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Los cubatas que 'paga' Jesé a unos pocos aficionados del Betis
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Ulises Sánchez-Flor

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Los cubatas que 'paga' Jesé a unos pocos aficionados del Betis

Después de más de un año y medio vuelve a marcar un gol. Venía de nalgas porque tuvo que ser revisado por el VAR. Ahora Jesé responde a los que le criticaron en su presentación

Foto: Jesé, el día que fue presentado por el Betis en el estadio Benito Villamarín. (Efe)
Jesé, el día que fue presentado por el Betis en el estadio Benito Villamarín. (Efe)

Con el gol de la victoria al Celta en Balaídos podía haber explotado con una celebración y unas declaraciones reivindicativas o chulescas. A Jesé le tocó esperar, sufrir y desesperar el parto del VAR. Los cinco minutos de revisión se le debieron hacer horas y con la validación le volvieron a hacer padre. El gol de Jesé venía de nalgas. Es la crueldad o la angustia que provoca la tecnología del fútbol en las acciones revisables. Marcar un gol, celebrarlo con ese primer impulso de felicidad y detenerse casi a suplicar que te lo den legal es como creer que te ha tocado la lotería y luego darse cuenta que te has equivocado en un número. El gol de la fortuna de Jesé todavía tiene más crueldad. Llevaba 568 días sin marcar, sin festejar ese gol que no podía meter porque no competía. Sólo entrenaba con el Paris Saint Germain. El último fue en agosto de 2017 con el Stoke City al Arsenal.

Más de un año y medio después vuelve a sentir el placer que da marcar un gol. Y no es cualquiera. Es un gol muy deseado, que tiene un premio especial y podía haber sido dedicado a esos aficionados que, durante su presentación con el Betis, se mofaron del canario. ‘Que le den un plato de jamón’. ‘Un cubata mejor’, le gritaron con cachondeo al recién llegado. Había más de 500 aficionados en el Benito Villamarín para ver a una estrella que estaba apagada y algunos no le perdonaron los errores del pasado.

Foto: Solari, este sábado en la sala de prensa de Valdebebas. (EFE)

Jesé llegó al Betis encadenando fracaso tras fracaso. Desde que salió del Real Madrid, el que un día fue el ‘ojito derecho’ de Florentino Pérez con rumbo al Paris Saint Germain, su carrera ha descarrilado. Ni en París, ni con las cesiones a Las Palmas y Stoke City se ha ganado el respeto en el césped. No se ha podido creer en un chico que acumulaba más portadas por problemas con su ex pareja y la fama de DJ que no le beneficiaba. Le han dicho de todo en todo el último año y medio. Las redes sociales se han cebado con él. Desde las risas para recordarle que un día dijo que podía ganar el Balón de Oro, que dónde está el ‘pequeño Cristiano’ y las mofas por su look de cantante de reggaeton… Fuera del foco futbolístico. Desprestigiado y para muchos un juguete roto y ya un ex futbolista.

La difícil rehabilitación

En la amarga presentación con el Betis tuvo que aclarar que no está gordo. “Lo que tengo es músculo, no grasa”, dijo para aquellos que criticaban su fisonomía. Jesé explicó que ha tenido que fortalecer sus piernas para proteger la rodilla. Fue recibido en Sevilla con dudas y mucho debate. La inactividad, no jugar con regularidad, estar fuera de la competición, su aparente estado físico de abandono y una cabeza descentrada eran un lastre. Su incorporación al equipo verdiblanco generó mucho debate y había o todavía hay quien le está esperando para que se la pegue.

Jesé se juega mucho en el Betis. Está en su cuarta oportunidad para aclarar si se reengancha para ser futbolista o el proyecto de excelente jugador se ha quedado por el camino. Está cedido por el Paris Saint Germain, sin opción de compra, y tiene contrato con el club francés hasta 2021. El gol de la victoria al Celta es el premio a meses y meses de trabajo físico y mental para reencontrarse como futbolista. Una rehabilitación difícil que tiene su punto de inflexión en Vigo. Jesé da síntomas de estar recuperado. Tiene punta de velocidad, definición, esfuerzo y humildad. Es la cara amable de un jugador y una persona que ha recapacitado y está en el camino de enderezar su carrera. El próximo partido es contra el Barcelona. Le queda mucho por delante. Hoy que disfrute el presente. Y los que se rieron de él en su presentación que se tomen un cubata que ‘paga’ Jesé.

"Es un día importante para mí. He sufrido mucho yo y mi familia", dice Jesé que ahora parece poner una carita angelical. Con la esperanza de que no estaba muerto ni era un cadáver. Gracias en parte a Quique Setién, el entrenador que le ha rescatado dos veces —Las Palmas y Betis– y del que dice de él que todavía "podemos ver una versión extraordinara porque le está poniendo ilusión y trabajo". Jesé se ha enchufado.

Con el gol de la victoria al Celta en Balaídos podía haber explotado con una celebración y unas declaraciones reivindicativas o chulescas. A Jesé le tocó esperar, sufrir y desesperar el parto del VAR. Los cinco minutos de revisión se le debieron hacer horas y con la validación le volvieron a hacer padre. El gol de Jesé venía de nalgas. Es la crueldad o la angustia que provoca la tecnología del fútbol en las acciones revisables. Marcar un gol, celebrarlo con ese primer impulso de felicidad y detenerse casi a suplicar que te lo den legal es como creer que te ha tocado la lotería y luego darse cuenta que te has equivocado en un número. El gol de la fortuna de Jesé todavía tiene más crueldad. Llevaba 568 días sin marcar, sin festejar ese gol que no podía meter porque no competía. Sólo entrenaba con el Paris Saint Germain. El último fue en agosto de 2017 con el Stoke City al Arsenal.

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