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Inteligencia e intuición, lo que esconde la lección de Dovizioso ante Márquez
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Juan Pedro de la Torre

Historias del paddock

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Inteligencia e intuición, lo que esconde la lección de Dovizioso ante Márquez

Para ganar no sólo hay que ser rápido, también hay que ser inteligente y listo, las dos mayores virtudes que en el mundo de las carreras te pueden llevar al triunfo

Foto: Andrea Dovizioso por delante de Marc Márquez. (EFE)
Andrea Dovizioso por delante de Marc Márquez. (EFE)

La victoria de Andrea Doviozoso en el Red Bull Ring, la tercera que consigue esta temporada, igualando el número de triunfos de Marc Márquez y Maverick Viñales, ha sido la máxima expresión de un pilotaje completo. No sólo dio una lección como piloto enfrentándose al mayor prestidigitador de los circuitos, Márquez, capaz de inventarse un último truco, un movimiento al límite de todo, casi impensable, sino que además Dovizioso ganó haciendo gala de un notable inteligencia. Y se antoja que ésta, la inteligencia, ha de ser la principal virtud en un campeonato tan complicado y emocionante como el que estamos presenciando este año.

Cuando se supo que Dovizioso, como Jorge Lorenzo, iba a salir con el neumático trasero blando, en la parrilla de salida, Davide Tardozzi, una de las cabezas pensantes de Ducati, junto a Gigi Dall’Igna y Paolo Ciabatti, destacaba que en la carrera de Austria iba a ser necesario aplicar la mayor experiencia posible para gestionar la situación. El siempre calmado y cerebral Dovizioso puso las dosis necesarias de serenidad para no arruinar sus opciones en las vueltas iniciales, frenéticas, en las que su compañero Lorenzo se lanzó decididamente al ataque, rompiendo la carrera.

Agazapado

En la rueda de prensa, tanto Dovizioso como Márquez admitieron que en las primeras vueltas conservaron neumáticos y combustible, y esa decisión fue clave en el desenlace de la carrera, porque el Red Bull Ring es la pista con el consumo más elevado. Y en esas primeras vueltas en las que Lorenzo se desgastaba, peleando en solitario contra el viento durante once vueltas, Dovizioso permaneció la mayor parte del tiempo agazapado, a rueda de Márquez, beneficiándose de su rebufo para mantener una buena velocidad.

Había una diferencia de entre 4 y 7 km/h entre rodar delante, en solitario, y hacerlo a rueda de alguien. Ese esfuerzo titánico se reflejaba más en el consumo de combustible que en los neumáticos. Dovizioso supo nadar y guardar la ropa, y cuando tomó la iniciativa, a seis vueltas del final, lo hizo manteniendo todo bajo control.

Múltiples opciones: bravo por Michelin

Hace pocas carreras eran frecuentes las quejas contra Michelin. Ha sido una frecuente cantinela que nos acompaña desde que el año pasado el fabricante francés regresara al campeonato, y en muchos foros se han cargado las tintas contra el suministrador de neumáticos, tildándolo de manipulador del campeonato. Esta vez hemos asistido a un hecho excelente: dos pilotos con dos marcas diferentes pelearon hasta la última curva de la carrera con dos opciones totalmente opuestas. Dovizioso montó el compuesto más blando, y Márquez el más duro, y ninguno de los dos se vio penalizado por ello.

Ahora echo de menos los elogios hacia Michelin, que ha sido capaz de ofrecer un material tan diverso, tan diferente, y a la vez tan eficaz. Siempre se ha dicho que el objetivo del sistema del suministrador único de neumáticos es que éste se convierta en un elemento neutro en la competición. Bueno, pues se ha conseguido, e insisto, con opciones totalmente opuestas. Y sigo sin oír los elogios con la misma fuerza que oía las críticas del pasado.

Y no será porque la carrera fuera lenta. Se rodó a buen ritmo, mejoró el tiempo del año pasado y se batió el récord de la pista. La victoria y el podio fueron más caros que nunca. Lorenzo calcó prácticamente el tiempo que el año pasado le permitió ser tercero. Esta vez, 342 milésimas más lento, fue cuarto. Márquez fue quinto el año pasado, a más de 11 segundos; y Rossi terminó séptimo, a menos de nueve segundos. El nivel de MotoGP es altísimo.

Evaluación continua

De mis tiempos de estudiante —yo soy de la EGB-—recuerdo un término, evaluación continua, que nos recordaba la importancia de ser constante en el estudio. La evaluación continua es la que ha llevado a Honda a dar un paso de gigante, aprovechando al máximo los entrenamientos que le autoriza el reglamento para mejorar su moto. No sé si es perfecta o no, si es más equilibrada que la Ducati o la Yamaha, pero lo cierto es que permite a Márquez defender con ardor guerrero el liderato del Mundial.

En HRC han medido con acierto todos sus pasos, y han preparado con mucho tiento las carreras más comprometidas. Esta semana estarán rodando en Misano, consumiendo su último día de entrenamientos para preparar la cita de San Marino, un terreno que, sobre el papel, no es excesivamente propicio. Salvado ese escollo, Honda y Márquez se enfrentaran a terrenos más favorables: Motorland, Motegi, Phillip Island… El calendario puede que juegue a su favor.

Yamaha, en las antípodas

En las antípodas se encuentra Yamaha. Viñales y Rossi, sexto y séptimo, respectivamente, en Austria completaron una de las carreras más pobres de la temporada sin caídas de por medio. Viñales se quejó de problemas de tracción, y confesó que quizás fuera un problema de puesta a punto. “Puede que debamos dejarnos de cambiar de chasis, centrarnos en uno y mejorar la moto”, admitió Viñales, que aseguró que rodando detrás de Pedrosa se dio cuenta de que las Honda tienen mejor aceleración. Hay una gran diferencia entre ambas marcas: Viñales salió a pista con el compuesto duro y muchas incógnitas sobre su rendimiento, con apenas 15 vueltas hechas con ese neumático, mientras que Márquez tenía claro que ése era el que debía usar.

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Lo cierto es que en Yamaha le han dado la vuelta a su moto como si fuera un calcetín, y el resultado no es muy bueno. En Brno, Viñales ya dijo que no fue él quien optó por hacer tantos cambios, y en el Red Bull Ring insistió en ello. “No está en mis manos, es algo con lo que estamos trabajando con Yamaha”, dijo. No es una situación cómoda la de Yamaha. El uno por el otro, y la casa sin barrer… Y Márquez, 24 puntos por delante de Viñales.

La victoria de Andrea Doviozoso en el Red Bull Ring, la tercera que consigue esta temporada, igualando el número de triunfos de Marc Márquez y Maverick Viñales, ha sido la máxima expresión de un pilotaje completo. No sólo dio una lección como piloto enfrentándose al mayor prestidigitador de los circuitos, Márquez, capaz de inventarse un último truco, un movimiento al límite de todo, casi impensable, sino que además Dovizioso ganó haciendo gala de un notable inteligencia. Y se antoja que ésta, la inteligencia, ha de ser la principal virtud en un campeonato tan complicado y emocionante como el que estamos presenciando este año.

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