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La pesadilla de Florentino y Zidane en el Real Madrid y el perdón a los ídolos caídos
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Ulises Sánchez-Flor

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La pesadilla de Florentino y Zidane en el Real Madrid y el perdón a los ídolos caídos

Estos días en los que Zidane ya no da ni una bronca en el vestuario es el mensaje del perdón a unos ídolos caídos. La imagen de un equipo triste y a la deriva no tiene castigo

Foto: Florentino Pérez escucha a Zidane el día de su despedida. (EFE)
Florentino Pérez escucha a Zidane el día de su despedida. (EFE)

Va a ser duro desprenderse de los recuerdos y algunos de esos jugadores a los que se tiene apego. Está pasando en el Real Madrid. A Zidane le toca echárselos a la cara y ejecutar el trabajo de demolición con tacto y respeto. Rechaza la palabra ‘limpia’ por considerarla despectiva o peyorativa. Empezará con dos jugadores que fueron protagonistas destacados en muchas de esas finales de la Champions que marcaron la hegemonía del Real Madrid. Las decisiones de Florentino Pérez y Zidane de despedir a Keylor Navas y Gareth Bale porque hay que reconstruir el equipo no es incompatible con un sentimiento de dolor. Igual que se moderniza el estadio hay que remozar la plantilla sin caer en el arrepentimiento por haber perdido el tiempo o este mal año llamado de transición. Lo bueno se acabó.

Estos días en los que Zinedine Zidane ya no da ni una bronca en el vestuario después de la derrota en Valencia es el mensaje del perdón a unos ídolos caídos. La imagen de un equipo triste y a la deriva no tiene castigo. Sí indiferencia. Se le llama respeto. No hay ni ganas en el club de más rapapolvos con un equipo que tiene un claro diagnóstico. Los jugadores no tienen motivación. Sin objetivos por los que competir, el final del ciclo todavía es más triste. Ese sentimiento desgarrador de ver a Marcelo fuera de forma y sin chispa es lo que lleva a Zidane a defenderle contra viento y marea. Esa nueva suplencia de Bale en Mestalla es la que pone el cartel de liquidación a una de las estrellas. Lo que provoca que Florentino Pérez ya no pueda mirar para otro lado y reconocer que esta temporada es una pesadilla. La gestión de Zidane es paternal. Indulto a Isco, oportunidades para todos –hasta para su hijo Luca–, buenas palabras y respeto. Mucho respeto.

Foto: El Real Madrid cayó derrotado ante el Valencia, que persigue los puestos de Champions. (Reuters)

Sin gritos en el vestuario del Madrid

No se oyen gritos en el vestuario. Hay silencio y caras largas en el palco. El estadio Santiago Bernabéu se vacía de aficionados en una imagen que todavía agudiza más el calvario. 49.265 espectadores fue la entrada en el partido contra el Huesca. La pena de ver a unos campeones de Europa con síntomas de agotamiento físico, anímico y mental es lo que produce en el presidente y el entrenador el desconsuelo y pone en marcha el plan irremediable de una melancólica demolición.

La desilusión que tienen los aficionados es el dolor que produce a Florentino Pérez y Zidane tener que desprenderse de sus 'niños' –Bale y Keylor Navas–. Tomar decisiones y empezar a dar bajas. El presidente y el entrenador se habían encariñado de esta plantilla que tanta gloria y prestigio ha dado al club en los últimos años con las Champions. Cómo va a olvidar Florentino que ahí están los jugadores que ganaron dos finales al Atlético de Madrid. Las noches más excitantes de un presidente que vibró en Lisboa con el gol de cabeza de Sergio Ramos y el de Bale, en la prórroga. Ganar dos finales de Champions al Atleti no se olvidan nunca. Pasar por encima de la Juventus en Cardiff y tumbar al Liverpool en Kiev. Recibir a la realeza en el vestuario. Noches de bohemia e ilusión que no se sabe cuándo volverán y producen nostalgia en la planta noble y el banquillo.

Va a ser duro desprenderse de los recuerdos y algunos de esos jugadores a los que se tiene apego. Está pasando en el Real Madrid. A Zidane le toca echárselos a la cara y ejecutar el trabajo de demolición con tacto y respeto. Rechaza la palabra ‘limpia’ por considerarla despectiva o peyorativa. Empezará con dos jugadores que fueron protagonistas destacados en muchas de esas finales de la Champions que marcaron la hegemonía del Real Madrid. Las decisiones de Florentino Pérez y Zidane de despedir a Keylor Navas y Gareth Bale porque hay que reconstruir el equipo no es incompatible con un sentimiento de dolor. Igual que se moderniza el estadio hay que remozar la plantilla sin caer en el arrepentimiento por haber perdido el tiempo o este mal año llamado de transición. Lo bueno se acabó.

Zinédine Zidane Florentino Pérez Gareth Bale Marcelo