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Alfred y Cepeda: los 'homme fatales' que utilizan la seducción para ganarse al público
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Henar Álvarez

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Alfred y Cepeda: los 'homme fatales' que utilizan la seducción para ganarse al público

Los dos concursantes han sacado la artillería pesada para sobrevivir en OT: el amor. Sin embargo, nadie ha preguntado a Aitana y Amaia su opinión

Foto: Aitana y Luis Cepeda, durante la última gala. (Cordon Press)
Aitana y Luis Cepeda, durante la última gala. (Cordon Press)

En el amor y en la guerra todo vale, dice el dicho. Incluso utilizar el amor para la ganar la guerra. La de OT la ganaron Amaia y Aitana, que consiguieron el mayor número de votos del público y quedaron primera y segunda en el concurso, pero parece que Alfred y Cepeda han encontrado la manera de no descolgarse del podio. Estamos atendiendo a una inesperada (y descarada) maniobra de seducción por su parte: alardean de amor romántico delante de las cámaras y en las redes sociales para hacerse con el favor del público. Después de años leyendo, viendo y escuchando historias de cazafortunas, de femme fatales que seducen a los hombres para aprovecharse de su fama y su poder, resulta que son dos chicos jóvenes los que no han dudado ni un momento en utilizar sus dotes de príncipe azul para colgarse del brazo de las ganadoras y lucir orgullosos el título de Primer Caballero. Quien nos iba a decir que Stendhal encontraría en Operación Triunfo un buen material para escribir la versión 'millennial' de 'Rojo y negro'.

En la última gala, la del lunes 12 de febrero, dejaron en manos del público que una de estas dos parejas, Aitana y Ana War o Amaia y Alfred, interpretaran de nuevo en el escenario 'Lo malo' o 'City of Stars'. En un giro inesperado de los acontecimientos, los internautas pasaron de la carpeta y decidieron que fueran las amigas quienes movieran las caderas en el escenario. Alfred, que después de haberse quedado fuera de la terna finalista debió percatarse de que le quedaban pocas oportunidades de destacar por encima de sus compañeros –son perfectamente conscientes de que el año que viene nos acordaremos como mucho de tres concursantes–, sacó la artillería pesada para conseguir estar presente en el cierre del escenario de OT: el amor. Reconoció que se enamoró de Amaia después de cantar el tema central de la banda sonora de 'La la land' y solicitó a la dirección repetir ese momento antes de que la academia echara el cierre definitivo. A pesar de las caras de circunstancias de Amaia, otorgaron el deseo al joven enamorado que cuando ya estaban sentados al piano susurró a su compañera: “Te quiero”.

Seguimos alimentando un sistema que presiona a una mujer para que acceda a los deseos de un hombre que ha mostrado su interés en ella de manera pública. A pesar de que Amaia aseguró con la mano en el pecho, y con cara de susto, que por un momento había pensado que Alfred iba a pedirle matrimonio, y dando muestras de alivio al no haber sido así, nadie le consultó si quería interpretar el tema. Inmediatamente comenzaron a montar el piano y dieron paso a un video para poder terminar de preparar el escenario. Todo funciona de tal manera que ella, sin comerlo ni beberlo, se verá obligada a mantener la relación amorosa, al menos hasta mayo, para no defraudar al público. De hecho, es más que probable que si decidieran terminar su idilio, su entorno laboral les recomendara que no lo hicieran oficial hasta después de Eurovisión. Me pregunto por qué alguien con el talento de Amaia tiene que aguantar las declaraciones inoportunas de su pareja, el consentimiento del programa y el aplauso de un público que, en un gesto de ingratitud para con ella, la fuerza a participar de este circo que parece sacado de la factoría Disney.

Se agarran al talento de las chicas sin vergüenza y utilizan todas las armas que les permitan labrarse una carrera estable

Por otro lado, la conexión entre Aitana y Cepeda era bastante evidente pero como ambos tenían pareja nunca llegaron a concretar sus sentimientos. Además, ella ha dejado claro en varias ocasiones su intención de mantener la relación con su novio. Una vez más, advertimos cómo la opinión de la mujer cuenta poco o nada, y mientras interpretaban su versión del 'No puedo vivir sin ti' de Los Ronaldos, Cepeda cambió la letra del tema que cantaban juntos y también le cascó un “te quiero” delante de todos los espectadores. Para rematar, escribió en su Instagram: “Ya no actúo cuando canto contigo. Ya no actúo cuando te miro porque no puedo” junto a una fotografía de ellos abrazados en el escenario.

Otro que sabe que jugar al príncipe azul no solo suma puntos: en un mundo en el que los deseos del hombre están por encima de los nuestros, ser rechazado de manera pública podría incluso acabar con la carrera de ella. Las sociedades patriarcales premian a la mujer sufriente, a la que se muestra obediente y deseosa de vivir una historia de amor pasional e inquebrantable, no a la que toma sus propias decisiones ni flaquea ante declaraciones de amor a la vista del populacho. Esa es tachada de arpía, de haberle confundido, de haber calentado el plato para no comérselo, de ingrata y creída, que es exactamente lo que está sufriendo Aitana.

La gente, por muy 'milennial' que sea, tiene más ganas de salseo que de música: quedó probado en el momento en que 'Lo malo' fue descartada para representar a España en Eurovisión. Todos éramos conscientes de que Amaia o Aitana tenían todas las papeletas para acudir al festival, pero el público fue incapaz de resistirse a una historia de amor sobre los escenarios. De otra manera, Alfred pisaría Lisboa lo mismo en vacaciones, pero poco más. Él lo sabe y Cepeda también. Por eso se agarran al talento de las chicas sin vergüenza y utilizan todas las armas que les permitan labrarse una carrera estable antes de que llegue la próxima edición de Operación Triunfo. Al final, a ellos no les educaron para el amor pero sí para la guerra.

En el amor y en la guerra todo vale, dice el dicho. Incluso utilizar el amor para la ganar la guerra. La de OT la ganaron Amaia y Aitana, que consiguieron el mayor número de votos del público y quedaron primera y segunda en el concurso, pero parece que Alfred y Cepeda han encontrado la manera de no descolgarse del podio. Estamos atendiendo a una inesperada (y descarada) maniobra de seducción por su parte: alardean de amor romántico delante de las cámaras y en las redes sociales para hacerse con el favor del público. Después de años leyendo, viendo y escuchando historias de cazafortunas, de femme fatales que seducen a los hombres para aprovecharse de su fama y su poder, resulta que son dos chicos jóvenes los que no han dudado ni un momento en utilizar sus dotes de príncipe azul para colgarse del brazo de las ganadoras y lucir orgullosos el título de Primer Caballero. Quien nos iba a decir que Stendhal encontraría en Operación Triunfo un buen material para escribir la versión 'millennial' de 'Rojo y negro'.

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