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Hortelano, el ‘canadiense’ que apareció de golpe en San Sebastián
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Ignacio Romo

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Hortelano, el ‘canadiense’ que apareció de golpe en San Sebastián

Desde 2009, el plusmarquista nacional de 200 metros, que tardó en despuntar, se prepara a comienzos del año en Norteamérica y llega a España en verano para competir en los Nacionales

Foto: Hortelano llegando a meta en la semifinal de 200 (David Gray/Reuters).
Hortelano llegando a meta en la semifinal de 200 (David Gray/Reuters).

“Dicen que viene a correr un tío de Canadá”. Estamos en el invierno de 2009 y la conversación se produce en el seno de un grupo de jóvenes velocistas españoles. Los Campeonatos de España de invierno en categoría junior se disputan en el mítico velódromo de Anoeta y el asunto se convierte en el rumor de moda entre los velocistas. “Estábamos todos muy sorprendidos –afirma Jorge del Río, campeón de España cadete de 100 metros– nos dijeron que competía en Canadá pero que le habían mandado un billete de avión e iba a correr en San Sebastián”.

Foto: Hortelano, entrando en meta (Reuters)

El desembarco de Bruno Hortelano en el atletismo español se produce por obra de Mari Carmen Gómez, vicepresidenta de la Federación Madrileña, y artífice del fichaje del velocista afincado en Canadá por el club Mapoma Pozuelo Majadahonda. Gracias a sus gestiones, en febrero de 2009, Bruno Hortelano se daba a conocer en el atletismo español. En realidad no deslumbró. Hortelano se clasificó cuarto en los 60 metros con 6.95. El catalán Eduard Viles ganó la prueba con 6.86. Un día más tarde, Hortelano regresa a Canadá y no aparece de nuevo en España hasta los Campeonatos junior de verano, que se disputan ese año en Mallorca.

“Recuerdo muy bien a Bruno en Mallorca porque todos estábamos muy atentos a él, era la novedad”, afirma Del Río, compañero de club de Hortelano. “En Mallorca íbamos todos en el autocar y estuve hablando con Hortelano –recuerda Miguel Camarena, integrante también del equipo de relevos 4x100 de Pozuelo que ganó la medalla de oro– y me sorprendió que me dijera que sólo entrenaba atletismo dos días a la semana. Más tarde me explicó que jugaba también al fútbol americano”. Hortelano de hecho fue nombrado mejor defensa en la Liga High School de fútbol americano de Ontario.

En Mallorca no compitió en los 200 metros, pero sí logró medalla en el hectómetro. Se llevó el bronce de los 100 metros aunque con una marca peor de lo que se esperaba de él (11.19 frente a los 10.87 de Viles). El crono logrado por Bruno, de inferior calidad al que traía acreditado, hizo exclamar a uno de sus rivales: “Me parece que a éste le regalan un poco las marcas en Canadá…”.

“La verdad es que Bruno iba un poco a su bola en Mallorca, se le veía muy a lo suyo y no mostraba ningún interés en integrarse con los demás cuando bajábamos a dar un paseo o a la playa”, recuerda otro compañero de equipo. “Daba la impresión de estar muy dedicado a sus estudios y estaba siempre totalmente centrado en la competición. Ahora, claro, eso lo veo como su gran virtud, por eso está en la élite mundial”. Un periodista, padre de otro atleta que competía en aquellos campeonatos junior, cuenta una anécdota que explica que Hortelano, a los 17 años, era un tipo muy directo, con las ideas claras: “Le pregunté a mi hijo si quería un café y, antes de que me respondiera, apareció Hortelano y dijo: '¡Sí, para mi un café solo!'”.

Al año siguiente, Bruno tiene una experiencia dolorosa. Conoce el lado amargo del deporte. Ni siquiera fue una derrota. Mucho peor que eso. Se disputan en Castellón los Nacionales junior y Bruno vuelve a cruzar el Atlántico (esta vez ya afincado en Nueva York, ya en la Universidad Cornell) para competir. Se inscribe esta vez en los 200 metros y ni siquiera llega a correr. Protagoniza una salida nula y es descalificado. Viajar desde Estados Unidos y no poder competir fue un golpe duro para el actual plusmarquista nacional.

La primera explosión del talento de Hortelano tiene lugar en Toledo, en los Campeonatos de España sub-23 de 2012. En los 100 metros derrota por sólo una centésima de segundo (10.36 frente a 10.37) al saltador de longitud Eusebio Cáceres. Decide correr los 200 metros y ahí arrasa. Gana con una gran superioridad, en un crono de 20.99. Cuatro años más tarde, Bruno Hortelano ha recortado casi un segundo. Pero ayer acusó el cansancio de su gran carrera en la primera ronda de los Juegos de Río y quedó fuera de la final olímpica.

“Dicen que viene a correr un tío de Canadá”. Estamos en el invierno de 2009 y la conversación se produce en el seno de un grupo de jóvenes velocistas españoles. Los Campeonatos de España de invierno en categoría junior se disputan en el mítico velódromo de Anoeta y el asunto se convierte en el rumor de moda entre los velocistas. “Estábamos todos muy sorprendidos –afirma Jorge del Río, campeón de España cadete de 100 metros– nos dijeron que competía en Canadá pero que le habían mandado un billete de avión e iba a correr en San Sebastián”.