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Primperan para la pretemporada
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Pedro Gómez Piqueras

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Primperan para la pretemporada

A golpe de dobles y triples sesiones de trabajo, el sudor y el esfuerzo se convirtieron en actores principales de un juego en el que el balón parecía un invitado indeseado

Foto: Pretemporada del Real Madrid en Montreal. (EFE)
Pretemporada del Real Madrid en Montreal. (EFE)

Dicen que una mentira contada muchas veces se convierte en una verdad. Supongo que fue así como la pretemporada, periodo en el que nos encontramos sumergidos, adquirió protagonismo a lo largo de los años hasta convertirse a día de hoy en un elemento crítico para el devenir de los equipos de fútbol. Durante los cientos de kilómetros recorridos por el campo y la playa se nos convenció de que había un depósito que debíamos de llenar para llegar con las fuerzas intactas al mes de mayo.

A golpe de dobles y triples sesiones de trabajo, el sudor y el esfuerzo se convirtieron en actores principales de un juego en el que el balón parecía un invitado indeseado. Portadas donde se entronizaron los mililitros transpirados sedujeron nuestras neuronas aletargadas por el calor, hasta el punto de aplaudir los vómitos de un jugador. Una mentira perfectamente orquestada que nos hizo creer a muchos que lo físico era la causa de ganar o perder y no la consecuencia (como creemos otros) de jugar de un modo u otro.

Foto: Iniesta, ante el checo Pavel Kaderabek, en Toulouse. (EFE) Opinión

La supervivencia del más apto en un mundo donde el “estar” se antepone al “ser”, nos obligó a desempolvar nuestros mejores libros y a convertir el entrenamiento en algo más parecido a un espectáculo circense que a un partido de fútbol. Nuestro miedo al qué dirán aportó valor a cualquier cosa que inventásemos si conseguíamos una foto o una mención en los noticiarios del día posterior.

¡Basta ya! La preparación física de un equipo de fútbol es muy importante, por supuesto que sí, pero no es lo más importante. Lo verdaderamente importante, lo que de verdad gana partidos, no son ni los kilómetros recorridos ni el sudor de las camisetas, son los comportamientos colectivos y el talento del jugador. Por esto, y solo por esto, aquellos equipos con más talentos y con entrenadores capaces de condicionar y guiar el proceder colectivo de su equipo, suelen ganar casi siempre.

Ahora bien, que nadie caiga en una confusión interesada. La preparación física, al contrario de lo que algunos ebrios de modernidad nos quieren hacer creer, claro que existe. Mientras que al fútbol jueguen seres humanos que tengan que utilizar su cuerpo (esto no parece que vaya a cambiar) se necesitará un soporte biológico que sostenga los comportamientos colectivos y talentos antes subrayados.

La optimización de este soporte no se consigue en las seis semanas estivales, sino que es algo que se va reajustando a lo largo de la temporada. La vía utilizada para lograr esta mejora varía en función de las creencias de los profesionales al cargo y del contexto en el que se enmarquen nuestros entrenamientos. La evaluación final de una manera particular de hacer las cosas en un deporte en el que a tenor de lo comprobado, parece que vale todo, vendrá de la mano de los éxitos deportivos logrados a final de temporada. Tanto ganas, tanto vales.

Foto: Joaquín Caparrós, durante su etapa en el Mallorca. (EFE) Opinión

Las personas no vemos las cosas como son, sino como somos. Todos tenemos nuestras creencias y actuamos en función de ellas. En mi caso entiendo la pretemporada como un periodo de adaptación progresiva donde las cualidades físicas se construyen de manera paulatina y simultánea a la idea de juego deseada. No comparto las palizas a las que se expone al jugador, donde el protagonismo lo adquiere el preparador físico y los botiquines han de estar provistos de antieméticos. Creo que para jugar bien al fútbol hay que entrenar el fútbol, pero claro, deduzco que esto así, dicho por alguien que pierde casi siempre, carece de toda credibilidad.

Yo, de momento, cuando mañana vea a algún equipo sudar me acordaré de que el esfuerzo es innegociable, pero intentaré no olvidar que los que meten los goles son el talento colectivo y el individual.

*Pedro Gómez Piqueras es preparador físico. Autor de 'Fútbol Insatisfecho' (2015), 'El fútbol ¡No! es así' (2014) y 'La preparación física del fútbol contextualizada en el fútbol'.

Dicen que una mentira contada muchas veces se convierte en una verdad. Supongo que fue así como la pretemporada, periodo en el que nos encontramos sumergidos, adquirió protagonismo a lo largo de los años hasta convertirse a día de hoy en un elemento crítico para el devenir de los equipos de fútbol. Durante los cientos de kilómetros recorridos por el campo y la playa se nos convenció de que había un depósito que debíamos de llenar para llegar con las fuerzas intactas al mes de mayo.