Laissez faire
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¿Quiénes ganan y pierden con la nueva factura de la luz?
Esa será una de las grandes ventajas de esta reforma para el Gobierno: que podrá echar la culpa a los consumidores del incremento del precio de la electricidad
A finales de 2020, la CNMC estimaba que en España había 18 millones de clientes con peaje 2.0 A (sin discriminación horaria y con potencia contratada inferior a 10 kW) y 460.000 con peaje 2.1 A (sin discriminación horaria y con potencia contratada entre 10 y 15 kW); a su vez, 9,6 millones de usuarios disponían del peaje 2.0 DHA (con discriminación horaria en dos tramos y potencia contratada de hasta 10 kW) y 350.000 con peaje 2.1 DHA (con discriminación horaria en dos tramos y potencia contratada de hasta 15 kW).
La nueva factura de la luz unifica todos estos peajes en uno solo, estableciendo discriminación de precios según el tramo horario en el que se demanda electricidad: horas punta (de 10:00 a 14:00 y de 18:00 a 22:00), horas llano (de 8:00 a 10:00, de 14:00 a 18:00, de 22:00 a 0:00) y horas valle (de 0:00 a 8:00). Nuevamente, según la CNMC, esta nueva tarifa de la luz supondrá un ahorro de la factura de la luz para aquellos consumidores que previamente contaran con los peajes 2.0 A, 2.1 A y 2.1 DHA, pero en cambio perjudicará a los que hubiesen contratado el peaje 2.0 DHA. Es decir, que habrá unos 18,8 millones de clientes beneficiados y 9,6 millones de perjudicados.
En particular, la CNMC estima un ahorro mensual del 6,7% para los 18 millones de clientes que anteriormente tuvieran el peaje 2.0 A, del 19,6% para quienes tuvieran el 2.1 A y del 6,5% para el 2.1 DHA. A su vez, encarecerá la factura un 8,6% para quienes contaran con el peaje 2.0 DHA. Claramente, pues, los consumidores que salen más perjudicados son algunos de los que tienen menor potencia contratada y los consumidores más beneficiados son algunos de los que cuentan con más potencia contratada (generalmente, familias con ingresos altos o empresas). Aun así, parece que la clave para evaluar distributivamente esta reforma del sistema de tarificación reside en los 18 millones de clientes con peaje 2.0 A, los cuales salen moderadamente beneficiados.
Pero ¿de verdad esos consumidores saldrán beneficiados? En la simulación de la CNMC, el usuario tipo de la tarifa 2.0 A consume 2.100 kWh al año: hasta ahora, sin discriminación horaria, terminaba arrojando una factura anual, antes de impuestos, de 254 euros (150 por el término potencia, 92 por el término energía y 12 por pagos por capacidad); en cambio, con la nueva factura, variabilizando el término potencia, el término energía y los pagos por capacidad, la factura se reduce a 237 euros anuales (127 por potencia, 109 por energía y uno por pagos por capacidad). Un ahorro del 6,7%.
Sin embargo, la estimación de la CNMC depende crucialmente de la hipótesis de que esos 18 millones de familias modificarán de manera apreciable sus hábitos de consumo: de acuerdo con el organismo regulador, el 28,7% de los 2.100 kWh se consumirá en horas punta, el 26,3% en horas llano y el 45% en horas valle. Pero esa distribución se antoja poco realista: ¿de verdad las familias con menores recursos serán capaces de trasladar casi la mitad de su consumo eléctrico a los fines de semana y entre las 0:00 y las 8:00 entre semana?
Muchos usuarios se verán perjudicados con la nueva factura de la luz salvo que modifiquen mucho sus hábitos de consumo
Imaginemos un escenario alternativo en función de la distribución actual del consumo de los hogares que se acogían al peaje 2.0 DHS (discriminación horaria en tres tramos y potencia contratada de hasta 10 kW): las horas punta suponen el 36% del consumo, las horas llano el 29% y las horas valle el 35%. En ese escenario, la factura eléctrica se encarecería un 1,3% respecto a la situación actual (en lugar de abaratarse el 6,7%). Peor sería la situación de los consumidores que se venían acogiendo al peaje 2.0 DHA: aunque la CNMC ya anticipa para ellos un encarecimiento del 8,6%, con una distribución del consumo como la esbozada antes (36% punta, 29% llano y 35% valle), la subida sería del 15%.
En definitiva, muchos usuarios se verán notablemente perjudicados con la nueva factura de la luz salvo que modifiquen de un modo sustancial sus hábitos de consumo. Y esa será una de las grandes ventajas de esta reforma para el Gobierno: que podrá echar la culpa a los consumidores del incremento del precio de la electricidad por no ser suficientemente sostenibles y ecológicos.
A finales de 2020, la CNMC estimaba que en España había 18 millones de clientes con peaje 2.0 A (sin discriminación horaria y con potencia contratada inferior a 10 kW) y 460.000 con peaje 2.1 A (sin discriminación horaria y con potencia contratada entre 10 y 15 kW); a su vez, 9,6 millones de usuarios disponían del peaje 2.0 DHA (con discriminación horaria en dos tramos y potencia contratada de hasta 10 kW) y 350.000 con peaje 2.1 DHA (con discriminación horaria en dos tramos y potencia contratada de hasta 15 kW).
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