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El sistema financiero saltará por los aires en los próximos días
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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El sistema financiero saltará por los aires en los próximos días

“O hacéis algo en los próximos días para remediarlo, o el sistema financiero de los EEUU saltará por los aires”.  Así se expresó Ben Bernanke tras

“O hacéis algo en los próximos días para remediarlo, o el sistema financiero de los EEUU saltará por los aires”.  Así se expresó Ben Bernanke tras la caída de Lehman Brothers en una reunión a puerta cerrada con los senadores de los que depende la supervisión bancaria norteamericana.  Siguió un silencio que se hizo eterno.   Sin embargo, en esa reunión se gestó la idea de rescatar a la banca estadounidense a través de inyecciones masivas de capital (700.000 millones de dólares) mediante el programa TARP, de común acuerdo con el Tesoro. 

El programa fue pasado a votación en el Congreso “muchos de los senadores y representantes, en su mayoría republicanos, se enfrentaban a la reeleción en un par de meses, y eran conscientes de que si aprobaban el TARP probablemente no saldrían reelegidos; sin embargo primó el patriotismo, el TARP fue aprobado, el sistema financiero fue rescatado… y la mayoría de congresistas perdieron su escaño”.

Así se expresaba en un encuentro en el IE el pasado Sábado 17 el Senador Demócrata Christopher Dodd, Presidente del citado comité de supervisión bancaria del Senado y coautor de la reciente reforma financiera de los EEUU (Dodd-Frank), la más importante desde los años 30.  Había solicitado un encuentro sin publicidad, con muy pocos estudiantes y profesores, donde él solo hablaría diez minutos (la mitad en español) y luego pudiera escuchar las opiniones e inquietudes de los demás, en especial de los jóvenes.  Con un conocimiento profundo del sistema financiero y acompañado de tres miembros de su gabinete expertos en reforma financiera, la reunión dio mucho de sí. 

El Senador fue franco y autocrítico.  Entre otras cosas disertó sobre el hecho de que los fondos soberanos manifestaban que EEUU ha sido siempre admirado por su capacidad para hacer dinero y por el buen funcionamiento de su mercado de capitales; por eso ha sido receptor de enormes sumas de ahorro externo debido a la confianza que ha generado su sistema financiero.  Hoy en día esta reputación está en juego.  También comentó que el crédito, movilizado desde el ahorro, es clave para la prosperidad de una nación, y sin embargo la confianza en la compra de productos financieros había quedado arrasada tras la crisis subprime.  El propósito de la legislación era restablecer esta confianza.

Según el Senador, en los años 30 se aprobaron tres reformas clave para la prosperidad de los EEUU y su sistema financiero:

i) el aseguramiento de depósitos bancarios (FDIC),

ii) la supervisión del mercado de valores (SEC), y

iii) la separación entre banca comercial y banca de inversión (Glass-Steagall);  ésta última fue repelida a finales de los 90 por amplia mayoría, incluyendo el propio voto del Senador Dodd;  hoy en día hay argumentos que apuntan a que esta decisión fue un error; no se pueden poner en juego (prop trading) los depósitos de los ciudadanos asegurados implícitamente por el gobierno;  la tecnología ha cambiado, pero la naturaleza humana no, de ahí la necesidad de reescribir las reglas de juego.

Los objetivos que se planteó con la reforma financiera eran sencillos:

a) acabar con las situaciones de entes financieros “demasiado grandes para quebrar”, a través de la presunción de que estas entidades “están quebradas” y por tanto tendrán que ser reguladas como tal, limitando el riesgo para el contribuyente,

b) mejorar la protección del consumidor de productos financieros, igual que está desarrollada la protección del consumidor para el resto de los productos (“un comprador de una hipoteca está más desprotegido hoy en día que el comprador de una lavadora”),

c) generar transparencia en los instrumentos financieros,

d) desarrollar mecanismos de alerta tempranos que permitan identificar riesgos sistémicos,

e) otorgar poderes a la SEC para arrojar luz en los costes ocultos en los productos financieros.

Como críticas, la reforma no ha abarcado a las agencias hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae, mucho más sistémicas que varios de los bancos que se intenta regular en la ley. 

Por otro lado no se aprobó la reforma “Volcker” que prohibía tajantemente la inversión de bancos en productos de elevado riesgo, limitándose esta inversión a un 3% del capital del banco.  En palabras del Senador “¿Por qué 3%? Porque era la única forma de conseguir los 60 votos necesarios para aprobar la ley en el Senado”. 

Resumiendo, un legislador demócrata a punto de jubilarse con un profundo conocimiento de lo que habla.  Viene a España y pide una reunión sin publicidad, con el interés de escuchar a los demás.  Es autocrítico con su pasado, y alaba a la oposición por votar por el bien de la nación a sabiendas de sacrificar sus escaños.

¿Se imaginan un caso así entre la clase política española?

“O hacéis algo en los próximos días para remediarlo, o el sistema financiero de los EEUU saltará por los aires”.  Así se expresó Ben Bernanke tras la caída de Lehman Brothers en una reunión a puerta cerrada con los senadores de los que depende la supervisión bancaria norteamericana.  Siguió un silencio que se hizo eterno.   Sin embargo, en esa reunión se gestó la idea de rescatar a la banca estadounidense a través de inyecciones masivas de capital (700.000 millones de dólares) mediante el programa TARP, de común acuerdo con el Tesoro.