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España no se merece un presidente que lea
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Alberto Olmos

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España no se merece un presidente que lea

Sugerimos varios libros a Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera, a fin de que puedan ampliar su competencia retórica y elevar el nivel de sus pactos con citas de ringorango

Foto: Marilyn Monroe leyendo
Marilyn Monroe leyendo

Hay más fotos de Marilyn Monroe leyendo que de cualquiera de los candidatos a la Moncloa. Los anacolutos de Pedro Sánchez, la irreprimible cursilería de Pablo Iglesias, las frases Carrefour de Albert Rivera y los -por llamarlos de alguna manera- “ruiz” de Mariano Rajoy nos hablan de políticos que no se ejercitan con los libros, de gente que no vive la obligación de un marcapáginas. Me da que si se leyeran su propio programa, ya habrían leído el doble que el año pasado, que fue cuando se lo leyeron por primera vez. Acaso con mil o mil quinientas palabras se pueda gobernar un país.

El pueblo ha hablado. La matemática es confusa. Y encima, estamos en Navidad. Quizá a alguien se le ocurra regalar a nuestros candidatos tres o cuatro libros por Papá Noel o por Reyes, libros que les ayuden a pactar, o a empotrar en sus ásperas conversaciones alguna cita memorable de un autor clásico. En todo caso, es lo que se me ha ocurrido a mí para cerrar el año de este Mala Fama.

Mariano Rajoy

Hace tanta patria chica don Mariano que seguramente el mejor regalo legible para él será un libro de un autor gallego. Quizá 'El golpe de estado de Guadalupe Limón', de Gonzalo Torrente-Ballester, no le haga mucha gracia, pero acertaremos si debajo del papel de regalo descubre 'Off-side', del mismo autor, una de las obras maestras olvidadas de nuestra literatura. Seguramente se sienta refrendado por esta frase de la novela: “El amor sólo se descubre en la pasividad”.

Como complemento, también le podemos enviar 'Nada en el domingo', de Francisco Umbral -¡sin segundas!- o el clásico de la novela negra 'Pacto de sangre', de James M. Cain, origen de la película 'Perdición', de Billy Wilder. Dos pactan deshacerse de otro... y la cosa sale mal.

Pedro Sánchez

Hay que reconocer que Pedro Sánchez nos habla a veces de libros, aunque dé mal los títulos o parezca que mira la lista de más vendidos antes de arriesgar uno.

Con todo, para el líder superviviente del PSOE vamos a proponer una novela corta magistral: 'Carta breve para un largo adiós', de Peter Handke. Por si acaso.

También le sería de provecho que alguien le regalara 'Teoría de la clase ociosa', de Thorstein Veblen, un ensayo del que podrá espigar frases que puedan alcanzar una gran repercusión en Twitter. Imagínense a Pedro Sánchez tuiteándole esto a Íñigo Errejón: “Como la lucha es sustancialmente una lucha por la reputación sobre la base de comparaciones odiosas, no es posible llegar a ningún logro que sea verdaderamente definitivo”.

Finalmente, nos ponemos ambiciosos: 'Tom Jones', de Henry Fielding, 1.400 páginas que Pedro Sánchez quizá tenga tiempo de acabar antes de verse presidente. Miren qué cita les traigo de esta novela excepcional: “Fue una boda por amor, como suele decirse, por ambos lados; es decir, una boda entre mendigos.”

Pablo Iglesias

Entremeter narrativa en una estantería que imaginamos llena de libros de Laclau, Gramsci o Badiou no es empresa fácil, pero ¿quién le hace ascos a un regalo?

A Pablo Iglesias podemos obsequiarle estos días con 'Patrimonio', de Philip Roth, uno de los mejores testimonios sobre la pérdida del padre que se han escrito nunca. A lo mejor se lo podía dedicar Felipe González de su puño y letra. La herencia recibida, el respeto y la impugnación de nuestros mayores... de eso trata. Ojo a la cita: “Este era mi patrimonio: no el dinero, ni los tefelines, ni el cuenco de afeitar, sino la mierda.”

'Martin Eden' es una novela de Jack London sobre un muchacho de clase baja que, gracias a los libros, consigue desclasarse y entrar en los delicados salones de la alta sociedad. Acierto seguro.

Finalmente, versos. La 'Poesía completa' de Blas de Otero, tan directa e inspirada, quizá termine de una vez con la cursilería de la peor estirpe que viene utilizando el líder de Podemos. Me imagino a Pablo Iglesias subrayando estos versos:

"Enfrente
está el futuro: es todo lo que os dejo".

Albert Rivera

Rivera puede empezar conociendo una curiosa idea que atraviesa todo el ensayo 'Historia de la corrupción', de Carlo Alberto Brioschi. Dice así: “O sea, yo prefiero... hombres brillantes y singulares, aunque sean un poco sinvergüenzas, a hombres grises y aburridos, pero honrados. Porque al final, la mediocridad, el aburrimiento e incluso la excesiva honradez harán sin duda más daño al país.”

Podemos envolver este regalo con un papel en el que figure esta cita de Octavio Paz: “Una nación comienza a corromperse cuando se corrompe su sintaxis.”

Luego le obsequiaríamos con 'Mucho ruido y pocas nueces', una comedia de William Shakespeare que parece definir muy bien cierta estrategia de pacto: “El silencio es el más perfecto heraldo de la alegría. Estaría muy poco feliz si pudiera decir cuánto. Señora, como vos sois mía, yo soy vuestro; me entrego a vos, y enloquezco con el cambio.”

Finalmente, 'La educación de Henry Adams', del mismo Henry Adams, estas elegantísimas memorias donde el protagonista uno diría que viste, como Albert, de Hugo Boss, complacerán al líder de Ciudadanos por su templanza y su buen tono. Esperamos que subraye esta frase: “Todos los jóvenes eran ricos si sabían bailar el vals”.

Hay más fotos de Marilyn Monroe leyendo que de cualquiera de los candidatos a la Moncloa. Los anacolutos de Pedro Sánchez, la irreprimible cursilería de Pablo Iglesias, las frases Carrefour de Albert Rivera y los -por llamarlos de alguna manera- “ruiz” de Mariano Rajoy nos hablan de políticos que no se ejercitan con los libros, de gente que no vive la obligación de un marcapáginas. Me da que si se leyeran su propio programa, ya habrían leído el doble que el año pasado, que fue cuando se lo leyeron por primera vez. Acaso con mil o mil quinientas palabras se pueda gobernar un país.

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