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No, señor Resines, en España no se descargan 1.900 películas al minuto
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Carlos Otto

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No, señor Resines, en España no se descargan 1.900 películas al minuto

Amigos de la industria del cine, ¿de verdad os merecéis un presidente de Academia que miente y se inventa cifras de piratería? ¿De verdad os merecéis a un señor que presume de no tener ordenador?

Foto: Foto: EFE/Ballesteros.
Foto: EFE/Ballesteros.

Hace tiempo que lo de meterse con el cine español (y todo lo que le rodea) dejó de tener gracia. Primero, porque no eres nada original si lo haces; segundo, porque la mayoría de las críticas son facilonas y medianamente injustas; y tercero, porque el discurso anti cine español ha acabado siendo incluso rancio y bastante cansino.

Sin embargo, el tema de la piratería sigue siendo más que recurrente a la hora de darle algún que otro palo al cine patrio. No porque los involucrados en el sector critiquen la piratería (que en su derecho están de quejarse, faltaría más), sino porque, al final, la manera en que sus representantes sueltan las quejas tiene un efecto totalmente contraproducente.

Hace años las críticas a la obsesión del cine español con la piratería era una cuestión de fondo. Ahora, que prácticamente todo el mundo sabe que descargarse una película no es un delito, las críticas son una cuestión de forma.

Las mentiras de Resines en su discurso

Y es que las palabras sobre piratería que dedicó Antonio Resines en la gala de los Goya no sólo fueron falsas, sino también rancias e insustanciales. Sin ningún tipo de sustento ni apoyo. De conversación de barra de bar. Antonio Resines, una vez más, haciendo de Antonio Resines.

¿Por qué digo esto? Porque, en pleno fulgor dialéctico, el actor (y presidente de la Academia, no lo olvidemos), soltó una de las mayores burradas que hemos oído en mucho tiempo: "En 2015 se descargaron 1.900 películas ilegalmente... al minuto! ¿Dónde? En España. ¿Asombroso? Pues es verdad".

¿Sabes cuando tu cuñado o tu amigo fanfarrón te dice que un amigo suyo se bebió una noche 15 cubatas y ni se inmutó? ¿Que al principio dice que fueron 15 cubatas pero, a medida que pasan los años y vuelve a contar la anécdota, el número de copas va subiendo? Pues eso es lo que le pasó este sábado por la noche a Antonio Resines: que alguien un día le dijo una cifra –quizá cierta– y él, cada vez que habla del tema, va subiendo la cifra de piratas.

Porque vamos a ver, querido Antonio: ¿1.900 películas (o descargas) bajadas al minuto? ¿En serio? ¿1.900? ¿Al minuto? Venga, va, pues vamos a hacer cuentas. Según lo que dices, en España en 2015 se produjeron (ojo ahí) nada menos que 998.640.000 descargas ilegales de películas. Y si en España hay 46.439.864 habitantes, resulta que cada español se bajó en 2015 de manera ilegal 21,5 películas.

Pero claro, no parece que a Antonio Resines le parezca justo que metamos en esto a los bebés, niños pequeños y a la gente mayor, ¿verdad? Acotemos un poco más: vayamos, por ejemplo, a la población mayor de 16 años, que en España es de 38.489.600 personas. Entonces resulta que cada ciudadano se bajó en 2015 nada menos que 25,9 películas. Y podríamos haber acotado más, ¿eh? Porque me resisto a creer que la gente mayor de 60 años se descargue películas. Además, en muchas ocasiones una película la disfrutarán, como mínimo, dos personas. Si quitamos también la gente que vive en la pobreza, o sin conexión a internet...

Pero vaya, quedémonos con el último dato, que diría que cada español en condiciones de bajarse algo lo hizo 25,9 veces a lo largo de 2015. Señor Resines, seguro que ni siquiera me hace falta argumentar que esos datos son total, absoluta y vergonzosamente falsos, ¿verdad?

¿De dónde se saca esos datos?

La pregunta ahora parece clara: ¿de dónde se sacó Antonio Resines esos datos? ¿Qué insigne estudio avala esa evidente mentira soltada por el presidente de la Academia ante millones de españoles?

Pues vaya usted a saber, oiga. Primero, porque no citó ningún tipo de fuente; segundo, porque ni siquiera analizando cómo se realizan los estudios de piratería en internet nos pueden cuadrar las cifras. Una de dos: o Antonio Resines nos ha mentido a la cara deliberadamente... o se ha venido arriba y ha soltado la cifra de manera improvisada, como el cuñado que nos habla de los cubatas que se tomó su amigo. Y francamente, no sé qué opción es peor.

En cualquier caso, ¿a alguien le sorprende esto? En realidad a casi nadie: en España, por desgracia, estamos más que acostumbrados a que la industria de contenidos suelte estudios ad hoc, creados por y para sus mismos intereses, y cuyas cifras huelen a mentira desde la primera hoja.

De todos modos, el mayor problema ni siquiera es que el presidente de la Academia esté obsesionado con la piratería: lo peor de todo es que ni siquiera proponga las alternativas (que las hay), seguramente porque ni las conozca.

El desprecio de Resines hacia internet

Y es que, señor Resines, ¿qué tal si, en vez de soltar un discurso lleno de mentiras, hubiese aprovechado para contar que una significativa parte de las películas nominadas están disponibles en Filmin, en Wuaki y en Yomvi? Teniendo en cuenta que la gala de los Goya la ven millones de españoles, ¿no habría estado bien hacer promoción a las plataformas patrias?

En definitiva, en vez de dedicar un discurso al lloriqueo, ¿no habría estado mejor invitar a los españoles a que conozcan a las plataformas que sí están luchando por conseguir que haya una buena oferta de cine español online en nuestro país?

Pero claro, al final estas preguntas me llevan a otra casi peor: ¿conocerá Antonio Resines el trabajo de estas plataformas, más allá de saber que existen? ¿Lo conocerá de verdad un señor que demuestra un desconocimiento total y un profundo desprecio a internet? ¿Conocerá su funcionamiento un señor que hace poco no sólo le reconoció a Risto Mejide que ni siquiera tiene ordenador, sino que además parecía enorgullecerse de ello?

En definitiva, compañeros creadores, ¿de verdad os merecéis un presidente así?

Hace tiempo que lo de meterse con el cine español (y todo lo que le rodea) dejó de tener gracia. Primero, porque no eres nada original si lo haces; segundo, porque la mayoría de las críticas son facilonas y medianamente injustas; y tercero, porque el discurso anti cine español ha acabado siendo incluso rancio y bastante cansino.

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