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Mis 25 mejores novelas del siglo XXI
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Alberto Olmos

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Mis 25 mejores novelas del siglo XXI

Selección muy personal de los títulos más destacados en narrativa internacional de este siglo

Foto: Michel Houellebecq. (EFE)
Michel Houellebecq. (EFE)

Que la literatura internacional no existe lo prueba un dato fenomenal: de las 25 novelas que yo considero mejores de nuestra literatura en lo que va de siglo, no todas fueron traducidas a algún idioma, y prácticamente ninguna al inglés (y, si acaso, a un sello cuya distribución no sobrepasa la frontera de Kansas o Iowa). Es decir, nadie que no lea en español sabe realmente nada de literatura española, pues las traducciones son pocas, un tanto aleatorias y cero representativas. En Nueva York, no hay un solo lector de Francisco Umbral, Rosa Chacel o Gonzalo Torrente Ballester. Fuera de España, nadie sabe que existen 'Trilogía de Madrid', 'Memorias de Leticia Valle' u 'Off-side', tres de las mejores novelas españolas del siglo XX.

Así las cosas, la literatura polaca debe de tener sus propios Umbral, Chacel y Ballester, como los tendrán la rusa, la china y la australiana. Lo que nos llega de estos países, de todos los países, son autores que, por algún motivo, alguien en España creyó que merecía la pena traducir. En realidad, no sabemos nada de la escena literaria polaca o australiana, países de los que en buena medida hemos creado un panorama paralelo, raquítico y un punto folclórico.

De Estados Unidos, sin embargo, creo que sí alcanzamos a ver el dibujo. Por un lado, porque leer en inglés no es algo tan difícil o extravagante; por otro, porque cualquier cosa que se publique en Estados Unidos es inmediatamente traducida a nuestro idioma. Si no lo publicó Mondadori (cuando se llamaba Mondadori), lo publicará Pálido Fuego (pensemos en 'La casa de hojas', de Danielewski), y si no Underwood, y si no la nueva editorial de tu cuñado. Traducir a un estadounidense es el único sueño del editor cuñado español. Por eso están todos traducidos.

Traducir a un estadounidense es el único sueño del editor cuñado español. Por eso están todos traducidos

A esta minusvalía lectora respecto a las literaturas extranjeras hay que sumar el hecho de que, simplemente, nadie puede leer toda la narrativa que se traduce, ni enterarse siquiera muchas veces de que se ha traducido. Hablamos de cientos de novelas al año.

Dicho lo cual, pasamos a hacer la absurda, pero fascinante, lista de mejores novelas de la literatura internacional en lo que llevamos de siglo XXI. ¿Por qué? Porque si no haces tú las listas, te las hacen.

Estados Unidos

Al igual que su cine y su comida basura, la literatura de Estados Unidos es la mejor del mundo. Pueden ahondar en ella apropiadamente leyendo el libro de Eduardo Lago 'Walt Whiman ya no vive aquí' (Sexto Piso).

El mito de la Gran Novela Americana nos dejó en estas dos décadas dos obras cruciales: 'Las correcciones', de Jonathan Franzen, y 'Europa Central', de William T. Vollmann. Esta última quizá sea la mejor novela-novela de todo lo que llevamos de siglo, por cierto.

'Europa Central', de William T. Vollmann, quizá sea la mejor novela-novela de todo lo que llevamos de siglo, por cierto

Luego tenemos un buen puñado de geniecillos que, rondando los 30, ya dieron novelas inolvidables. Tenemos a Jonathan Safran Foer y su 'Tan fuerte, tan cerca', llena de pirotecnia tipográfica y fotos y emociones pos11-S; tenemos a Ben Lerner y su meta-ficción '10:04', una de las cumbres del ensimismamiento posmoderno: va de un tipo que tiene que escribir un libro porque le han dado un adelanto de medio millón de euros, y ese es el libro, y está 'Departamento de especulaciones', de Jenny Offill, un delicado juego cultural y marital que se cuenta entre los libros más encantadores que yo he leído nunca.

Se me acaban los ditirambos y aún no cité a Marilynne Robinson, cuyo 'Gilead' es tan bello y espiritual que parece venido de otro tiempo, de uno sin modernos. Toda su obra es imprescindible.

El viejo Philip Roth no puede ausentarse de esta lista, y dudo entre 'La mancha humana', que vio venir el infierno de lo políticamente correcto, y 'Sale el espectro', una obra más pequeñita, pero definitiva sobre la decadencia y la muerte.

Daniel Mendelsohn, con 'Una Odisea', abunda en la autoficción ilustrada, bien hecha y nada autocomplaciente. En España, la autoficción es una charlotada comparada con estos libros, amigos.

Elif Batuman hizo el libro fresco y alegre de la juventud con 'Los poseídos', aunque luego ha publicado una novela espantosa, 'La idiota'.

Cerramos Estados Unidos con, increíblemente, el mejor de todos: David Markson. 'Esto no es una novela' y los otros tres títulos de la tetralogía que hizo con (ojo) anécdotas sueltas ('Reader´s Block', 'Vanishing Point', 'The Last Novel') componen la obra más sencilla y terminal de la literatura de nuestro tiempo.

Resto del mundo

En lengua inglesa hay más genialidades: la canadiense Rachel Cusk, para empezar. 'Prestigio', como podría citar 'Contraluz', como podría citar 'Tránsito'. Las historias de los otros en el hueco que deja el yo. 'En islas extremas', de la escocesa Amy Liptrot, es una biografía sin florituras, desangelada y fuerte. A pesar de la sobredosis de autoficción, es imposible no acordarse de 'La liebre con ojos de ámbar', del inglés Edmund de Waal. También es imposible dejar fuera al premio Nobel sudafricano JM Coetzee y su impresionante 'Diario de un mal año'.

El novelista más en forma en Reino Unido es, sin embargo, Ian McEwan, al que niego la entrada para poner la novela más singular de aquellas tierras en estos tiempos: 'Zona', del pizpireto Geoff Dyer. Narra plano a plano la película 'Stalker', de Tarkovski, y, aunque no lo crean, es fascinante.

Por dejarles patidifusos, también creo que Murakami y Elena Ferrante han escrito dos de las mejores novelas del siglo XXI

De los franceses me quedo con 'Plataforma', de Michel Houellebecq, y con Virginie Despentes en 'Vernon Subutex 2'. Luego tenemos al rumano Mircea Cartarescu con su monumental y extraordinariamente bien traducida por Marian Ochoa de Eribe 'Solenoide'; al húngaro Laszlo Krasznarhorkai, que solo leo yo en España (nunca he encontrado a nadie con quien hablar de sus libros; pongamos el más breve, pero de título más largo: 'Al norte la montaña, al sur el lago, al oeste el camino, al este el río'), también traducido espectacularmente por Adan Kovacsics. Y, por dejarles patidifusos, también creo que Haruki Murakami ('Kafka en la orilla') y Elena Ferrante ('La amiga estupenda') han escrito dos de las mejores novelas del siglo XXI, aunque estas sí que las haya leído alguien (varios millones, de hecho).

Finalmente, de Latinoamérica me quedo con 'El desbarrancadero', de Fernando Vallejo, 'Bonsái', de Alejandro Zambra, 'Distancia de rescate', de Samanta Schweblin, y 'La novela luminosa', de Mario Levrero. No necesitaron traducción y por eso este artículo debe cerrarse dando las gracias a los traductores que hicieron posible la lectura dichosa del resto de obras mencionadas, como Ramón Buenaventura, Eduardo Jordá, Encarna Gómez Castejón, Jordi Fibla, María Remedios Fernández Ruiz, Catalina Martínez Muñoz, Noemí Sobregués, Roberto Falcó, Gabriel Dols, Laura Wittner, Lourdes Porta, Toni Hill, Montserrat Gurguí, Hernan Sabaté, Marcelo Cohen, Marta Rebón, Cruz Rodríguez o Celia Filipetto. Si el crítico es un escritor frustrado, el traductor es un frustrado triunfal.

LISTA

'La mancha humana' (2000; 2001, Alfaguara), de Philip Roth.

'Las correcciones' (2001; 2002, Salamandra), de Jonathan Franzen.

'Plataforma' (2001; 2002, Anagrama), de Michel Houellebecq.

'Esto no es una novela' (2001; 2013, La bestia equilátera), de David Markson.

'El desbarrancadero' (2001, Alfaguara), de Fernando Vallejo.

'Kafka en la orilla' (2002, 2006, Tusquets), de Haruki Murakami.

'Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río' (2003; Acantilado), de Laszlo Krasznahorkai.

'Europa Central' (2005; 2007, Random House), de William T. Vollmann.

'La novela luminosa' (2005, Alfaguara), de Mario Levrero.

'Tan fuerte, tan cerca' (2005; 2005, Lumen), de Jonathan Safran Foer.

'Gilead' (2006; 2011, Galaxia Gutenberg), de Marilynne Robinson.

'Diario de un mal año' (2007; 2007, Random House), de JM Coetzee.

'La liebre con ojos de ámbar' (2009; 2012, Acantilado), de Edmund de Waal.

'Los poseídos' (2010; 2011, Seix Barral), de Elif Batuman.

'Bonsái' (2011, Anagrama), de Alejandro Zambra.

'La amiga estupenda' (2011; 2012, Lumen), de Elena Ferrante.

'Zona' (2012; 2013, Random House), de Geoff Dyer.

'10:04' (2014; 2015, Reservoir Books), de Ben Lerner.

'Distancia de rescate' (2014, Random House), de Samantha Schweblin.

'Departamento de especulaciones' (2014; 2016, Libros del Asteroide), de Jenny Offill.

'En islas extremas' (2015; 2017, Volcano), Amy Liptrot.

'Vernon Subutex, 2' (2015; 2017, Random House), de Virginie Despentes.

'Solenoide' (2015; 2017, Impedimenta), de Mircea Cartarescu.

'Una odisea: un padre, un hijo, una epopeya' (2017; 2019, Seix Barral), de Daniel Mendelsohn.

'Prestigio' (2018; 2018, Libros del Asteroide), de Rachel Cusk.

Que la literatura internacional no existe lo prueba un dato fenomenal: de las 25 novelas que yo considero mejores de nuestra literatura en lo que va de siglo, no todas fueron traducidas a algún idioma, y prácticamente ninguna al inglés (y, si acaso, a un sello cuya distribución no sobrepasa la frontera de Kansas o Iowa). Es decir, nadie que no lea en español sabe realmente nada de literatura española, pues las traducciones son pocas, un tanto aleatorias y cero representativas. En Nueva York, no hay un solo lector de Francisco Umbral, Rosa Chacel o Gonzalo Torrente Ballester. Fuera de España, nadie sabe que existen 'Trilogía de Madrid', 'Memorias de Leticia Valle' u 'Off-side', tres de las mejores novelas españolas del siglo XX.