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Los judíos y su inteligencia
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Los judíos y su inteligencia

Se discute de dónde proviene que sean tan inteligentes. Unos lo achacan a la genética, pero la explicación no es muy convincente

Foto: Albert Einstein. (iStock)
Albert Einstein. (iStock)

Los judíos son un pueblo esparcido por el mundo, pero una gota en medio del oceano humano. Que son muy inteligentes es indudable. Si se repasa el conjunto de saberes que componen el mundo de la inteligencia, pronto aparece un judío. Marx, Einstein o Wittgenstein, por citar una gota de la gota, eran judíos. O si se quieren usar otros sinónimos históricos les podemos llamar israelíes cananeos, samaritanos o palestinos.

Se discute de dónde proviene que sean tan inteligentes. Unos lo achacan a la genética, pero la explicacion no es muy convincente. Otros al darwinismo, puesto que al haber sido castigados o exterminados han sobrevivido los mejores. Tampoco parece muy convincente.

placeholder Ludwig Wittgenstein.
Ludwig Wittgenstein.

Creo que si nos apoyamos en la Biblia o el Tanaj podemos apuntar en una dirección más certera. Y que vale para creyentes o incrédulos en Yahvé, que es el nombre que daban los griegos a aquel Dios al que se le escuchaba pero no se podía nombrar. Así, al ser un pueblo elegido se genera entre sus miembros un vínculo que les da una especial protección mutua.

La austeridad es otra característica, puesto que el judío es un pueblo que tiene que saber sufrir ante la amenaza externa.Todo ello les lleva al ahorro.Y lo ahorrado saben invertirlo. Así, unos pocos, rodeados y con dinero, es fácil que produzcan envidia e ira. De esta manera se mira al judío como un usurero. Bien inmortalizó Shakespeare en El Mercader de Venecia a esta figura del judío. En España se aplico la palabra de marranos a los judios convertidos al cristianismo. Se sospechaba, y con razon, que con la aprobación de los rabinos podían fingir ser cristianos. Pero detras estaban las finanzas. Que se lo pregunten a Américo Castro.

placeholder El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. (Reuters/Pool/Abir Sultan)
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. (Reuters/Pool/Abir Sultan)

Quien esto escribe ha tenido muchos y buenos amigos judíos. En general, muy inteligentes. Pero cuando aparecía algún tonto lo era de remate. Se puede preguntar uno ahora si el primer ministro del Estado de Israel es una persona inteligente. Es muy probable que para sus intereses lo sea. Y también para convencer a muchos votantes y hacerles cómplices de su política contra los palestinos. Una política que se asienta en el poderío, desoye al derecho internacional, ocupa territorios que no son suyos, subyuga a los ocupados y responde con una inmisericorde desproporción a los ataques que pueda sufrir.

Mi respuesta es que la inteligencia humana es con frecuencia la gran aliada del mal. Nos hace ser no solo agresivos como el resto de los animales sino inhumanamente violentos. Es este un caso. Y es este un ejemplo de que para ser bueno hay que ser inteligente y para ser malo se puede ser neciamente inteligente.

Los judíos son un pueblo esparcido por el mundo, pero una gota en medio del oceano humano. Que son muy inteligentes es indudable. Si se repasa el conjunto de saberes que componen el mundo de la inteligencia, pronto aparece un judío. Marx, Einstein o Wittgenstein, por citar una gota de la gota, eran judíos. O si se quieren usar otros sinónimos históricos les podemos llamar israelíes cananeos, samaritanos o palestinos.

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