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MotoGP disfruta del campeonato más rico y variado de su historia
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Juan Pedro de la Torre

Historias del paddock

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MotoGP disfruta del campeonato más rico y variado de su historia

Misano, escenario del GP de San Marino, inicia la cuenta atrás para el último tercio de campeonato. Si no fuera por Márquez, estaríamos ante la temporada más abierta del Mundial de MotoGP

Foto: Marc Márquez lidera el grupo al comienzo del Gran Premio de la República Checa de MotoGP. (EFE)
Marc Márquez lidera el grupo al comienzo del Gran Premio de la República Checa de MotoGP. (EFE)

Desde que Jorge Lorenzo ganara el Gran Premio de Italia el pasado 22 de mayo, el Mundial de MotoGP ha asistido a una casi inédita serie de siete ganadores diferentes consecutivos: Jorge Lorenzo, Valentino Rossi, Jack Miller, Marc Márquez, Andrea Iannone, Cal Crutchlow y Maverick Viñales. Es algo que no pasaba desde el año 2000, cuando Garry McCoy ganó el Gran Premio de Sudáfrica de 500, completando una serie similar que se inició en 1999 con el triunfo de Alex Crivillé en Imola.

Foto: Marc Márquez, en Silverstone (Repsol Media). Opinión

Entonces como ahora el campeonato vivía en un momento de incertidumbre y cambio: se avecinaba la categoría de MotoGP, que se estrenaría en 2002; Mick Doohan había dejado las carreras de forma forzosa tras el grave accidente sufrido en Jerez; y Crivillé, tras años de lucha con el australiano, se erigía como el hombre fuerte del campeonato entre un variopinto grupo de aspirantes, a la espera del aterrizaje de un joven portento llamado Valentino Rossi, que precisamente se estrenaría en la “clase reina” el mismo día que McCoy culminaba la histórica serie de siete ganadores consecutivos diferentes, que se antojaba irrepetible.

El Mundial de MotoGP que disfrutamos esta temporada es un campeonato abierto e incierto. Si no fuera por el dominio que ejerce esta temporada Marc Márquez, que llega a Misano con 50 puntos de ventaja en la clasificación general –pero, ¡ojo!, que todavía quedan 150 puntos en juego-, estaríamos ante la temporada más divertida y alocada de la historia. Si a un organizador le dijeras que cómo le gustaría que fuera su campeonato, seguro que diría que le gustaría tener tantos ganadores diferentes como carreras haya en el calendario. Dorna está a punto de conseguir ese sueño.

MotoGP ya no es el sota-caballo-rey del pasado. Hasta hace no mucho resultaba sencillo enumerar la lista de pilotos que subían al podio. Entre 2013 y 2015, los “cuatro fantásticos”, es decir Jorge Lorenzo, Marc Márquez, Valentino Rossi y Dani Pedrosa, se repartieron 140 de las 162 posiciones de podio de las 54 carreras disputadas en esas tres temporadas, es decir más del 86 por ciento de las posiciones, y se quedaron con todas las victorias. Es un dato significativo. Este año, esos cuatro prodigios “sólo” han ganado ocho de las doce carreras disputadas hasta el momento –y Pedrosa aún no ha conseguido ganar-, y han ocupado 23 de las 36 posiciones de podio (un 63,8 por ciento del total), lo que pone de manifiesto el cambio de la categoría.

Pero este cambio no se basa en una renovación generacional sino en las modificaciones técnicas introducidas en el campeonato esta temporada. La nueva electrónica y, sobre todo, el regreso de Michelin, han hecho de este un campeonato incierto. ¿Quién ganará el domingo? Nadie es capaz de hacer una apuesta antes de que las moto echen a rodar en los entrenamientos de este viernes.

Teóricamente, eso es bueno para el campeonato, esa incertidumbre crea expectación, despierta interés. Entonces, ¿por qué se escuchan críticas? Las redes sociales dan visibilidad al sentir de los aficionados, y frente al espectáculo en el que se ha convertido el campeonato, con tantos y tan variados ganadores, pilotos y fabricantes distintos –Ducati no ganaba desde 2010, y Suzuki desde 2007, y ambas marcas lo han conseguido esta temporada-, el ruido de la red traslada críticas, pero también alabanzas.

En 2015 la emoción del campeonato la pusieron los pilotos con su apasionante batalla, aunque el polémico final quitó lustre a su resolución. En 2016 la emoción ha llegado con los cambios introducidos en el reglamento. Pero, es lo que queríamos, ¿verdad? ¿No queríamos más variedad, más alternativas, más ganadores? Pues ya los tenemos. ¿Dónde está el problema?

En determinados momentos del año hemos cargado –mea culpa- contra Michelin por la incertidumbre que generan sus neumáticos, pero viendo el campeonato con la perspectiva de la riqueza y variedad de los podios, creo que merece la pena hacer una serie de consideraciones. Algunos pilotos se quejaban que con las numerosas opciones que ofrece Michelin se hace más complejo su trabajo; que no hay tiempo de probar todo en los entrenamientos; que con Bridgestone sabían qué funciona y qué no…

Es cierto que las dificultades de Michelin existen, sobre todo en materia de temperatura. Son especialmente sensibles a los cambios, y cuesta hacerlos entrar en la temperatura de trabajo. Pero también es verdad que gracias a la gran variedad de opciones vemos como motos tan diferentes y pilotos con estilos tan distintos son capaces de ganar carreras. Hemos visto cómo los pilotos satélite han regresado a lo más alto del podio diez años después, y cómo con distintas opciones de neumático se puede pelear por ganar. Bravo.

Foto: Cal Crutchlow se impuso en el Gran Premio de la República Checa (EFE)

Llegados a este punto, hay que felicitar a Dorna por las decisiones tomadas. El promotor español celebra 25 años en el campeonato, algo que se dice pronto. En la atropellada rueda de prensa realizada en Jerez en 1991, en la que se comunicó la concesión a Dorna de los derechos de televisión del Mundial de Velocidad, los representantes de la compañía española –ahí estaban Carmelo Ezpeleta y Jaume Roures, entre otros- sufrieron todo tipo de reproches y críticas por el simple hecho de su nacionalidad, sin apenas escucharles. ¿Qué podía saber de motos una compañía española sin relación con el motociclismo?, les decían.

El tiempo les ha dado la razón. Por encima de las críticas, que siempre estarán ahí, me quedo con el comentario que me hizo Ezpeleta hace un par de años, en una conversación en la que poníamos en perspectiva el campeonato desde su llegada. “A mí, este deporte de hoy, me parece mucho más justo que el deporte de 1991”, me dijo. Creo que tiene toda la razón.

Desde que Jorge Lorenzo ganara el Gran Premio de Italia el pasado 22 de mayo, el Mundial de MotoGP ha asistido a una casi inédita serie de siete ganadores diferentes consecutivos: Jorge Lorenzo, Valentino Rossi, Jack Miller, Marc Márquez, Andrea Iannone, Cal Crutchlow y Maverick Viñales. Es algo que no pasaba desde el año 2000, cuando Garry McCoy ganó el Gran Premio de Sudáfrica de 500, completando una serie similar que se inició en 1999 con el triunfo de Alex Crivillé en Imola.