. Y el último ejemplo es el de la marca Ford.

La multinacional norteamericana ha decidido cerrar tres plantas de producción en Europa, una en Bélgica y otras dos más pequeñas en Reino Unido, para reducir así su capacidad productiva, en estos momentos infrautilizada, y con ello reducir sus costes.

La buena noticia es que los coches grandes que Ford fabrica en Europa, los Mondeo, S-Max y Galaxy se producirán a partir de ahora en la planta española de Almussafes, considerada como una de las más productivas del grupo. Y eso va a suponer nuevas inversiones en Valencia, la producción de vehículos con un mayor valor añadido y sin duda un respaldo al buen hacer de Ford España.

Y no es un caso aislado, ya que en los últimos meses otros fabricantes han realizado fuertes apuestas por España para instalar o ampliar su producción en nuestro país. Tal es el caso de Renault, de Iveco o de Nissan, que han asegurado fuertes inversiones en los últimos meses. O Seat que para su nuevo León ha invertido más de 800 millones de euros.

Pero ¿cuál es la razón de esta apuesta por España? . Sin duda solo una palabra lo define y es competitividad. Y esto es algo muy complejo que requiere de muchos factores, de inversiones en infraestructuras, de costes laborales, de conflictividad laboral, de proximidad de suministradores y de tantos y tantos parámetros muy diferentes entre sí.

Parece ser que la reforma laboral impulsada por el Gobierno ha gustado fuera de España, sobre todo a los responsables de las grandes multinacionales que ven como el tema de las relaciones laborales, de costes y sobre todo de flexibilidad, ha mejorado mucho y hace interesante invertir nuevamente en España.

España ha tenido que competir con la deslocalización que algunos países del centro de Europa han querido conseguir llevándose producción. Allí, su mano de obra es mucho más barata, pero no se trata solo de precio de mano de obra, sino de calidad, de infraestructuras para transportar los vehículos una vez fabricados, de servicios en torno a las fábricas. Y también de suministradores.

Y parece que cuando se suman todos esos factores España es más competitivo que la República Checa o que Hungría o Polonia. Aunque esos países tienen fabricas instaladas en sus territorios, España es el segundo fabricante europeo, solo por detrás de Alemania.

Quizá el Corredor del Mediterráneo es algo poco conocido para los españoles en general, pero si ha pesado mucho a la hora de que Ford decida ampliar la producción de su planta de Valencia a costa de una fábrica en Bélgica que funcionaba bien, pero que ha sido considerada menos competitiva que la de Almussafes.

La asociación nacional de fabricantes, ANFAC, trabaja desde hace muchos meses en un proyecto, el Plan 3 millones que podría llevar a la industria instalada en España a pasar de los 2,3 millones de coches que se fabricaron en 2011 a los tres millones de unidades.

Requiere inversiones oficiales y apoyos para los fabricantes, pero a cambio España fortalecería un sector industrial que ya supone el 6% del PIB de España y que ha permitido equilibrar la balanza exterior en los últimos años. Cerca del 20% de la exportaciones españolas corresponden al sector del automóvil.

José Manuel Machado, presidente de Ford España y uno de los responsables del nuevo éxito de Almussafes, es desde el pasado mes de julio también el presidente de ANFAC. Y es también uno de los principales artífices del Plan tres millones.

También el Gobierno de España parece estar más receptivo al sector del automóvil desde la llegada de Rajoy a la Moncloa. En junio pasado la celebración, por primera vez en la historia, de una reunión de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, ACEA, en Madrid fue un espaldarazo a la industria española. Y también que los máximos dirigentes de la industria participantes en aquella cita se reunieran con Rajoy y con varios ministros.

La semana pasada Carlos Ghosn, máximo responsable de Renault-Nissan a nivel mundial viajó a Madrid para recibir la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y aprovechó para reunirse con el Rey de España y con Mariano Rajoy. Una prueba más de que el automóvil ahora sí interesa a nivel gubernamental, no como ocurría con el anterior presidente del Gobierno. Renault está negociando en estos momentos un ambicioso Plan Industrial para aplicar en el territorio español que supondrá nuevas inversiones y mas carga de trabajo para las factorías.   

De momento, las inversiones de Seat aseguran 1.600 nuevos puestos de trabajo, otros 500 empleos por parte de Iveco y más de 1.500 nuevos empleos que atraerá la producción de los nuevos Ford. Y a esto hay que sumar los del plan industrial de Renault, todavía en negociación, o las nuevas inversiones de Nissan para hacer el Nv200. Y vendrán más. Además, a estos empleos hay que sumar otros 12.000 o 14.000 que se calcula que se van a generar en la industria auxiliar de componentes como consecuencia de estos crecimientos de las fábricas  

La pasada ha sido una buena semana para España en lo que al mundo del automóvil se refiere, pero no porque hayan aumentado las ventas sino porque una vez más, y son ya muchos meses con esta tendencia, el entramado industrial de este sector ha tenido un fuerte empujón, esta vez de la mano de Ford.