Es noticia
La siniestralidad, un problema mundial
  1. Motor
  2. Automaníacos
Carlos Cancela

Automaníacos

Por
Carlos Cancela

La siniestralidad, un problema mundial

1,2 millones de personas mueren cada año en las carreteras de todo el mundo como consecuencia de un accidente de tráfico

Foto: Accidentes de tráfico, una epidemia
Accidentes de tráfico, una epidemia

La pasada semana en Brasilia, representantes de 140 países se han reunido en la II Conferencia Global sobre Seguridad Vial para analizar y tratar de poner solución a uno de los graves problemas de la sociedad actual, los accidentes de tráfico. Y es que cada año mueren en todo el mundo como consecuencia de un accidente de tráfico 1,2 millones de personas. Y es algo que hay que parar como sea.

Es una cifra inaceptable, se mire por donde se mire, porque detrás de cada víctima hay un drama, una familia destruida, unos hijos que se quedan sin su padre o su madre, o incluso peor, unos padres que pierden a un hijo pequeño. Es un problema global, que requiere medidas globales en todo el mundo y que todos los sectores implicados pongan en marcha medidas para reducir esta cifra. Por ello, la ONU marcó la década 2010-2020 como la de la siniestralidad vial y se puso el objetivo de reducir en un 50% las víctimas.

Todos los fabricantes hacen el máximo esfuerzo por reducir los accidentes, por hacer coches cada día más seguros, pero sin duda destaca el trabajo de la marca sueca Volvo. Sus técnicos, a través del programa 2020, prevén que ningún ocupante de un Volvo de última generación muera o sufra heridas graves en un accidente en el año 2020. Un objetivo cero víctimas mortales real.

Por otra parte Suecia es el país del mundo con menos víctimas mortales en las carreteras en relación con su población, con solo 3 muertos al año por cada 100.000 habitantes. Lo más curioso es que Suecia tiene dos características que la hacen más proclive a que se produzcan accidentes: su climatología muy adversa y el alto consumo de alcohol. Y pese a ello, pese a tener sus carreteras siempre mojadas o con hielo y nieve, pese a las bajas temperaturas, es el país con menos siniestralidad del mundo.

Durante la reunión sobre Seguridad Vial, la ministra de Infraestructuras sueca explicaba algunas razones para lograr este éxito innegable en relación con la seguridad vial, y destacaba que “trabajamos en todos los niveles técnicos con las autoridades nacionales, regionales y locales y se ha establecido además una cooperación permanente con empresas privadas volcadas en soluciones tecnológicas”.

En dicha reunión, la ministra señalaba que “esa apuesta por la tecnología se complementa con programas de educación vial que empiezan en las escuelas y que son reforzados con campañas de prevención continuas, dirigidas a los conductores de automóviles, de motos y bicicletas, y también a los peatones.

Yo creo que eso es lo que hace diferentes a los conductores de los países nórdicos, la educación, la concienciación hacia el peligro que supone conducir un coche y la necesidad de hacerlo bien. Los conductores de los países nórdicos, cuando ven una señal de 80 km/h no piensan en otra cosa que en poner su coche a 80 km/h. No empiezan a plantearse, como harían los españoles, o los franceses o los italianos, que esa señal está mal, que se puede pasar a 100 km/h, que quizá no haya un radar…

En Suecia muchos coches llevan un sistema que hace que el conductor tenga que soplar en un etilómetro antes de poder poner en marcha el coche. Los conductores suecos saben que si beben, y es algo que en general hacen con bastante frecuencia, tienen terminantemente prohibido coger el coche. Pero no se van andando a su casa solo para que no les pongan una multa, sino pura y simplemente porque saben que si conducen pueden poner en peligro la vida de otras personas inocentes.

La educación es la solución

Me da mucha envidia, tengo que reconocerlo, cuando la ministra sueca se llena de orgullo al decir que los programas de educación vial en su país empiezan en las escuelas y que luego se hacen campañas no solo para conductores, sino también para peatones o ciclistas. Vamos, que todo el mundo recibe educación sobre el tráfico, sobre cómo cruzar una calle, o sobre ir andando por una carretera.

La ministra sueca, Anna Johansson, aportó en su discurso un dato que pone los pelos de punta, que en los dos días que ha durado la II Conferencia Mundial sobre Seguridad Vial, habrán muerto más de siete mil personas, de las que mil eran niños.

Después de una aseveración tan dura como esta, yo no puedo entender que un padre deje que sus hijos vayan tranquilamente en el coche sin obligarles a ponerse el cinturón de seguridad, no entiendo que una madre deje que su hijo se suba en la bicicleta sin ponerse el casco y jugándose la vida. Y lo de rodar a 200 a km/h por una carretera, pues que les voy a decir, como el que va conduciendo y enviando mensajes con el móvil al mismo tiempo. Como les he dicho muchas veces, eso no se pueden considerar accidentes son irresponsabilidades que se pagan muy caras.

La pasada semana en Brasilia, representantes de 140 países se han reunido en la II Conferencia Global sobre Seguridad Vial para analizar y tratar de poner solución a uno de los graves problemas de la sociedad actual, los accidentes de tráfico. Y es que cada año mueren en todo el mundo como consecuencia de un accidente de tráfico 1,2 millones de personas. Y es algo que hay que parar como sea.

ONU Suecia