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Next Generation EU: ¿una oportunidad perdida?

El Gobierno ha avanzado considerablemente en la ejecución del plan. Ha definido y negociado con Bruselas su alcance (inversiones y reformas) y ha acordado su distribución entre ministerios y con las CCAA

Foto: La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Javier Cebolleda)
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Javier Cebolleda)

Los últimos meses de 2022 y el año 2023 serán decisivos para el avance del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, aumenta el cuestionamiento del grado de ejecución del plan y de su impacto en nuestro país, llegando a dibujarse una sensación de oportunidad perdida para España.

¿Es así? Distinguir ruido y realidad en lo relativo al PRTR ha sido un reto desde que se formalizara el instrumento Next Generation. Veamos si podemos aportar algo de luz.

Foto: Alberto Martínez Lacambra, director general de Red.es. Imagen: Red.es.

El Gobierno ha avanzado considerablemente en la ejecución del plan. Ha definido y negociado con Bruselas su alcance (inversiones y reformas) y ha acordado su distribución entre ministerios y con las comunidades autónomas. Ha introducido numerosos requerimientos para su seguimiento, en su mayoría nuevos (etiquetado de inversiones, principio de no hacer daño al medio ambiente y obligaciones adicionales de reporte). Ha solicitado y recibido dos desembolsos, tras justificar el cumplimiento de los hitos y objetivos correspondientes, un avance al que no ha llegado aún ningún otro Estado miembro de la Unión.

Según las cifras de nuestro observatorio Next Generation EU, en 2021 el Gobierno habría comprometido 21.148 M€ (8.567 M€ en subvenciones estatales, 1.334 M€ en licitaciones y 11.247 M€ en transferencias a CCAA). En 2022, llevaría comprometidos 22.473 M€ (10.187 M€ en subvenciones estatales, 3.995 M€ en licitaciones y 8.291 M€ en transferencias a CCAA). Teniendo en cuenta la asignación inicial de subvenciones (70.416 M€) a España, la ejecución actual del PRTR en términos de fondos comprometidos estaría en torno al 61,95%. Velocidad de crucero.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso se reúne con la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Fernando Villar)

El avance en compromiso de gasto es relevante por ser el primer paso para que los fondos puedan financiar proyectos específicos, pero no implica que los fondos Next Generation estén llegando a la misma velocidad al destinatario final.

Poco sabemos al respecto, lamentablemente. Las razones son varias. En primer lugar, si bien hay una importante cantidad de fondos transferidos a las CCAA, falta que estas convoquen y/o asignen gran parte de los mismos. Por otra parte, faltan datos sobre la asignación de las partidas licitadas y existe preocupación sobre su resultado final, dado que algunas pueden quedar desiertas ante los cambios de costes asociados a la inflación. Están pendientes de resolución varias convocatorias importantes, a pesar de haber requerido plazos relativamente cortos para la presentación de proyectos y de que los plazos de ejecución son también muy apremiantes. A esto debemos sumar la escasez y extemporaneidad de los datos sobre ejecución real, lo cual provoca importantes dudas sobre el avance del plan y pérdida de confianza en el proceso.

Con estas consideraciones en la mano, puede parecer difícil no solo que se logre la ejecución completa del plan, sino que este tenga el impacto deseado en la transformación de nuestra economía.

Foto: La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño. (EFE/Javier López)

Sin obviar estos retos, sobre los que retornaré, hay otros factores a la hora de valorar la oportunidad que suponen Next Generation y el plan de recuperación para nuestro país.

Sin los fondos europeos, la situación económica actual, tras los efectos del coronavirus y las consecuencias de la guerra de Ucrania, haría prácticamente imposible movilizar inversión pública, mucho menos inversión destinada a acelerar transformaciones de futuro. Por ejemplo, a 21 de septiembre de 2022, 5.329 M€ han sido comprometidos vía licitaciones, en ámbitos que van desde la movilidad sostenible a la rehabilitación de edificaciones, la investigación o la transición energética.

En segundo lugar, sin los fondos europeos sería también inviable complementar con financiación pública la inversión privada. Su efecto incentivador, en un contexto de incertidumbre como el que llevamos arrastrando desde el año 2020, no es menor. También los préstamos, aún no solicitados, resultarán interesantes como complemento de inversión en un contexto de inflación y subida de tipos de interés.

"Es prioritario poner todos los medios para materializar el apoyo a empresas, entidades locales y ciudadanos cuanto antes"

En tercer lugar, Next Generation ha permitido a Europa reforzar sus compromisos políticos con la transición ecológica y la digitalización y, además, poner recursos en la mesa para apoyarlos. Por primera vez, los países de la Unión comparten una hoja de ruta común en materia de inversión estratégica a medio plazo, y España forma parte desde el inicio de esta visión compartida.

En cuarto lugar, abre la puerta a la continuidad en financiación extraordinaria para afrontar retos de futuro. Así lo demuestra la estrategia REPowerEU que, vinculada a Next Generation, ofrecerá fondos adicionales para la inversión público-privada. A estos fondos hay que añadirles los cerca de 7.700 M€ que se le han asignado a España como consecuencia del recálculo del desarrollo de la economía española en 2021 y la disponibilidad de hasta 84.850 M€ en concepto de préstamos.

Al valorar la oportunidad que suponen Next Generation y el plan de recuperación para España, debemos considerar todos estos aspectos. Eso sí, es prioritario poner todos los medios para materializar el apoyo a empresas, entidades locales y ciudadanos cuanto antes. Para ello, debe acelerarse el lanzamiento de las convocatorias y sobre todo sus plazos de resolución. También debe considerarse la extensión de plazos de ejecución en aquellos proyectos particularmente complejos. Además, es urgente que los datos de ejecución en cuanto a contabilidad final lleguen con transparencia y proactividad a la sociedad cuanto antes.

Foto: La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE/Fernando Villar)

El plan de recuperación enfrentaba retos estructurales desde su inicio, desde la capacidad de gestión pública a los límites del marco de ayudas de Estado o el intenso foco en el control previo, que siguen hoy plenamente vigentes.

Ajustemos, por tanto, nuestras expectativas, pero no tiremos la toalla. Aunque no lo parezca, apenas estamos al comienzo del camino. El plan sigue representando la mejor oportunidad, si no la única, para apoyar inversiones estratégicas de medio y largo plazo en España, y avanzar en la construcción de un mejor futuro económico y social en la Unión Europea.

*Paloma Baena es directora sénior de European Affairs en LLYC.

Los últimos meses de 2022 y el año 2023 serán decisivos para el avance del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, aumenta el cuestionamiento del grado de ejecución del plan y de su impacto en nuestro país, llegando a dibujarse una sensación de oportunidad perdida para España.

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