"Tengo 54 años y estoy en paro: soy un bicho raro por ser independiente"

"Tengo 54 años, estoy en paro por ERE desde hace año y medio, con experiencia, idiomas etc. He cuidado a mis padres hasta su fallecimiento; estoy soltera, sin hijos, sin perro y bicicleta y sin 'attachments'. No soy vegetariana ni yoguista y más etc. y nunca he encajado en esta sociedad: soy un bicho raro por ser independiente y según Hacienda porque no tengo un duro ni soy propietaria de un piso (soy hija de los contratos basura de Felipe González y del gobierno nefasto de Zapatero y de los gobiernos fascistoroboeconomicoestafadores del PP".

Hola. Lo primero: me ha encantado tu email. Es difícil hablar con esa valentía. Mi más sincero respeto por tu postura vital.

En otro artículo de esta sección hablé de la sostenibilidad de una vida apartada de la sociedad. Allí hablaba de varios investigadores que han trabajado en este tema. Te recomiendo especialmente el proyecto del neuropsicólogo escocés David Weeks en defensa de lo que él denomina "Excentricismo". Este científico (al igual que otros muchos investigadores) postula que es posible un modo de vida basado en el control interno, es decir, llevando las riendas de nuestra cotidianeidad a pesar de los intentos de intromisión y abuso de poder por parte de la sociedad.

Por lo que cuentas, tu vida se basa en optimizar la motivación de autonomía. Cuando nos guiamos por ese impulso, tratamos de potenciar nuestra libertad e independencia vitales. Eres autosuficiente y te enorgulleces de estar fuera del rebaño. Y eso puede llevarte a ser feliz si aceptas con honestidad las consecuencias de tus decisiones. De hecho, los tiempos actuales te favorecen. En el siglo XIX, el poeta Oliver Holmes se quejaba: "Si un hombre está en una minoría de uno, lo encerramos bajo llave". Y cien años después, Paco Ibáñez traducía a Brassens cantando aquello de que "No, a la gente no le gusta que una tenga su propia fe". Sin embargo, hoy en día la mitad de las series de televisión se centran en un personaje que se sale del "mainstream social" y que nos genera simpatía precisamente gracias a su independencia.

Hoy en día la mitad de las series se centran en un personaje que se sale del "mainstream" y que nos genera simpatía gracias a su independencia

Como recordaba en aquel artículo, la condición que define el éxito de tu estrategia (aparece, por ejemplo, en las investigaciones de Dustin Wood y Jonathan Cheek) es que sientas que tus decisiones han sido voluntarias. Un ejemplo: la vida ajena a la sociedad minimiza la probabilidad de conseguir fama y grandes éxitos en casi todas las áreas. El psicólogo Richard Koestner, de la McGill University de Montreal, ha analizado a las personas que carecen de motivación de logro.

Su conclusión es que esa carencia de impulso hacia las grandes metas profesionales es perfectamente adaptativa y no correlaciona con ningún problema de estado de ánimo. No hay, por ejemplo, más tendencia a la depresión entre aquellos que no se enganchan a la carrera por el éxito. El secreto para que esa falta de competitividad sea sana es que sea aceptada por la persona, con sus pros y sus contras. Koestner encuentra en sus investigaciones tres factores que definen a los que renuncian al logro y son felices: no tienen expectativas materiales altas, no envidian los éxitos ajenos y no se comprometen en tareas que luego no van a realizar.

Soledad

Otro terreno en el que tienes que afianzar tu certeza de que tu camino vital es voluntario es el de las relaciones humanas. Entiendo, por tu correo, que eres de las personas que tiende a la introversión como patrón de personalidad. Como recordé en el artículo dedicado a ese tema, investigaciones como las de la psicóloga Susan Cain muestran que se trata de una tendencia a la soledad elegida perfectamente adaptativa cuando se es consciente de que se trata de una elección vital. Por eso es tan importante analizarnos para saber si se trata de una tendencia voluntaria o de una imposición causada por miedos o prejuicios hacia los demás.

Un estudio elaborado en el año 2015 por dos conocidas fundaciones analizaba el problema de la soledad en España. Los datos de este informe son muy interesantes porque diferencian "Soledad tóxica" (aislamiento social involuntario) de "Soledad beneficiosa" (deseo de intimidad voluntario). Las cifras que surgían eran, en general, preocupantes: más de la mitad de los españoles había experimentado esa soledad tóxica durante el último año. Pero es significativo que ese sentimiento no está asociado a estar "dentro o fuera del rebaño". Vivir solo o acompañado, por ejemplo, no correlaciona con el sentimiento subjetivo de incomunicación.

La investigación indica que la mayoría de las personas que viven solas lo hace por voluntad propia. Y que cohabitar con otras personas no nos libra del sentimiento: el 52,6% de los españoles que viven acompañados siente esa soledad tóxica en algún momento. Ramón de Campoamor decía que "no hay soledad más espantosa que la de dos en compañía". Tu forma de vida te ha librado de padecer esa sensación.

¿Eres tú o son ellos?

Existen muchas investigaciones que muestran que no importa la cantidad de personas que tenemos a nuestro alrededor: el factor decisivo es la calidad. La sensación de aislamiento viene de no conectar esporádicamente con algunos seres humanos afines. Tener a nuestro lado a individuos con los que no hay complicidad no la elimina. Un ejemplo de estos estudios que muestran que el estado de ánimo mejora solo cuando nos sentimos acompañados, queridos y respetados por los que tenemos cerca es el realizado por la doctora Janice Kiecolt-Glaser, del Institute for Behavioral Medicine Research. Analizando la vida anímica de voluntarios que convivían con sus parejas y otros que vivían solos, observó que los miembros de parejas positivas que proveen apoyo mutuo tienden a tener mejor salud mental. Pero aquellos que convivían con parejas cargadas de conflictos tienen peores condiciones biopsicológicas que los individuos "singles".

Piensa si no has llegado a esa situación porque no crees poder integrarte en grupo, porque rechazas el cariño ajeno o por un sentimiento narcisista

En fin, voy a terminar recomendándote echar un vistazo a los estudios de James Pennebaker, psicólogo de la Universidad de Texas. Aunque este científico es famoso por su análisis de la importancia del acompañamiento social como factor de resiliencia, creo que da muchas pistas sobre los factores necesarios para vivir apartado de la sociedad de forma armónica. Él recomienda, nuevamente, analizarse para descartar que el aislamiento responda a motivos no elegidos. Piensa si no has llegado a esa situación porque no crees poder integrarte en grupos a los que te gustaría pertenecer, porque acabas rechazando el cariño ajeno por falta de habilidades sociales, porque tus inseguridades te impiden compartir tus asuntos privados con nadie o por un sentimiento narcisista que te hace creer que estás por encima de los demás.

Si no es así, Pennebaker te recuerda que para sentirse acompañada no hace falta estar "dentro del rebaño". Sus investigaciones hablan de la escritura, la lectura, las redes sociales o la música como métodos de conectar con la poca compañía que algunos necesitan. "Soledad: un momento de plenitud", decía Montaigne. Efectivamente: cuando es voluntaria y dosificada hasta el punto que cada uno necesita, es perfectamente adaptativa.