¿Griezmann? Efectivamente, Torres se marchó al Liverpool a aprender inglés...

Del mismo modo que muchas veces recurrimos a las redes sociales para denunciar comportamientos que son todo menos precisamente sociales, hay otras en las que el ingenio de los usuarios de, por ejemplo, Twitter merece ser aprovechado para simplificar en menos de 140 caracteres auténticos análisis de situación. Este es el caso de la polémica e indignación que ha generado entre los aficionados del Atlético de Madrid el hecho de que Antoine Griezmann aireara la semana pasada su idea de marcharse del conjunto rojiblanco, probablemente en dirección al Manchester United. "Muy mal Griezmann queriendo irse del Atlético en busca de dinero y títulos. No como Torres, que se fue a Liverpool a aprender inglés". El fue el tuit que escribió @Arteaga_V2 con una fina ironía en las formas, pero cargado de razón en el fondo.

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Alonso Castilla

"Queremos jugadores que se quieran quedar en el Atleti; no que se queden, que se quieran quedar", había dicho Fernando Torres en lo que fue rápidamente interpretado como un tirón de orejas a su compañero de delantera. Pero, efectivamente, el Niño no es el más indicado para dar lecciones de fidelidad a Griezmann. Primero, porque él no quiso quedarse en el Atlético cuando se marchó al Liverpool de Rafa Benítez. Y, segundo, porque su caso es muy diferente, pues Antoine no es canterano como él. Ocho años más tarde, Fernando volvió y nadie pone en duda su sentimiento rojiblanco, pero esto es algo que nadie puede exigirle al '7' colchonero.

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Desde que llegó a su país para iniciar las vacaciones, Griezmann cambió radicalmente su discurso y no ha dejado de tensar la cuerda. Primero fueron ese 6 en posibilidades de 0 a 10 de irse al United y, tan solo 24 horas después, su "ahora quiero ganar títulos y en función de eso voy a decidir mi futuro". Para colmo, unas declaraciones que el club sacó a la luz después de todo lo dicho por Griezmann en Francia dejaban como titular un "ojalá pueda ganar trofeos con el Atlético", lo cual terminó por desconcertar y mosquear aún más al personal.

Los dirigentes del Atlético también están muy molestos con el comportamiento del delantero, aunque después del papelón que Miguel Ángel Gil ha hecho con Theo Hernández, con la boca cerrada mientras su afición se sentía pisoteada al ver cómo dos días antes de la vuelta de semifinales de Champions contra el Real Madrid el lateral pasaba reconocimiento médico con los blancos. Sabido es que la única preocupación del consejero delegado es que Florentino Pérez le pague 30 millones en lugar de los 24 que estipula la cláusula de rescisión de Theo, pero solo por eso debería entender la egoísta postura de Griezmann.

Hay futbolistas que se van y reniegan del equipo que les dio la oportunidad, como fue el caso de Joseba Etxeberria, quien al poco de debutar con la Real pagó su clásula de rescisión para irse al Athletic de Bilbao, donde le acogieron al grito de "¡Uranga, cabrón, Etxebe es un león!", en referencia al por entonces presidente del club donostiarra. Luego están los que se van y no vuelven, aunque no pierden la vinculación y muestran su agradecimiento. Siguiendo con Zubieta, este es el caso de Xabi Alonso, quien después de irse al Liverpool y jugar más tarde en Real Madrid y Bayern, nunca ha escondido que su equipo de pequeño "y de mayor también" es la Real. Y, por último, los hay que se van y vuelven, como Illarramendi, con billete de ida y vuelta al Real Madrid, el mismo caso que el del mencionado Torres, aunque éste se marchó al Liverpool en 2007 y regresó al Atlético desde el Milan en 2015, previo paso por el Chelsea, el equipo donde ganó los tres títulos que tiene a nivel de clubes: Champions, Liga Europa y FA Cup.

Pues bien, si Griezmann terminara por irse del Atlético, no entraría en ninguno de los tres supuestos, ya que su club de origen es la Real Sociedad, de ahí que tampoco se entiende tanta indignación de la afición colchonera, más allá de que lógicamente a ninguna hinchada le gusta que la desprecien. Lo escribí en Twitter y lo mantengo: el Atlético le debe más a Griezmann que Griezmann al Atlético, y ahí está su gran rendimiento. El club al que realmente tiene que estar agradecido el delantero francés (y de hecho lo está) es la Real, de la que es canterano y a la que, por cierto, le corresponde el 20% de su traspaso, algo que debería tener en guardia a sus dirigientes, pues conocidas son las 'habilidades' de Miguel Ángel Gil para cerrar operaciones en las que las cuentas no son siempre lo que parecen. De hecho, en Inglaterra están al corriente y, a la espera de lo que decida el TAS, pues si éste mantiene la sanción de no fichar se hace impensable que el Atlético rebaje un euro la cláusula de 100 millones de euros de Griezmann, saben que es un club vendedor y que tarde o temprano negociará.

PD. Como era de esperar en vista de la que estaba cayendo, Antoine escribió un tweet en el que explica que "todo son rumores infundados", que su presente sigue siendo colchonero y que hablará con la dirección deportiva del Atlético. Todo eso está muy bien, aunque si algo confirma es que el francés al menos se ha dado cuenta de que no está nada bien asesorado. De hecho, ya ha podido comprobar cuál ha sido la reacción de los aficionados rojiblancos, quienes incluso le han recordado sus penaltis fallados. Y es que da la sensación de que, pase lo que pase, ya nada será igual. Griezmann viste la camiseta del Atleti, pero nada más... y nada menos.