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Extremoduro, Sabina y sus clones. ¿Qué hacemos con las bandas tributo?
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Víctor García

Extremoduro, Sabina y sus clones. ¿Qué hacemos con las bandas tributo?

El grupo de Robe Iniesta suspende un concierto de su banda tributo. En España se ha dado el caso de que el imitador ha 'echado' al imitado del cartel de un festival

Foto: Roberto Iniesta (i) e Iñaki Antón, guitarristas de Extremoduro, en la gira de 2014.
Roberto Iniesta (i) e Iñaki Antón, guitarristas de Extremoduro, en la gira de 2014.

“Hace unos días recibimos la llamada de los representantes legales de Extremoduro comunicándonos el malestar de la banda por el uso reiterado por nuestra parte en uno de nuestros festivales de una publicidad que ellos consideraban engañosa para el público (…). Tras varias conversaciones dejándonos claro que Extremoduro no tiene ningún problema bandas que le rindan tributo -siempre y cuando se respeten su nombre e imagen, y la publicidad no dé lugar a equívocos-, han considerado que el concierto previsto debía suspenderse por no cumplirse dichas condiciones”. Y se suspendió. Era un festival en Bermeo, en diciembre, donde debía escucharse música de Extremoduro, Platero y Tú y Marea, enmarcados en un cartel en el que el nombre de las bandas originales aparecía mucho más grande que el de la banda tributo. Ahí surge el dilema: ¿homenaje o ‘pirateo’ de un directo?

El anterior ejemplo es opuesto a una gira que pasa este 17 de abril por Madrid de un grupo llamado El Último Tributo. Es un nombre leal, sofisticado y que aparece en grande en el cartel. Debajo, en pequeño, se puede leer “tributo a El Último de la Fila”, el grupo de Manolo Garcíallamado así porla canción de Ronnie James Dio ‘The last in line’. En este caso se respeta perfectamente el nombre e imagen del original, dejando claro que es un tributo, un homenaje.

El 3 de febrero, en Madrid, aterrizó una de las mejores bandas tributos de todo el rock and roll a nivel internacional, Letz Zep, quienes llevan 15 giras por nuestro estado en los últimos 7 años y han visitado últimamente 20 países (¡agotaron recientemente el mítico Olympia de París! Más de 1700 espectadores). Su nombre y caligrafía es una sugerencia de lo que vas a encontrar sobre el escenario, pero en ningún momento en el cartel que anuncia al grupo aparece el nombre de Led Zeppelin. Con este respeto, los protagonistas han destilado palabras brillantes de su grupo tributo. Robert Plant ha felicitado a su vocalista Billy Kulke, Jimmy Page dice de ellos que “son excelentes” y John Paul Jones les desea “mucha suerte”. En definitiva, tienen su bendición. Muy distinto a historias como las de Bermeo que han sucedido en España.

En 2012, la Policía debió intervenir en un espectáculo en el Teatro Häagen-Dazs de Madrid, en el que en una noche de febrero iban a tocar Sabina y Serrat dentro de su espectáculo ‘Dos Pájaros y un trío’. Al menos eso debió de pensar una buena parte del público al ver los nombres en grande de los artistas y no distinguir entre el nombre de ese show y el de verdad: ‘Dos pájaros de un tiro’. Al poco de empezar el concierto la bronca del personal fue tal que hubo quienes dejaron su butaca por “un timo” mientras que otros provocaron que se personaran los cuerpos de seguridad en la actuación de los músicos Manuel del Río Gómez y Jesús María Felipe Gil, quienes no entendían tanta confusión. ¿Dónde está el límite? No hubo voluntad de engañar, pero una buena parte de las 760 personas que llenaban el aforo se sintió estafada.

De las salas a los festivales. Según ha podido saber El Confidencial, en un festival de rock el tema tomó un cariz preocupante ya que el grupo tributo llegó a sustituir al original tras unas negociaciones que se fueron al traste entre manager de la banda y promotor del evento. La conversación, más o menos, transcurrió por estos derroteros:

- “¿En cuánto está el caché del grupo para este festival?”

- “En 20.000 euros”

- “Demasiado. O se rebaja o tendré que llamar a un grupo tributo”.

Pedro Andreu ‘poniendo los cuernos’ a Bunbury

Por supuesto, dentro de nuestras fronteras también hay tributos reputados y que –como el mencionado Letz Zep- han logrado la bendición de los chicos originales. Ocurre con La Leñera (Leño) o Iberia (Héroes del Silencio), por poner dos ejemplos. En este último caso, el pasado sábado 17 de enero logró el hito de que el batería original, Pedro Andreu, se subiera al escenario de la madrileña sala Marco Aldany para interpretar dos temas con el grupo.

Continuando en España, hay otro grupo muy consolidado llamado The Bon Scott Band, sobre las tablas desde 1997. En este caso la banda de Barcelona ha dado una vuelta de tuerca a los clásicos de AC/DC revisando himnos del rock en castellano y aplicándoles el estilo inconfundible de la banda australiana. Un toque original, una evolución divertida, para adquirir su propia personalidad.

Más allá van otras bandas tributo como Beatallica, unos estadounidenses que mezclan canciones y estilos de The Beatles con Metallica… una de sus más famosas es el hit ‘All you need is blood’. Un trabajo que vino poco después de su The Grey Album (una mezcla entre The Black Album de Metallica y The White Album de The Beatles). Este tributo tuvo hasta sus enfrentamientos legales son Sony y debió intervenir el propio Lars Ullrich -batería y fundador de Metallica- ofreciendo asistencia legal al grupo tributo… Al final se llegó a un acuerdo para que Beatallica continuara su camino y sacara un nuevo álbum, el ‘Sgt. Hetfield's Motorbreath Pub Band’.

Existen diferentes niveles a la hora de ver una banda tributo. En España, además de las mencionadas, destacan otras de gran nivel como pueden ser Momo –Queen- o Pink Tones –Pink Floyd-, en las que la magia envuelve al homenaje porque si se cierran los ojos uno se traslada a un show de las míticas bandas. ¿Quiénes son los buenos y quiénes los malos? La última palabra la tiene el fan y su curiosidad musical por explorar y situar el listón a las bandas tributo en una determinada altura, partiendo de un respeto que se presupone… como el que se rinde en ‘El Último Tributo’.

“Hace unos días recibimos la llamada de los representantes legales de Extremoduro comunicándonos el malestar de la banda por el uso reiterado por nuestra parte en uno de nuestros festivales de una publicidad que ellos consideraban engañosa para el público (…). Tras varias conversaciones dejándonos claro que Extremoduro no tiene ningún problema bandas que le rindan tributo -siempre y cuando se respeten su nombre e imagen, y la publicidad no dé lugar a equívocos-, han considerado que el concierto previsto debía suspenderse por no cumplirse dichas condiciones”. Y se suspendió. Era un festival en Bermeo, en diciembre, donde debía escucharse música de Extremoduro, Platero y Tú y Marea, enmarcados en un cartel en el que el nombre de las bandas originales aparecía mucho más grande que el de la banda tributo. Ahí surge el dilema: ¿homenaje o ‘pirateo’ de un directo?

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