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Los conductores deberían hacer examen de conciencia
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Los conductores deberían hacer examen de conciencia

El mal estado de las carreteras, la ausencia de la educación vial en los colegios y sobre todo la manera lamentable en la que conducimos son las causas del aumento de la siniestralidad

Foto: A 90 km/h, ninguno de estos conductores cumple la distancia de seguridad.
A 90 km/h, ninguno de estos conductores cumple la distancia de seguridad.

La siniestralidad en las carreteras aumenta pese a un notable descenso en el mes de septiembre y en lo que va de octubre. Desde enero han fallecido en las carreteras españolas un total de 943 personas, algo inaceptable se mire como se mire. Esta cifra debería sacar los colores a nuestros políticos, que mantienen unos trazados que dan pena y no apuestan por la educación vial en los colegios, pero también a los conductores, culpables directos en la mayoría de los accidentes.

La Dirección General de Tráfico (DGT) está realizando algunas campañas de publicidad en radio para tratar de concienciar a los ciudadanos de la gravedad de una distracción al volante o de acelerar de más y luego tener que frenar el coche ante una emergencia. Campañas que desde mi punto de vista son interesantes, pero que no son suficientes frente al grave problema de la siniestralidad. La única solución es la educación vial desde primaria en todos los colegios de España.

En los últimos días, con mucha lluvia y agua en el asfalto, y con poca visibilidad, he estado fijándome en cómo conducen las personas y, en general, es lamentable. Hay mucho buenos conductores, por supuesto, pero cada día hay más personas que van sentadas al volante como si estuvieran viendo la tele o simplemente despistados.

El pasado viernes me sorprendió una mujer joven que iba hablando por teléfono con un sistema manos libres. Hasta ahí correcto, pero iba tan pendiente de su conversación que al llegar a su salida de la carretera se echó de golpe hacia la salida sin mirar si venía alguien por la derecha. Lo mejor es que iba por el carril de la izquierda, en una carretera de tres carriles, y con una bonita raya continua. Por si todo esto fuera poco, se debió acordar cuando ya estaba en el carril de deceleración, que iba a otro sitio; entonces se echó nuevamente a la izquierda, otros tres carriles, volvió a pisar la raya continua y siguió su camino tranquilamente.

En la última semana de control especial de tráfico, entre el 3 y el 9 de octubre, la DGT impuso más de 30.000 sanciones, de las que 18.000 correspondieron a excesos de velocidad. Otras 1.500 fueron por no llevar el cinturón de seguridad, 1.500 a conductores sancionados por dar positivo en alcohol o drogas y otros 1.000 conductores fueron multados por distracciones, la principal de todas ellas la de usar el móvil al volante, pero también llevar los auriculares puestos mientras circulaban.

Una de las causas clave en el incremento de la siniestralidad es el envejecido parque automovilístico en España y la falta de mantenimiento de los vehículos. En este sentido, en esa semana de control, 1.218 conductores fueron denunciados por circular con vehículos con importantes deficiencias técnicas, 38 de los cuales fueron inmovilizados por fallos que hacían imposible continuar el viaje.

Por otra parte, según un estudio sobre seguridad vial elaborado por Direct Seguros, el 52% de los españoles reconoce exceder los límites de velocidad en múltiples ocasiones y el 13% usa el móvil mientras conduce. Los resultados de la investigación revelan que el 58 % de los hombres asegura sobrepasar los límites, mientras que las mujeres que lo reconocen son el 40%. Además, un 27% de los encuestados de ambos sexos admite tener otros hábitos mientras conduce, como comer o beber en el coche.

El 52% de los españoles reconoce exceder los límites de velocidad en múltiples ocasiones y el 13 % usa el móvil mientras conduce

En relación con los riesgos que existen a la hora de conducir un vehículo, el 52% de los encuestados destaca las carreteras en mal estado, mientras que el 17% apunta el peligro que suponen las condiciones atmosféricas adversas cuando se conduce por firmes en mal estado.

La DGT nos ha metido una idea equivocada en la cabeza al llenar las carreteras de señales con límites de velocidad y con radares. Por esta razón, muchos conductores ya ni siquiera miran cómo es la carretera o la curva, sino que simplemente van buscando a ver si hay un radar en ese lugar de 60 km/h, por ejemplo. Cuando un conductor tiene que recorrer 500 kilómetros por una autovía y cada pocos kilómetros tiene algún límite de 100 o 90, en la inmensa mayoría de los casos, sin ninguna razón de ser, acaba aburriéndose y lo único que hace es ir pendiente de los radares.

La siniestralidad en las carreteras aumenta pese a un notable descenso en el mes de septiembre y en lo que va de octubre. Desde enero han fallecido en las carreteras españolas un total de 943 personas, algo inaceptable se mire como se mire. Esta cifra debería sacar los colores a nuestros políticos, que mantienen unos trazados que dan pena y no apuestan por la educación vial en los colegios, pero también a los conductores, culpables directos en la mayoría de los accidentes.