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Bitcoin versus CBDC: ¿cuál es la diferencia?
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Juan Ramón Rallo

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Bitcoin versus CBDC: ¿cuál es la diferencia?

Bitcoin es un activo monetario real, digital, de emisión descentralizada y de transferencia descentralizada. El activo monetario más cercano a bitcoin es el oro, no la CBDC

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Durante los últimos meses, se está hablando cada vez más acerca de la posibilidad de que los bancos centrales emitan sus propias monedas digitales (CBDC): en particular, que cualquier ciudadano pueda poseer directamente una cuenta corriente en el banco central (tal como hoy la poseen los bancos privados y los gobiernos), o que pueda mantenerla indirectamente a través de una entidad financiera privada (gracias a un nuevo pasivo bancario que estuviera 100% respaldado por los pasivos del banco central) o que exista aluna fórmula mixta entre ambos formatos.

Al tratarse de un activo monetario digital, son muchas las personas que equiparan las CBDC con bitcoin (u otras criptomonedas): como si los bancos centrales estuvieran a punto de emitir una especie de 'bitcoin público'. Pero nada más alejado de la realidad. Lo único que tienen en común bitcoin y las distintas propuestas de CBDC es que ambos son activos monetarios y digitales. En todo lo demás, son radicalmente distintos.

Primero, aquellos activos que pretendan emplearse como medios de cambio indirecto son activos monetarios. Y, por tanto, los activos monetarios, como todos los activos, pueden dividirse en activos reales o activos financieros. Los activos financieros son aquellos que, a su vez, constituyen el pasivo de otro agente económico, mientras que los activos reales no son pasivos de nadie más. Bitcoin es un activo real, en tanto en cuanto no constituye ninguna obligación financiera para nadie (nadie está obligado a dar o hacer algo a cambio de un bitcoin), mientras que los CBDC son pasivos de los bancos centrales y, más en general, del Estado. La diferencia es crucial, dado que el valor de los activos financieros está completamente ligado a la capacidad del deudor para honrar su compromiso: ante un repudio total o parcial de su obligación, el activo financiero se deprecia. De ahí que, si así lo quisiera, el Estado podría hundir absolutamente el valor de las CBDC, pero no podría hacer eso mismo con bitcoin (ni el Estado ni ningún otro agente).

Foto: Un cliente escanea un código QR de Alipay para realizar un pago a través de un teléfono móvil. (EFE) Opinión

Segundo, los activos reales pueden subdividirse en activos tangibles e intangibles (o digitales). Los tangibles son aquellos cuya funcionalidad está vinculada a su estructura material: si cambia la estructura material, cambia las funciones que pueden desempeñar. Los intangibles son aquellos cuya funcionalidad es independiente del material que los contenga. El oro, por ejemplo, era un activo monetario real y tangible (no es lo mismo una moneda de oro que una moneda de latón). Bitcoin, en cambio, es un activo monetario real e intangible (o virtual), dado que lo relevante de bitcoin no es el soporte en el que se contenga la información que convierte a su poseedor en titular socialmente reconocido de una determinada cantidad de unidades monetarias, sino la información en sí misma. Todos los activos financieros, por cierto, son activos intangibles (de ahí la posible confusión entre bitcoin y las CBDC).

Tercero, los activos monetarios también pueden dividirse entre activos monetarios de emisión centralizada/monopolística o de emisión descentralizada/competitiva. Por definición, las CBDC son activos monetarios de emisión centralizada, dado que solo el banco central podría crearlas (lo cual puede ser un inconveniente tanto a la hora de suministrarla en exceso o en defecto). Por el contrario, la creación de bitcoin está descentralizada, dado que cualquiera puede ejercer de minero tratando de verificar transacciones dentro de la comunidad bitcoin y siendo consecuentemente recompensando con unidades de nueva creación (sin embargo, esa creación competitiva no es libérrima, puesto que está constreñida por las reglas del protocolo de bitcoin, lo que limita el margen para inundar el mercado con nueva oferta, pero también para adaptar la oferta al aumento de su demanda manteniendo la estabilidad de su valor).

Las transacciones de CBDC otorgan al banco central un enorme poder de autorizarlas o denegarlas (o de alterar sus términos)

Y cuarto, los activos monetarios también pueden categorizarse como activos monetarios de transferencia centralizada o de transferencia descentralizada: en los primeros, todas las transacciones son canalizadas a través de un único nodo central (o de un conjunto muy reducido de nodos centrales oligopolísticos), ya sea para simplemente procesarlas o incluso para autorizarlas. El grado de centralización de las transferencias es importante porque la existencia de nodos centrales monopolísticos u oligopolísticos les otorga a estos nodos el poder de bloquear las transacciones no deseadas entre los nodos subordinados: esto es, instituye una relación vertical (o asimétrica) entre los distintos nodos de la red (centrales versus no centrales). Las CBDC son activos de transferencia centralizada porque cada transacción ha de ser validada por el banco central o por algún banco privado facultado por el banco central. En cambio, la moneda fiat en efectivo, aunque sea un activo monetario de emisión centralizada, es de transferencia descentralizada, dado que podemos endosarla de mano en mano al margen del conocimiento y del consentimiento del banco central. De la misma manera, bitcoin es un activo monetario de transferencia descentralizada, dado que cualquier tenedor de bitcoin puede transferirle unidades monetarias a cualquier otra persona, y a su vez cualquier individuo puede terminar verificando esa transacción convirtiéndola en un registro histórico consensuado.

En suma, bitcoin es un activo monetario real, digital, de emisión descentralizada y de transferencia descentralizada. El activo monetario más cercano a bitcoin es el oro, al que podemos describir como un es un activo monetario real, tangible, de emisión descentralizada y de transferencia descentralizada. Las CBDC no tienen nada que ver con bitcoin, en tanto son activos monetarios financieros (y por tanto intangibles), de emisión centralizada y de transferencia centralizada: más bien, la CBDC se asemejan a la moneda fiat en efectivo, la cual es un activo monetario financiero (y por tanto intangible), de emisión centralizada y de transferencia descentralizada.

En este sentido, la supuesta 'revolución' de las CBDC frente al dinero en efectivo apenas consiste en un cambio en los términos de su transferencia (pues ambos son, repito, pasivos del banco central): dejar de efectuar transacciones 'peer-to-peer' a través de pasivos del banco central y empezar a canalizarlas a través de un nodo central que, a cambio de reducir enormemente los costes operativos de esas transacciones, obtendrá el enorme poder de autorizarlas o denegarlas (o de alterar arbitrariamente sus términos). En realidad, las CBDC representan la esencia de aquello contra lo que nació bitcoin.

Durante los últimos meses, se está hablando cada vez más acerca de la posibilidad de que los bancos centrales emitan sus propias monedas digitales (CBDC): en particular, que cualquier ciudadano pueda poseer directamente una cuenta corriente en el banco central (tal como hoy la poseen los bancos privados y los gobiernos), o que pueda mantenerla indirectamente a través de una entidad financiera privada (gracias a un nuevo pasivo bancario que estuviera 100% respaldado por los pasivos del banco central) o que exista aluna fórmula mixta entre ambos formatos.

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