El topicazo sobre el Madrid y cómo Ramos y compañía no dejan que Zidane se queme

Lo de que el fútbol es un estado de ánimo es un topicazo de esos balompédicos que ciertamente son así y se suelen cumplir a rajatabla con el Real Madrid. Hablar del Madrid hace unas semanas era analizar a un equipo en crisis porque el Barcelona le sacaba 19 puntos en la Liga. Daba igual que acabara de ganar el Mundialito de Clubes, la derrota en el Clásico ante el Barça declaró el estado de pesimismo alrededor del equipo de Chamartín coincidiendo con las vacaciones de Navidad.

Los propios madridistas veían imposible eliminar al PSG de Neymar de la Champions. Las desapariciones de Bale y Benzema dejaban solo a Cristiano en la C de la BBC. El equipo no arrancaba y caía eliminado de la Copa ante el Leganés. Todo se seguía viendo negro y se empezaba a dar por amortizado a Zidane, con sus ocho títulos de 10 posibles ya en las vitrinas del club de Concha Espina.

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El panorama empezó a cambiar en el partido de ida ante el PSG. Ese 14 de febrero, lo normal era que el equipo que dirige Unai Emery hubiera ganado en el Bernabéu. Pero ganó el Madrid en uno de esos arrebatos finales que solo puede hacer el equipo blanco con relativa frecuencia. Con ese 3-1 viajará a París con más confianza y ya no se le da por eliminado como cuando les emparejó el sorteo o después de perder en casa ante el Barça de Messi.

De repente, la BBC sale del paso

Después del golear al Alavés, con un Cristiano generoso con Benzema al cederle un penalti para que recuperara confianza y un Bale menos pasota, de repente la BBC vuelve a pedir paso cuando ya parecía amortizada por un 4-4-2 y la suplencia del galés. Por cierto, el gesto de Cristiano con Benzema no lo tuvo Ramos con Bale en Butarque tres días antes y el de Camas no le dejó tirar el penalti sacando de nuevo a aflorar su alma de delantero.

¿Qué ha cambiado para que los jugadores del Madrid vuelvan a ser candidatos a ganar su tercera Champions consecutiva? Los jugadores han devuelto la confianza ciega que les dispensó Zidane cuando las críticas arreciaban fuerte. El ambiente dentro del vestuario es realmente bueno. Al margen de los lógicos malestares de los que juegan menos y les gustaría jugar, en la plantilla del Madrid existe buen rollo y apenas hay uno o dos versos sueltos. Uno de ellos es Gareth Bale, pero tampoco es un futbolista que cree problemas, simplemente va a lo suyo, quizá por ello no se le vio en la foto de la celebración de los 550 partidos oficiales de Ramos en el vestuario de Butarque.

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El jefe del vestuario es Ramos

El jefe del vestuario es Sergio Ramos. Su poder es el mayor que ha tenido un capitán en la historia reciente del Madrid. Controla hasta el último detalle, y Zidane y el club le dejan hacer. Cristiano Ronaldo es el líder del equipo porque todos saben que sin sus goles tienen más difícil ganar y nadie duda de que dependen de él. Zidane le ha otorgado ese liderazgo y ha gerenciado perfectamente los momentos de mosqueo del 'crack' de Madeira con Florentino Pérez. Mientras, uno de los preferidos de la afición como Isco mantiene un papel de actor de reparto en el vestuario y sus apariciones son cada vez más guadiánicas, algo extraño después de que Florentino consiguió evitar su marcha libre al Barça haciéndole un contratazo.

El Madrid siempre es tratado al extremo, tanto en el elogio como en la crítica. Tanto los periodistas como los aficionados pasan del negro al blanco. Para analizar al Madrid no existen los grises ni lo matices. Los que lo daban por muerto hace un mes ahora lo ven candidato a ganar su décimo tercera Copa de Europa. Y estos jugadores son capaces de hacerlo. No hay ninguna duda. Por ello, Zidane puso la mano en el fuego por ellos. Y ellos no permiten que se la queme.