Dentro del Paddock
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La paliza a Mercedes en Spa: Por qué Vettel carga con el cielo y el infierno de Ferrari
Después de muchos años, Ferrari cuenta por fin con el mejor monoplaza de la parrilla. A partir de ahora, las urgencias históricas someterán a gran presión a Sebastian Vettel
"Michael (Schumacher) ha ganado muchos títulos con nosotros, Seb (Vettel) desafortunadamente, no. Espero que Seb no tenga demasiada presión encima de sus hombros. El coche es bueno y Mercedes, hasta ahora, no parece ser competitivo. Hay muchas oportunidades, quizás este pueda ser un buen año”. El pasado junio, Luca Cordero de Montezemolo metió la cuchara en la situación de Ferrari. Daba en el clavo en un aspecto crucial la presión que va a soportar Sebastian Vettel y su capacidad de respuesta hasta final de temporada.
Desde 2015 no era derrotado un Mercedes en Spa. Desde 2009 no ganaba un Ferrari en una pista de potencia y eficacia aerodinámica donde la tracción también es vital en determinadas zonas. Fue una victoria y también una paliza, lo que no siempre coincide al ganar, un triunfo que materializó con un dominio que recordaba a los tiempos de Schumacher. Es ahora o nunca para Ferrari.
"Dónde vas, chaval"
Vettel jugó con Hamilton en Spa ¿Quién hubiera escuchado un año atrás las reacciones del británico y Toto Wolff tras ser aplastados tan contundentemente? Porque el alemán ridiculizó a Hamilton en dos ocasiones y luego se acabó la carrera. Si el primer adelantamiento fue un abuso, luego el alemán dejó tirado al británico tras la retirada del coche de seguridad, incapaz incluso para hacerle un rebufo en la recta de Kemmel. A partir de aquí Vettel sacó la manita para quedar fuera del alcance (entre cuatro y cinco segundos) ante un potencial ‘undercut’ de Hamilton. Lograda esa diferencia, a rodar en modo ‘cruise control’. Hamilton disparó dos vueltas rápidas antes de entrar en boxes para reducir diferencias, y Vettel le contestó “pero dónde vas chaval” con el acelerador. Finito.
“Gracie motoristi”, lanzaba el alemán tras la victoria por la radio. Aunque los dos equipos introducían su última evolución de motor (también de gasolina), los de Maranello han doblado el brazo de sus rivales en el pulso de la potencia. Pero una segunda bofetada cayó en la otra mejilla aerodinámica. "Nuestro déficit está en las zonas de baja velocidad, y también es la tracción”, reconocía un magullado Toto Wolff tras el vapuleo, “estas son las principales debilidades, más claramente, en comparación a los Ferrari, Red Bull y Force India, el nuestro era el coche que más ‘cocía’ los neumáticos”.
Cuando hierve la presión
Montezemolo dejaba caer también en junio que “Marchionne está celoso de los éxitos del pasado”, pero de no ser por el impulso y la guadaña aplicados por el recientemente fallecido presidente de Ferrari, el equipo italiano aún languidecería en las pistas. “Nuestro coche funcionaba bien en las circuitos sinuosos que requerían mucha carga, pero fallábamos en pistas como Silverstone. Este año el coche es más sólido y funciona en todo tipo de pistas”, como efectivamente se ha confirmado desde el Gran Premio de Gran Bretaña.
Conservador e ineficiente en tiempos cercanos, Marchionne con tres años de catarsis que la Scuderia esté desplazando a Mercedes sobre el asfalto. Pero queda mucho partido todavía, y Ferrari tradicionalmente no destaca por sus finales de temporada cuando hierve el cazo de la presión. Maranello puede haber logrado la ‘macchina’ ganadora, pero del temple de Vettel y la eficacia operativa del equipo dependerá el resultado final.
La ventaja de Mercedes y Hamilton al descanso veraniego fue fruto de los errores de Ferrari. Algunos muy graves, de su piloto, especialmente el de Hockenheim, imperdonable en un aspirante al título. Montezemolo acertaba en el peso que recae ahora sobre el alemán para terminar con las urgencias históricas de Ferrari. Pero a medida que se hierva el cazo, el alemán será puesto a prueba como nunca en su trayectoria deportiva. Pero no será el único.
Vettel, y algo más
Kimi Raikkonen también debe asumir su cuota de responsabilidad. Con el ‘pepino’ que Ferrari proporciona ahora a sus pilotos, el finlandés debe restar puntos a los pilotos de Mercedes. Muchos aficionados y prensa especializada consideran Raikkonen ya no merece un Ferrari. Resulta inconcebible que esté virgen de victorias desde que volvió a Maranello. Pero está a punto de ser renovado, una forma tanto de mantener la estabilidad como de motivarle ante este final de año decisivo.
Y, por supuesto, el equipo afronta sus propios desafíos. La fiabilidad acabó por rematar a Ferrari en 2017 después de los cambios reglamentarios con el uso del aceite en la combustión. Será este un factor crucial para Mercedes y la Scuderia en ese péndulo que tanto baila entre uno y otro esta temporada. La estrategia de carrera, las paradas en boxes...Y la diosa Fortuna que también jugará su papel. Que le pregunten a Alonso en Spa 2012.
Como el Atlas mitológico, Sebastian Vettel es el depositario último de esa carga que es el cielo de Ferrari. Pero también del infierno, si no cuaja la mejor oportunidad de la Scuderia en toda una década para volver a ganar en la Fórmula 1.
"Michael (Schumacher) ha ganado muchos títulos con nosotros, Seb (Vettel) desafortunadamente, no. Espero que Seb no tenga demasiada presión encima de sus hombros. El coche es bueno y Mercedes, hasta ahora, no parece ser competitivo. Hay muchas oportunidades, quizás este pueda ser un buen año”. El pasado junio, Luca Cordero de Montezemolo metió la cuchara en la situación de Ferrari. Daba en el clavo en un aspecto crucial la presión que va a soportar Sebastian Vettel y su capacidad de respuesta hasta final de temporada.