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Una semana con el iPhone 6 Plus
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José Mendiola

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Una semana con el iPhone 6 Plus

Es enorme, sí, pero es que no se trata realmente de un teléfono. El iPhone 6 Plus es un ordenador de bolsillo. Es lo que se descubre al tenerlo entre las manos

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¿Grande? Es enorme. Aunque, depende. Desde un inicio tuve claro que mi siguiente smartphone sería un phablet. Samsung acertó de lleno accediendo por la puerta grande a un mercado que Apple había negado con rotundidad. El famoso mantra del “móvil con una sola mano” que defendió hasta su muerte Steve Jobs le ha venido de vuelta al fabricante como un bumerán, pero lejos de lamerse las heridas, la firma de la manzana ha presentado sus dos modelos de phablet con una naturalidad pasmosa.

Pero vayamos al asunto del tamaño, que es el que realmente tiene su miga: el iPhone 6 Plus, con sus dimensiones, es un smartphone colosal en las manos, y en especial si éstas son pequeñas, pero… ¿con respecto a qué? La semana pasada John Legere con sus siempre explosivas declaraciones me abrió los ojos:“esto no es un móvil, es un ordenador”. Y no pudo estar más acertado. Es un soberbio ordenador, además. Visto de esta manera, en realidad no es que sea grande, sino que es muy compacto. De hecho, es sorprendentemente compacto para toda la capacidad y potencial que ofrece.

Esta nueva perspectiva me hizo mirar de otra manera a la criatura de Apple, y en realidad, me hizoentender que ya ha cambiado todo en el mundo de la telefonía. Sí, es cierto que el mérito de los phablets hay que reconocérselo al valor y visión de Samsung en su momento, y a la serie de fabricantes que ha apostado con excelentes resultados por esta categoría. Pero también es cierto que realmente ningún fabricante ha demostrado la capacidad innata de Apple de estandarizar los mercados y dejar obsoletas las tecnologías.

Han sido múltiples los ejemplos a lo largo de todos estos años de las víctimas colaterales de las modas establecidas por convicción por la firma californiana, y la última, sin duda, será el móvil convencional. Una vez superado el hábito de considerar esta elegante bestia como un móvil, de repente, todo irá mucho más fluido para el usuario. Las primeras llamadas que se reciben le recuerdan a uno a los primeros meses de la existencia del móvil: era mejor esconderse por la vergüenza que se pasaba al sentirse el blanco de todas las miradas. Con semejante plancha en la oreja, uno se siente extraño al principio, pero dura poco la timidez.

Los mitos y verdades del 6 Plus

Que nadie se engañe: una vez acostumbrados a las dimensiones, el terminal parece sorprendentemente ligero y compacto. Cabe perfectamente en el bolsillo de los pantalones vaqueros y apenas notará la diferencia con un móvil convencional. Eso sí, en los primeros con conocidos es inevitable la pregunta: “¿Sabes que se dobla, verdad?” acompañada de una cara de asombro. Es el peso de la fama que arrastra Apple, y sí, la respuesta es que cualquier móvil se dobla aplicada la suficiente fuerza. No hace falta dedicar una línea más al inexistente bendgate, pero si le preocupa este aspecto por todo el ruido en redes sociales, tranquilícese: no se dobla.

Por otro lado, la llegada del terminal a casa me hizo temer lo peor. ¿Dejaría de usar el iPad mini? ¿tendría que vender el Surface? ¿Y el portátil? Bien, nada de eso ha sucedido y creo que puedo confirmar que no va a suceder. El iPhone 6 Plus encaja perfectamente en la función para la que fue concebido: un ordenador de bolsillo con funciones de móvil. El iPad sigue contando una pantalla más cómoda para la lectura de documentos y gestión del correo, y el ordenador sigue siendo mucho más efectivo para determinados trabajos.

Pero hay que reconocer que Apple ha logrado fabricar una explosiva combinación que permite a los usuarios más intensivos sacar chispas del dispositivo y disparar su productividad. La pantalla es simplemente extraordinaria, con una resolución y brillo bajo cualquier circunstancia sorprendentes, y por fin, por una vez, nos podemos olvidar de las agonías de la batería. Sí, el iPhone 6 Plus permite olvidarse de buscar enchufes por mucha leña que le demos, y los usuarios más intensivos se encontrarán que al acostarse, el smarphone todavía luce un 40% o incluso valores superiores.

Y si quiere saber qué iPhone compensa más, el 6 o el 6 Plus, aquí no va a encontrar un “depende” de cada situación. Desde mi perspectiva, Apple presentó en su última keynote dos dispositivos: un móvil y un mini ordenador, que como bien apuntó Kevin Tofel en su podcast, representa el futuro de Apple. En realidad, hemos visto sólo el primer acto de una obra que tiene muchísimo recorrido. Falta que los desarrolladores terminen por adaptar sus aplicaciones a este nuevo formato y en nada entenderemos que la verdadera estrella de la jornada fue el iPhone 6 Plus.

¿Grande? Es enorme. Aunque, depende. Desde un inicio tuve claro que mi siguiente smartphone sería un phablet. Samsung acertó de lleno accediendo por la puerta grande a un mercado que Apple había negado con rotundidad. El famoso mantra del “móvil con una sola mano” que defendió hasta su muerte Steve Jobs le ha venido de vuelta al fabricante como un bumerán, pero lejos de lamerse las heridas, la firma de la manzana ha presentado sus dos modelos de phablet con una naturalidad pasmosa.