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Luis Enrique pone firme a Bartomeu con el asunto de la portería
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Antonio Sanz

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Luis Enrique pone firme a Bartomeu con el asunto de la portería

Treinta y seis millones de euros cuesta un ‘no’. La cantidad es lo abonado por el FC Barcelona tras contratar a tres porteros en los últimos

Foto: El fichaje de un guardameta para sustituir a Claudio Bravo generó tensión entre Luis Enrique y Bartomeu (Reuters)
El fichaje de un guardameta para sustituir a Claudio Bravo generó tensión entre Luis Enrique y Bartomeu (Reuters)

Treinta y seis millones de euros cuesta un ‘no’. La cantidad es lo abonado por el FC Barcelona tras contratar a tres porteros en los últimos dos años. La negativa, sin opción alguna a cambiar la decisión, resultó la de Víctor Valdés, quien anunció con 18 meses de anticipo su intención de abandonar la entidad. Aquel tiempo transcurrido nos hace reflexionar sobre lo costoso de ambas decisiones: económica más que deportiva para el Barça; más deportiva y emocional para quizá el mejor guardameta de la historia del club. Con tanta secuencia por delante, a otro que se ocupaba de pararlas, otro histórico de la entidad, Andoni Zubizarreta, le tocó peinar el mercado. Sin titubeos optó por el cancerbero más prometedor de Alemania -12 millones de euros-. No se equivocó.Marc-André ter Stegen será quien defienda el portal azulgrana durante las próximas temporadas. Sin embargo, su pasado se tiñó de gris porque el entrenador consideró que la experiencia de Claudio Bravo -otros 12 millones- le otorgaba ventaja para disputar el torneo de la regularidad, guardando las copas para el germano. La huida del chileno provoca la entrada de Jasper Cillessen -13 millones- para calentar banquillo. Esta ruleta, entonces y ahora, solo tiene un ‘culpable’. Aquel que fue incapaz de convencer a Valdés. Una quimera.

Dos temporadas ha durado la buena sintonía en la portería del FC Barcelona. Luis Enrique decidió alternar a Bravo y Ter Stegen sin aparentarse públicamente síntomas de enfrentamiento entre ambos. En el primer curso, la novedad no dejó indiferente a ninguno, pero cada uno aceptó el rol que le tocó. El éxito del grupo completó el proceso. En la temporada pasada, más de lo mismo con un mayor grado de insatisfacción. Los dos se lo tomaron como aquello de una y no más. Y así resultó. Al final del curso, Claudio y Marc-André expusieron por separado sus condiciones: o él o yo. Y se acabó la apariencia de pareja feliz. La cuestión es que habían demostrado suficiente capacidad para ser el guardameta titular del Barça y las rotaciones del entrenador ya eran bien asumidas. Por tanto, a la parcela deportiva del club y al técnico de la plantilla les tocaba afrontar una decisión comprometida: con quién quedarse. Después, ya vendría la consecuencia: a quién fichar.

placeholder Luis Enrique tiró abajo el fichaje del brasileño Diego Alves por el Barcelona (Reuters)
Luis Enrique tiró abajo el fichaje del brasileño Diego Alves por el Barcelona (Reuters)

Un viejo amigo sacó del atolladero al Barcelona. La determinación se había dirigido a apostar por el más joven, por el portero de futuro que había firmado Zubizarreta. Los 24 años cumplidos el pasado mes de abril adelantaban a los 33 del chileno. Esta vez, el imberbe ganó la batalla. Pero había que encontrar acomodo al descartado, ya que la dirección deportiva era consciente de que no aceptaría de buen grado el banquillo. La llamada de Txiki Beguiristain a las que fueran sus oficinas desembarazó la situación. Daba igual que se reforzase a un rival directo, más ahora con Pep Guardiola en aquel banquillo. Lo que ocurría en el Barça es que borraban de cuajo un problema de la lista. La venta, además, otorgaba plusvalía. Así que caso cerrado. La negociación corrió rápida y todas las partes quedaron satisfechas. Solo la inesperada lesión del elegido retrasó los tiempos y permitió al chileno levantar una copa más.

Bartomeu eligió a Diego Alves para sustituir a Claudio Bravo, pero se encontró con la negativa del técnico

La cúpula técnica azulgrana se puso manos a la obra para encontrar recambio. No tardó en dar el visto bueno a un nombre: Diego Alves. La verdad es que se lo encontraron en la negociación del delantero. Bartomeu recibió la llamada de un reputado intermediario ofreciéndole la opción de fichar a Paco Alcácer. El presidente azulgrana no tardó en hablar con el cómplice del comunicante, el propietario del Valencia FC. El equipo valencianista busca acomodo al cancerbero brasileño y el Barça, un sustituto para Claudio Bravo. La operación era idílica para las dos partes: la venta de Alves desterraba un problema para la economía levantina y el Barça encontraba un portero de garantías que al fichar por el Barça aceptaría de buen grado ser suplente -al menos al principio-. Todo perfecto… hasta que se cruzó Luis Enrique.

placeholder Claudio Bravo dejó el Barcelona para jugar en el Manchester City (EFE)
Claudio Bravo dejó el Barcelona para jugar en el Manchester City (EFE)

La dirigencia del FC Barcelona comunicó al entrenador asturiano la decisión tomada: Alves por Bravo. La elección que parecía que no daría problemas se encontró con la negativa frontal del técnico. No aceptaba de ninguna manera la adquisición del guardameta seleccionado. La historia llegó hasta el presidente azulgrana, que optó por conversar con Luis Enrique para tratar de esclarecer el asunto. Por una cuestión deportiva no aceptaba el fichaje, fue su respuesta. Pero ahí no se detuvo. Además, recordó al dirigente el escaso esfuerzo acometido para firmar a una de sus principales peticiones: Nolito. El hoy delantero del Manchester City no llenaba el ojo de la junta directiva del Barça y el entrenador se quedó sin el refuerzo deseado.

Bartomeu optó por dar marcha atrás, comunicar al Valencia que mantenían la oferta por Paco Alcácer, a quien sí acepta Luis Enrique, y que se retiraban de la contratación de Diego Alves. El presidente decidió tragarse el sapo y no enfurecer al técnico a escasas fechas del arranque de la competición. La alternativa no tardó en encontrarse. Algo muy habitual en la reciente historia de la entidad impregnada en la idiosincrasia de Johan Cruyff. Cuanto tienes un problema, gira la vista al Ajax y encontrarás la solución. El holandés Jasper Cillessen (27 años), internacional absoluto por su país, resultó el elegido. Portero experimentado, con buen manejo de los pies y, lo más importante: consciente de su rol en la plantilla. La bola extra durará al Barça y a Luis Enrique al menos otras dos temporadas, tiempo estimado hasta que Cillessen se canse de ser suplente.

Treinta y seis millones de euros cuesta un ‘no’. La cantidad es lo abonado por el FC Barcelona tras contratar a tres porteros en los últimos dos años. La negativa, sin opción alguna a cambiar la decisión, resultó la de Víctor Valdés, quien anunció con 18 meses de anticipo su intención de abandonar la entidad. Aquel tiempo transcurrido nos hace reflexionar sobre lo costoso de ambas decisiones: económica más que deportiva para el Barça; más deportiva y emocional para quizá el mejor guardameta de la historia del club. Con tanta secuencia por delante, a otro que se ocupaba de pararlas, otro histórico de la entidad, Andoni Zubizarreta, le tocó peinar el mercado. Sin titubeos optó por el cancerbero más prometedor de Alemania -12 millones de euros-. No se equivocó.Marc-André ter Stegen será quien defienda el portal azulgrana durante las próximas temporadas. Sin embargo, su pasado se tiñó de gris porque el entrenador consideró que la experiencia de Claudio Bravo -otros 12 millones- le otorgaba ventaja para disputar el torneo de la regularidad, guardando las copas para el germano. La huida del chileno provoca la entrada de Jasper Cillessen -13 millones- para calentar banquillo. Esta ruleta, entonces y ahora, solo tiene un ‘culpable’. Aquel que fue incapaz de convencer a Valdés. Una quimera.

Luis Enrique Josep Maria Bartomeu