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No es lo mismo conducción asistida que autónoma
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

No es lo mismo conducción asistida que autónoma

La conducción autónoma, esa que no requiere del conductor para mover el coche y llegar a un destino determinado, es el tema del momento. El accidente

Foto: Volvo y la conducción autónoma
Volvo y la conducción autónoma

La conducción autónoma, esa que no requiere del conductor para mover el coche y llegar a un destino determinado, es el tema del momento. El accidente con víctima mortal de un Tesla cuando supuestamente su conductor iba en modo autónomo y viendo una película, o el supuesto caso en el que una persona salvó su vida tras sufrir un ataque al corazón porque su coche le llevó por si solo al hospital, son solo los puntos extremos de un tema lleno de dudas y de desconocimiento, del que todo el mundo habla pero del que casi nadie sabe.

Ayer, escuchaba en un programa de televisión que los expertos prevén que a comienzos de la próxima década habrá más de 20 millones de coches autónomos circulando por las carreteras de todo el mundo. Y eso es como las previsiones para el coche eléctrico que hablan de un fuerte crecimiento en las ventas de este tipo de vehículos pero con unas cifras todavía ínfimas a nivel mundial.

Antes que nada es necesario aclarar que hay dos conceptos muy diferentes, muy claros, pero que a veces se solapan cuando se habla de ellos. Una cosa es conducción asistida, que es la que cada día ofrecen más coches, y otra muy distinta es la conducción 100 % autónoma.

Si nuestro coche va circulando por un carril y no hace falta que nosotros giremos el volante para que el coche tome la curva, eso es conducción asistida, lo mismo que el control de crucero adaptativo, cuando nuestro vehículo frena automáticamente para no acercarse demasiado al de delante. Y exactamente igual con la detección de peatones o con el control de la velocidad incluyendo las señales de la carretera. Todo eso es conducción asistida, porque permite que el conductor vaya un poco más relajado y porque puede evitar muchos siniestros, los producidos por errores o despistes del conductor.

Autónomo sin volante

El otro concepto, el de la conducción autónoma, es por ejemplo el caso del coche que Ford dice que tendrá a la venta en 2021, más o menos a la vez que fabricantes como Volvo, Mercedes o BMW y tantos y tantos otros. El coche autónomo de Ford no tendrá ni volante ni pedales y eso sí que es conducción autónoma. El usuario, que ya no será el conductor, solo tendrá que decir a dónde quiere ir y el coche le llevará sin intervención alguna del conductor.

La pregunta que se presenta ahora es, cuándo va a estar operativo el coche 100 % autónomo, de verdad. Es muy difícil determinar una fecha concreta, pero sí es algo más fácil aclarar cuándo los fabricantes de coches los ofrecerán, que no es lo mismo que cuándo realmente los coches van a circular libremente por la calle en conducción autónoma.

Un buen ejemplo puede ser lo que está sucediendo con el vehículo eléctrico. Llevamos muchos años hablando del coche movido por electricidad, pero es una tecnología que aún está en pañales. Y eso que varios fabricantes llevan bastante tiempo ofreciéndolos en su gama. Pero mientras los gobiernos no apuesten por esa tecnología, las ventas no despegarán. Las matriculaciones de coches eléctricos aumentan de manera exponencial cada año, pero ojo, que en 2015 se vendieron 2.000 unidades en España, y eso gracias al Plan Movea y a que las empresas eléctricas fomentan que sus directivos compren estos coches.

La tecnología del coche eléctrico viene desde principios del siglo XX de la mano de Porsche, entre otros. Y en los años noventa, Fiat fabricaba un Panda eléctrico y Peugeot hacía bastantes unidades de su modelo urbano, el 106 eléctrico. El coche eléctrico no es un invento de Tesla, aunque pueda parecerlo, pero faltan años para que se integre plenamente en el tráfico urbano.

En el año 2020, algunos fabricantes de automóviles tendrán plenamente operativa la tecnología de conducción autónoma, pero ahora una de las cuestiones que se plantean es si los gobiernos tendrán entonces la legislación adaptada al coche sin conductor. Y quedan muchas cuestiones en el aire de momento, como a quien le van a quitar los puntos del carné si el coche comete una infracción, quien será el responsable en caso de un accidente, o cómo se va a indicar hacia el exterior que un coche va circulando en modo autónomo o con conductor.

Pero el tema más importante, el coche autónomo requiere unas grandes inversiones públicas para que la comunicación entre los vehículos y las infraestructuras sean óptimas y proporcionen la máxima seguridad. En un país como España en el que las carreteras acumulan un déficit de inversiones en mantenimiento de más 6.000 millones de euros, ¿alguien cree que nuestro futuro gobierno, sea del color que sea, apostará por el coche del futuro en lugar de instalar más y más vías de AVE?

La conducción autónoma, esa que no requiere del conductor para mover el coche y llegar a un destino determinado, es el tema del momento. El accidente con víctima mortal de un Tesla cuando supuestamente su conductor iba en modo autónomo y viendo una película, o el supuesto caso en el que una persona salvó su vida tras sufrir un ataque al corazón porque su coche le llevó por si solo al hospital, son solo los puntos extremos de un tema lleno de dudas y de desconocimiento, del que todo el mundo habla pero del que casi nadie sabe.

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