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¿Cuánto vale la mansión de un alcohólico?
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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¿Cuánto vale la mansión de un alcohólico?

El consejero delegado de una gran aseguradora europea planteó el siguiente interrogante: “Yo compré una mansión de doce dormitorios hace tres años en la mejor zona

El consejero delegado de una gran aseguradora europea planteó el siguiente interrogante:

“Yo compré una mansión de doce dormitorios hace tres años en la mejor zona de la ciudad.  Digamos que pagué por ella 4 millones de euros. La mansión de al lado pertenece a un vecino que realizó la adquisición en un momento similar por el mismo precio. Lamentablemente, a mi vecino le han ido mal las cosas, se ha vuelto alcohólico, ha sido despedido, su mujer le ha abandonado, y el banco quiere ejecutar la garantía que existe sobre la mansión. En esta situación de desesperación, tuvo que vender su mansión a un precio irrisorio, 1,5 millones de euros. Obviamente mi vecino ha sufrido un quebranto patrimonial. Ahora bien, ¿debo yo reflejar en mi contabilidad una minusvalía de 2,5 millones porque él haya realizado una transacción en situación de extrema necesidad sobre un bien ilíquido?”

Este dilema refleja plásticamente la gran batalla que se plantea hoy en día entre los defensores de la contabilización de los activos a valor razonable (fair value) frente a los que prefieren incrementar el peso de la valoración por coste histórico (lo pagado por un activo menos las provisiones que se justifiquen). Los primeros salieron triunfantes en la configuración de las normas internacionales de contabilidad, que establecen una preferencia por el sistema de valor razonable de activos y pasivos. El sector bancario es el más afectado por esta disyuntiva. La aplicación del valor razonable fuerza al banco a dividir sus activos entre: a) activos de trading, que se valoran a precios de mercado, llevándose las variaciones de valor a la cuenta de resultados, b) activos disponibles para la venta, que se valoran a precios de mercado, pero cuyas variaciones de valor afectan al balance solamente, y c) activos que se mantienen hasta el vencimiento (hold to maturity), que se valoran por el coste histórico.

Con enormes posiciones de trading en productos estructurados ligados a hipotecas, la crisis crediticia que eclosionó en verano del año pasado ha generado un diabólico círculo vicioso: el aumento de la morosidad hipotecaria sembró el pánico en el mercado donde se negociaban los activos hipotecarios, lo que provocó una avalancha de ventas que, ante la práctica ausencia de compradores, provocó abultadas caídas en los precios de estos activos. Muchos bancos, al aplicar el valor razonable, tuvieron que reconocer enormes pérdidas contables, si bien plantearon lo injusto según ellos de la situación, ya que no tenía sentido realizar una valoración a mercado si en el mercado había desaparecido la liquidez. 

A raíz de ese momento comenzó el intenso ejercicio de lobby (que empezó el pasado abril desde el Institute of International Finance –IIF-), para que se relajaran los requisitos de aplicación del valor razonable (el lobby hizo mella hasta en el mismísimo John McCain, que criticó el sistema de valor razonable; sin embargo, Goldman Sachs dimitió del IIF a raíz de estas propuestas contra el valor razonable, que el banco americano denominó “Contabilidad de Alicia en el País de las Maravillas"). El resultado de esta presión ha sido la resolución de mediados de Octubre del IASB (instituto emisor de las normativas contables internacionales) y de la Unión Europea permitiendo una aplicación menos rigurosa del valor razonable con efectos retroactivos al 1 de Julio pasado. Por ella, los bancos europeos tienen la opción de sacar de sus libros de trading aquellos activos que no puedan ser vendidos debido a la iliquidez de los mercados secundarios. Los activos pasan al libro crediticio del banco, por lo que su valoración se basa en coste histórico y al considerar que el activo que se lleva a vencimiento (hold to maturity). Dicha reclasificación se puede llevar a cabo siempre y cuando se pueda demostrar que los activos reclasificados no estaban a la venta desde el 1 de Julio.

Las consecuencias se han comenzado a percibir. El pasado 30 de Octubre Deutsche Bank sorprendió anunciando beneficios de 414 millones de euros en el tercer trimestre (el mercado esperaba números rojos).  El “truco” residió en reclasificar la friolera de 25.000 millones de euros de activos desde libro de trading al libro de préstamos.  De esa forma Deutsche evitó la valoración a precios mercado, y por lo tanto depreciaciones de activos por valor de 845 millones de euros, reduciendo por tanto su endeudamiento (deuda sobre fondos propios) a tan “sólo” 34 veces.  La acción subió un 18%.

En mi artículo de dentro de dos semanas me “mojaré” sobre ambos sistemas.  Mientras, les animo a que opinen: ¿Cuánto vale la mansión del alcohólico?

El consejero delegado de una gran aseguradora europea planteó el siguiente interrogante: