El Gobierno británico pone fin a la guerra contra los conductores

El Gobierno británico anunció el pasado viernes que va a cambiar la normativa con la que se sanciona a los conductores por mal aparcamiento, reduciendo de esta forma la elevada presión a la que se somete a los conductores en aquel país. La normativa entrará en vigor en la próxima semana.

La verdad es que las comparaciones siempre son odiosas, pero mucho más aún en este caso de la política de sanciones a los conductores. La teoría es la misma en los casos de Reino Unido y España, en ambos casos los conductores se ven acribillados a multas cada día, y unos meses antes de unas elecciones se anuncian cambios para mejorar la situación. La diferencia es que en Reino Unido los cambios anunciados se aplican en una semana y en España se aplican…en la siguiente legislatura.

En España llevamos ya varios años con el anuncio oficial de que se va a permitir circular en algún tramo concreto de autovía a 130 km/h, pero todavía no es una realidad y ya habrá que esperar hasta la próxima legislatura a ver si finalmente se aprueba. Entre tanto, llevamos ya casi un año con la DGT haciendo públicos avances del nuevo reglamento de circulación que finalmente parece que no se va a aprobar tras el varapalo del Consejo de Estado.

Pero entre medias de este proceso siguen aumentando los radares, siguen poniéndose nuevas señales de velocidad con el límite reducido y aumentan las multas. La DGT ha anunciado que desde ahora se va a avisar la presencia de radares móviles, pero esto es relativo. En realidad a partir de ahora se va a poner en todos los paneles informativos de la DGT repartidos por España “velocidad controlada por radar” y así ya están anunciados los posibles radares. La foto que encabeza este artículo está tomada ayer en la N-1.

Los ayuntamientos llevan años comprobando que la mejor manera de cuadrar sus cuentas es mediante multas de tráfico. Cuántos pueblos envían sanciones a propietarios de vehículos por aparcar mal en el pueblo cuando ese coche nunca jamás ha estado en ese lugar. Y sobre todo en los ayuntamientos grandes, como Madrid, donde cada día se compran nuevos radares para sancionar y hacer caja con los conductores.

Otros países muestran algo más de seriedad con el tema del tráfico, de la seguridad vial y sobre todo con las multas de tráfico. Las nuevas normas que el Gobierno británico va a aplicar en una semana son la mejor demostración de que las cosas se pueden hacer de otra manera.

En Reino Unido, como en España, hay coches con sus cámaras de grabación para multar a los vehículos parados en doble fila o a los que están aparcados en zonas prohibidas. En Madrid, en Barcelona o en otras ciudades cada vez hay más coches de este tipo, porque las multas son automáticas, y por ello una forma perfecta de hacer dinero. No importa que esté bajando una persona del coche, da igual, el coche está parado y multa. Pero si es el coche que lleva la cámara el que se para en mitad de la calle a que su conductor se fume un cigarrito, no pasa nada… y lo he visto hacer.

En Reino Unido se van aeliminar la mayor parte de estos coches de caza y a partir de ahora solo quedará alguno para vigilar en zonas conflictivas como las escuelas o los carriles de autobús más complicados. En Madrid seguirá pasando por las Torres de la Plaza de Castilla, entre otras muchas zonas, para seguir haciendo caja con todo el que se baja del coche.

Otro aspecto que se va a aplicar en Reino Unido es que cuando se compruebe que un parquímetro está averiado, automáticamente se van a anular todas las sanciones impuestas en esa zona. Lo mismo que ocurre en Madrid, por ejemplo. Aunque se demuestre que no funcionan los parquímetros, con fotos o con testigos, siempre hay que pagar la multa salvo que se llegue a los tribunales.

El ministro británico de Comunidades, Eric Pickles, ha declarado al anunciar los cambios que “vamos a poner fin a la guerra contra los conductores que simplemente quieren hacer su vida. Durante demasiado tiempo, las normas de aparcamiento han provocado que los conductores cumplidores de la ley se sintieran como delincuentes y esto ha causado un enorme daño a tiendas y comercios".

Lo mejor de esta situación, un verdadero ejemplo no solo para España donde la presión hacia el conductor es máxima, o en Francia donde poco a poco está ocurriendo lo mismo con más radares en las carreteras cada día, son las declaraciones del presidente de la Asociación del Automóvil, Edmund King, que ha señalado que se trata de aplicar el sentido común.

En España el sentido común son los coches de la Guardia Civil circulando sin una emergencia a 140 km/h por la M40 y los conductores cazados por el radar a 100 km/h en el mismo sitio. O los policías municipales de Madrid parados en mitad de la calle, obstaculizando el tráfico y sancionando a un conductor por parar a dejar a un enfermo en la puerta de su casa.