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De la Superliga europea a competiciones de 16 equipos pasando por el sueldazo de Tebas
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Javier Gómez Matallanas

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De la Superliga europea a competiciones de 16 equipos pasando por el sueldazo de Tebas

Bartomeu se fue anunciando la llegada de la Superliga europea y Tebas se puso nervioso y faltón. Llegue o no llegue la Superliga, las ligas nacionales deben reducirse a 16 equipos

Foto: Tebas, en una imagen de archivo. (EFE)
Tebas, en una imagen de archivo. (EFE)

Josep María Bartomeu se ha ido de la presidencia del Barça dejando activada la cuenta atrás de la futura Superliga Europea. Rápidamente se le tiró a los pies Javier Tebas, en una entrada fea, de las suyas, un tackling prohibido con los dos pies delante. El presidente de LaLiga, que ya está en la rampa de salida, mostró de nuevo su ausencia de estilo y su nerviosismo al despedir al presidente del Barça centrándose en atacarle por su anuncio de que venía el lobo para las ligas nacionales. Si viene la Superliga, a Tebas se le puede acabar el chollo de ponerse un sueldazo de futbolista caro (dicen los que dicen que saben de esto que en la última subida que se ha hecho a sí mismo se ha puesto 3 millones de euros de ficha anual, ¡qué tío!), que gana más que muchos futbolistas de Primera.

¿Y qué hay de la Superliga? Pues lo mismo que cuando se descubrió hace ahora dos años a través de los documentos de Football Leaks, que revelaban que en 2021 arrancaría una nueva competición. Según aquella información, que se desprendía de un mail enviado el 22 de octubre de 2018 “a una asistente de Florentino Pérez” se aseguraba que esa especie NBA del fútbol en Europa iba a arrancar con 16 equipos, once de ellos fundadores (Bayern de Múnich, Real Madrid, Barcelona, Juventus, PSG, Milan, Manchester United, Manchester City, Chelsea, Liverpool y Arsenal) y cinco invitados (Atlético de Madrid, Roma, Inter de Milán, Borussia Dortmund y Marsella).

placeholder Bartomeu y Florentino Pérez, en un acto homenaje a Núñez. (EFE)
Bartomeu y Florentino Pérez, en un acto homenaje a Núñez. (EFE)

En aquella información se indicaba que la organización la gestionaría por una empresa española controlada exclusivamente por los fundadores de esta competición. La ECA entonces disimuló, con el Bayern a la cabeza, pero dio toda la sensación de que esa competición iría para adelante tarde o temprano.

Tras el anuncio sorpresivo de Bartomeu se ha colocado en la agenda y se ha vuelto a informar y a opinar sobre cómo sería esta Superliga. Cuando se reveló hace dos años, se movió rápido la UEFA para mejorar la Champions League. Y volverá a hacerlo ahora seguro. Pero da la sensación de que el proyecto de la Superliga está más cerca de convertirse en realidad y abre el debate sobre si sería el fin de las ligas nacionales y si los grandes clubes pueden renunciar al mercado de sus países de origen.

Llegue o no la Superliga europea, las ligas nacionales deben amoldarse a los nuevos tiempos si quieren sobrevivir. Empeñarse en mantener ligas nacionales de 20 equipos, poniendo trabas al calendario para que entren bien, y sin riesgo para la salud del futbolista, los partidos de Champions League y de selecciones, es ser corto de miras y empeñarse en mantener su status quo (su sueldazo de futbolista caro, vaya). Llegue o no la Superliga, las ligas nacionales deberían reducirse a 18 equipos, o mejor a 16, pero claro, eso no conviene ni plantearlo al todavía presidente de la liga española, cuando es algo necesario de realizar, por la salud de los futbolistas y por la planificación de los entrenadores, colectivo al que ningunea sistemáticamente.

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Tebas, en una imagen de archivo. (Reuters)

Hablamos del aspecto económico porque es por esa variable por lo que puede llegar la Superliga, que multiplicaría por varios dígitos los ingresos de los grandes de Europa que podrían tener plantillas de 22 titulares, en salarios y en categoría. Y el aspecto económico es el que preocupa a las ligas nacionales porque la tarta televisiva supuestamente bajaría para las competiciones domésticas. Pero el meollo del debate es más de sentimientos, de ese enfrentamiento que no cesa entre el fútbol añejo, puro y auténtico y este fútbol moderno de jornadas que saturan, jornadas interminables que empiezan los viernes y terminan los lunes.

Nadie se imagina que no se juegue más un Madrid-Betis o un Barça-Valencia o un Athletic-Atleti. Y sentaría fatal que la liga nacional se jugara entre semana, pasando el Madrid-Bayern, Barça-United o Liverpool-Atleti a los fines de semana. Pero llegue la Superliga que anunció Bartomeu y que Florentino no ve con malos ojos o se mejore la Champions League, eso de jugar en fin de semana los partidos europeos puede llegar perfectamente. Y aun así seguirá habiendo ligas nacionales. Aunque para ello debe reducirse el número de participantes de las ligas nacionales a 16 o 18 equipos. Es una obligación. Por el bien de los futbolistas y los entrenadores. Que son lo más importante del fútbol. Junto a los aficionados, por supuesto. Y en ellos piensan poco los dirigentes futbolísticos. Y son en los que hay que pensar al tomar las decisiones, porque sin aficionados, futbolistas y entrenadores se acaba el fútbol.

Josep María Bartomeu se ha ido de la presidencia del Barça dejando activada la cuenta atrás de la futura Superliga Europea. Rápidamente se le tiró a los pies Javier Tebas, en una entrada fea, de las suyas, un tackling prohibido con los dos pies delante. El presidente de LaLiga, que ya está en la rampa de salida, mostró de nuevo su ausencia de estilo y su nerviosismo al despedir al presidente del Barça centrándose en atacarle por su anuncio de que venía el lobo para las ligas nacionales. Si viene la Superliga, a Tebas se le puede acabar el chollo de ponerse un sueldazo de futbolista caro (dicen los que dicen que saben de esto que en la última subida que se ha hecho a sí mismo se ha puesto 3 millones de euros de ficha anual, ¡qué tío!), que gana más que muchos futbolistas de Primera.

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