La in-competencia nacional

Tal y como estaba previsto, la CNMC ha decidido machacar al sector del automóvil. Y lo ha hecho como se suelen hacer estas cosas, un día 28 de julio, para dar a los supuestos infractores las máximas posibilidades de recurrir dichas sanciones en el mes de agosto.

Pensaba no hablarles ni una palabra de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, sinceramente. Pero no puedo dejar de comentar algunas cosas que me parecen absolutamente kafkianas en este caso.

Es curioso que la CNMC da el titular a la noticia al decir que ha impuesto multas por valor 171 millones de euros a 21 empresas del sector del automóvil, pero lo que no dice es que ha perdonado la multa al grupo Volkswagen, es de decir que en realidad ha puesto multas a 20 empresas por 131 millones de euros. El resto se podría decir que es a beneficio de inventario.

Sinceramente, a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia deberían cambiarle el nombre y ponerle algo así como nueva oficina recaudadora del Gobierno. Pero sobre todo que quiten lo de la competencia. Resulta que el sector del automóvil ha actuado todos estos años como un cártel, según la CNMC. Pero curiosamente es el mercado más competitivo de la Unión Europea, donde hay más rebajas de precios que en ningún otro mercado comunitario al comprar un coche.

En lo que va de año la CNMC ha sancionado al sector el automóvil, a concesionarios y fabricantes, por un importe total de 224 millones de euros, aunque con la rebaja del grupo Volkswagen se quedan en 184 millones. Un duro golpe para un sector que está apoyando muy fuerte la recuperación de la economía española.

Este organismo, también supuestamente, está pensado para hacer cumplir los valores de la competencia en todos los sectores de la sociedad. Hacer que los ciudadanos no tengan que pagar más dinero por las cosas. Imaginemos que varias compañías de luz, de gas, de agua o de teléfono pactan entre ellas para subir la factura.

Durante meses, mientras dura la investigación, los ciudadanos siguen pagando esas facturas aumentadas con el consiguiente beneficio para las empresas y consecuencia de ello también Hacienda cobra un 21% de IVA añadido e ilegal sobre esa subida (Si es una petrolera Hacienda cobra un 50% más por la subida fraudulenta del precio, como consecuencia de los impuestos). Cuando al cabo de unos cuantos meses finalmente la CNMC sanciona a las empresas, éstas pagan una multa que llega directamente a Hacienda. Los ciudadanos han pagado de más durante esos meses, incluyendo más IVA, pero ¿quién les devuelve ese dinero?

En el caso del automóvil, Hacienda ha cobrado de más en los impuestos durante años a todos los que han comprado un coche más caro por estas supuestas prácticas contra la competencia. ¿Cuándo va a devolver Hacienda a los ciudadanos el dinero que les ha robado, supuestamente? Seguro que los 131 millones de euros que va a ingresar el Estado con la multa irán directamente a pagar a los ciudadanos…O quizá no.

De verdad que parece una broma. El sector del automóvil ha actuado como un cártel, siempre según la CNMC, pero curiosamente este organismo libra de pagar la multa al grupo que más coches vende en España, el grupo Volkswagen. Y supuestamente, puesto que le habían impuesto una multa de casi 40 millones de euros, la más elevada de todas, es el grupo que más ha actuado contra la competencia. En el primer semestre de 2015 el grupo Volkswagen ha vendido el 24,8% de todos los coches matriculados en España.

Pedir clemencia es ser un soplón, es hablar con la CNMC y decirle que todo un grupo de empresas, incluida la propia, están haciendo prácticas ilegales y actuando como un cártel. Y entonces la CNMC perdona al primero que acusa a los demás, y el resto a pagar.

Vamos, que el funcionamiento de la CNMC es ideal. Si usted tiene una empresa de caramelos, o de lo que sea, y le sale una empresa competencia, habla con ellos, pacta para poner unos precios más altos, a continuación llama a la CNMC y pide clemencia y ya se ha quitado de encima a la competencia.

La Comisión ha sancionado básicamente a todo el sector, pero en algunos casos con multas muy altas, como es el caso de Opel, con 22 millones de euros, Ford con 20, Renault con 18, Peugeot con 15 o Citroën con 14 millones de euros. Pero lo que se perdona a Seat, Volkswagen, Audi, Skoda y Porsche son 39 millones de euros de multa. Esto es, sin duda, para favorecer la competencia.

Lo más curioso es que todo este expediente parte de una investigación a los concesionarios de Seat hace ya varios años, que posteriormente llegó a Bruselas. Han sido las supuestas malas prácticas comerciales en la marca española, si es que realmente las ha habido, las que han hecho caer a todo el resto de marcas y, curiosamente, Seat se libra de la multa.

Es decir, que en España, mientras exista la CNMC, una marca de coches no puede pactar precios salvo que sea el grupo Volkswagen que ya es primer fabricante mundial, una empresa de ordenadores no puede pactar o fijar directamente precios, salvo que se llame Apple, la primera empresa del mundo por capitalización bursátil, una empresa de autobuses no puede pactar precios salvo que se llame Consorcio de Transportes de Madrid, por ejemplo, unos talleres no pueden pactar precios salvo que sean las ITV, en cuyo caso no se pactan, se fijan por decreto. Es la competencia bien entendida y en todos los sectores.

Ahora, a las marcas multadas, solo les queda recurrir a la Audiencia Nacional, algo que ya han anunciado que van a hacer. El año pasado la CNMC multó con 8 millones de euros a Correos por abuso de posición dominante en el mercado, pero la Audiencia Nacional ha anulado esa multa. Habrá que esperar al menos un año para ver qué dice la Audiencia Nacional de estas supuestas prácticas ilegales del sector del automóvil.