Laissez faire
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¿Por qué Argentina se ha quedado sin combustible?
Ese riesgo es al que se exponen los argentinos si siguen aplicando las políticas peronistas de siempre: cronificar y agravar la crisis provocada por esas mismas políticas nefastas
Argentina es un país que produce 700.000 barriles de petróleo al día y que exporta al resto del mundo una parte de esa producción. Sin embargo, desde hace una semana, las estaciones de servicio del país no cuentan con suficiente gasolina y gasoil para abastecer la demanda de sus ciudadanos. ¿Por qué? El ministro de Economía y candidato a la presidencia de la república, el peronista Sergio Massa, sostiene que el desabastecimiento de nafta se debe a que la demanda durante los últimos días ha sido bastante más alta que la habitual, de manera que las estaciones de servicio se han quedado sin stock: y, para poner fin al desabastecimiento, ha decidido financiar, a través del Gobierno argentino, la compra de combustible en el extranjero.
Evidentemente, la cuestión que cualquiera debería formularse es por qué ha de ser el Ejecutivo argentino quien importe la nafta en lugar de hacerlo las propias petroleras encargadas de comercializarla a los consumidores finales. Y la respuesta es la misma que se halla en la raíz del desabastecimiento interno de combustible: porque no es rentable hacerlo.
Por un lado, el petróleo que se produce en Argentina no se vende internamente a precios de mercado: el Gobierno pacta con las petroleras un precio interno entre 50 y 60 dólares el barril (es lo que se conoce como barril criollo). En principio, a las petroleras les sería más provechoso exportar el barril en lugar de venderlo internamente, pero, a cambio de esta comercialización a precios rebajados, el Ejecutivo les otorga ciertas ventajas en el acceso a los mercados internacionales. Ahora bien, si el precio en los mercados internacionales se vuelve mucho más alto que el del barril criollo, entonces esas ventajas ya no compensan la renuncia a exportar el petróleo. Y eso es lo que ha ocurrido durante las últimas semanas: que las exportaciones argentinas de crudo van en aumento porque se ha vuelto relativamente menos provechoso venderlo internamente tras el encarecimiento global del crudo.
Por otro, el precio de la gasolina y del gasoil en las estaciones de servicio también está políticamente cuidado. Hace un año, el Gobierno peronista pactó con las petroleras que los precios del combustible subieran por debajo de la inflación y, dada la altísima inflación acumulada durante el último año en el país (alrededor del 150%), la rebaja relativa de precios ha sido muy sustancial. No solo eso, al día siguiente de la derrota peronista en las PASO de agosto, Massa decretó la congelación de los precios de la gasolina y el gasoil hasta el 31 de octubre. Todo ello ha provocado que, a pesar del encarecimiento de estos primeros días de noviembre, Argentina siga teniendo uno de los precios reales del carburante más baratos del mundo (equivalente a unos 40 céntimos de dólar por litro), lo que contribuye a disparar su demanda.
Ahí reside, pues, la clave del problema: producir, refinar y comercializar la gasolina no es rentable dentro de Argentina. El control de precios desde el lado de la oferta tanto de crudo como de carburante lleva a reducir su oferta interior y el control de precios desde el lado de la demanda lleva a multiplicar su demanda interior. Demanda por encima de la oferta sin que los precios puedan ajustarse para corregir ese desequilibrio supone que el desequilibrio no se corrige: por tanto, desabastecimiento. Y ese riesgo, el del desabastecimiento por aplicar controles de precios dentro de un contexto inflacionista desatado, es el riego al que se exponen los argentinos respecto a cada vez más productos si siguen aplicando las políticas peronistas de siempre: cronificar y agravar la crisis provocada por esas mismas políticas nefastas. El modelo venezolano a una escala menor… de momento.
Argentina es un país que produce 700.000 barriles de petróleo al día y que exporta al resto del mundo una parte de esa producción. Sin embargo, desde hace una semana, las estaciones de servicio del país no cuentan con suficiente gasolina y gasoil para abastecer la demanda de sus ciudadanos. ¿Por qué? El ministro de Economía y candidato a la presidencia de la república, el peronista Sergio Massa, sostiene que el desabastecimiento de nafta se debe a que la demanda durante los últimos días ha sido bastante más alta que la habitual, de manera que las estaciones de servicio se han quedado sin stock: y, para poner fin al desabastecimiento, ha decidido financiar, a través del Gobierno argentino, la compra de combustible en el extranjero.
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