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La dimisión de Godall, el último 'hater' de Nadal: de la lista Falciani a insultar a una diputada
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Kike Marín

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La dimisión de Godall, el último 'hater' de Nadal: de la lista Falciani a insultar a una diputada

El directivo de Laporta que considera a Rafa representante del "Estado enemigo" y le llama "forastero" tiene unos antecedentes que retratan su incoherencia y su mala educación

Foto: Rafa Nadal, tras ganar el Abierto de Australia. (REUTERS / Loren Elliott)
Rafa Nadal, tras ganar el Abierto de Australia. (REUTERS / Loren Elliott)

Según el escritor brasileño Nélson Rodrigues, "toda la unanimidad es tonta", aunque hay ocasiones en las que basta con un tonto para que no haya unanimidad. Si algo generó Rafa Nadal el pasado domingo con su histórico triunfo en Australia fue la admiración de todo el deporte mundial. Su victoria ante el ruso Daniil Medvedev no solo le supuso al tenista español pasar a la historia al sumar su vigesimoprimero Grand Slam, una cifra que nadie antes había logrado, sino que la manera de lograrlo, remontando un 2-0 en un partido de casi 5 horas y media de duración, definitivamente agotó las existencias de calificativos hacia su figura. Y es que Rafa no solo representa como nadie los valores del deporte, sino que los exhibe tanto dentro como fuera de la pista.

Foto: Rafa Nadal, en la presentación de su academia, instalada en Manacor. (EFE) Opinión

Sin embargo, y tal vez porque, además de que toda la unanimidad es tonta, escribir algo malo de Nadal es tan inhabitual que, a poco que tengas un cargo público, hacerlo te garantiza un cierto grado de popularidad, hubo quien quiso aprovechar la última hazaña de Nadal para descalificarle. Ya sucedió con aquel diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid que, cuando a Rafa se le ocurrió decir que "a mi modo de entender, y no quiero ser imprudente, lo mejor sería votar", escribió el siguiente mensaje en su cuenta de Twitter: "Nadal quiere elecciones. A mí, sin embargo, me gustaría que dejase de practicar un tenis soporífero, defensivo, hipermusculado y pasabolas". Leer para creer.

Como dijo el filósofo francés Michel de Montaigne, "nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis". Y esto es precisamente lo que le ha sucedido a Alfons Godall, conocido por haber sido vicepresidente del FC Barcelona en la primera etapa de Joan Laporta y, tras el regreso de éste al frente del club catalán, ocupar la vicepresidencia de su fundación, la misma que ha dejado este jueves por el revuelo montado. "Rafael Navidad me ha dado angustia desde el primer día", escribió en su cuenta de Twitter el tal Godall Martínez, haciendo un juego de palabras con el apellido Nadal, que significa Navidad en catalán. "Le meto en el mismo saco que a La Roja, el Real Madrid, Fernando Alonso y todo lo que represente al Estado enemigo", añadió.

Claro que si no había sido suficiente, y para demostrar su énfasis a la hora de decir estupideces, unas horas más tarde el mismo Godall Martínez escribió otro mensaje en el que dijo: "Parece que en la ñorda se han cabreado un poco ¡Buenas noches a todos!", mientras que al día siguiente se recreó: "Hoy no hablaremos de cosas ni de personas forasteras. Será un día más tranquilo, supongo. ¡Viva el Barça y viva la República independiente de Cataluña! (¡Pese a los que no tienen cojones de hacerla!)".

placeholder Alfons Godall, durante la presentación de la precandidatura del Barça. (EFE / Albert Olivé)
Alfons Godall, durante la presentación de la precandidatura del Barça. (EFE / Albert Olivé)

Independentista con cuentas en Suiza

Más allá de su independentismo y sus cargos en el Barça, lo único que se sabe de la vida personal de Godall Martínez es que en 2015 apareció en la lista Falciani de evasores fiscales y que, también a través de su cuenta de Twitter, llamó "fea de cojones" a Natalia Sánchez, diputada de la CUP, dos asuntos que llevaron a un diputado de este partido a tildarle de "mediocre, miserable, misógino, machista y chorizo". Esto último, en referencia a que en su etapa como vicepresidente del Barça ocultó dinero en una cuenta en Suiza sin declarar, tal y como se desprendió de la información del banco HSBC de Ginebra facilitada por el informático Hervé Falciani a la policía francesa.

Lo más curioso, por no tildarlo directamente de ridículo, es que el tuit de Alfons Godall sobre Nadal llegó casi al unísono que la felicitación oficial del FC Barcelona al tenista mallorquín, quien siempre ha tenido una estrecha relación con la capital catalana, y no solo por haber ganado 12 veces el Torneo Conde de Godó. El club azulgrana lo hizo aprovechando el mensaje promocional de Nike, uno de sus patrocinadores principales, y limitándose a "sumarse" a las "muestras de reconocimiento del mundo del deporte frente al registro histórico".

Foto: Rafa Nadal y Novak Djokovic, durante un entrenamiento. (EFE / Sergio Barrenechea)

Horas después de la polémica, Godall ha anunciado que deja el cargo porque "el tuit con mi opinión sobre un personaje famoso y su perfil puede perjudicar la Fundación Barça por la presión de algunas empresa y medios (de comunicación). No quiero costar ni un céntimo al FC Barcelona ni renunciar a la libertad de expresión. En consecuencia renuncio al cargo". Sus irrespetuosas palabras hacia una leyenda del deporte mundial en cierto modo comprometen la relación del Barça con la mencionada marca deportiva que comparte con Nadal, quien, al menos a día de hoy, le representa bastante mejor. Y no solo por sus éxitos, sino sobre todo por los valores que transmite, inquebrantables ante la estulticia de quienes intentan hacerse conocidos, que no reconocidos, gracias al más GRANDE…

Según el escritor brasileño Nélson Rodrigues, "toda la unanimidad es tonta", aunque hay ocasiones en las que basta con un tonto para que no haya unanimidad. Si algo generó Rafa Nadal el pasado domingo con su histórico triunfo en Australia fue la admiración de todo el deporte mundial. Su victoria ante el ruso Daniil Medvedev no solo le supuso al tenista español pasar a la historia al sumar su vigesimoprimero Grand Slam, una cifra que nadie antes había logrado, sino que la manera de lograrlo, remontando un 2-0 en un partido de casi 5 horas y media de duración, definitivamente agotó las existencias de calificativos hacia su figura. Y es que Rafa no solo representa como nadie los valores del deporte, sino que los exhibe tanto dentro como fuera de la pista.

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