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La insólita campanada olímpica de Pocholo y Anna Nisu
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Carlos Prieto

Agresión sin balón

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La insólita campanada olímpica de Pocholo y Anna Nisu

Sopresón histórico en la prueba femenina de ciclismo. Pocholo se 'cuela' en Tokio...

Foto: Anna Kiesenhofer, durante la prueba femenina de ciclismo en ruta. (Getty)
Anna Kiesenhofer, durante la prueba femenina de ciclismo en ruta. (Getty)

No es fácil explicar qué pasó en la prueba femenina de ciclismo en ruta.

Versión corta: ¿la mayor sorpresa olímpica de todos los tiempos?

Versión larga: una ciclista 'amateur' desconocida (la austriaca Anna Kiesenhofer) se escapó en el primer kilómetro junto a otras correderas, descolgó a todas y se quedó sola al frente de la prueba. El pelotón —que pensó que había neutralizado a todas las fugadas (las comunicaciones radiofónicas están prohibidas)— no fue a por Kiesenhofer, a la que podían haber echado el lazo fácilmente... si hubieran reparado en ella. La desconocida entró en meta totalmente anonadada, en estado de 'shock': era campeona olímpica. Pero no se vayan todavía, porque aún hay más...

Nunca dejes de soñar

La gran favorita en ciclismo en ruta, la holandesa Annemiek van Vleuten, entró en meta segunda, pero celebrando la victoria, hasta que fue informada de que una tal, ejem, Anna Nisu Mindunder había llegado antes que ella. Estupefacción absoluta. Si fuera un guion, sería inverosímil, pero pasó en Tokio 2020.

Ser un 'crack' del deporte está fenomenal, pero lo normal es ir por la vida tropezando y a cuatro patas

Podríamos hacer todo tipo de moralejas azucaradas con esta historia. Nada es imposible, nunca dejes de soñar, basta con desear algo muy fuerte para que se haga realidad... Pero nos quedamos con dos cosas: 1) en estos tiempos digitales en que la búsqueda de 'casito' es obsesiva, y llamar la atención es religión, basta con que nadie repare en ti para dar el gran golpe; 2) Anna Nisu Mindunder es ahora doña Anna Kiesenhofer, campeona olímpica. Respeto máximo.

España quiere caña

Hasta que ganó el oro olímpico, la discreta Anna Kiesenhofer era la antítesis de Pocholo Martínez-Bordiú. Pocholo tiene un don. Pocholo es capaz de entrar en la carpa 'hardcore' del festival de Monegros, con 10.000 personas vociferantes y desencajadas, y que todo el mundo se le quede mirando por su comportamiento errático, expansivo y excéntrico. Comparado con Pocholo, Chimo Bayo es un registrador de la propiedad.

Pues bien: Pocholo ha sido TT olímpico, no por ganar el Triatlón de la Ruta del Bakalao o el Descenso en Pastis Bravas, sino por su asombroso parecido físico con un entrenador sueco de natación, que para colmo se marcó un Pocholo (movimientos espasmódicos y gritos 'random') tras ganar su pupilo el oro.

Se confirma que los españoles vemos a Pocholo por todas partes, y también algo más trascendental...

Entre tanto mazado, tanto deportista de élite y tanta disciplina de hierro, se agradece la aparición fantasma de Pocholo en Tokio 2020, pues nos da una lección humanística fundamental: ser un 'crack' del deporte está fenomenal, pero como bien sabía hasta ahora Anna Kiesenhofer, lo normal es ir por la vida tropezando, derribando obstáculos... a cuatro patas. Anna, una de las nuestras. Pocholo, uno 'di noi'.

No es fácil explicar qué pasó en la prueba femenina de ciclismo en ruta.

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