Tribuna
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'In memoriam', José Luis Malo de Molina
Fue hace tan solo unos días cuando nos vimos por última vez en la cafetería del Thyssen. Ante mí, un amigo cansado pero sereno, de mirada franca, penetrante y cálida
Ayer falleció José Luis Malo de Molina, que fuera durante muchos años director general del servicio de estudios del Banco de España. Conocí a José Luis en 1970 en la Facultad de Ciencias Económicas de la Complutense en Somosaguas, recién llegados yo y mi hermano Miguel Ángel a dicha facultad para iniciar nuestra licenciatura. Eran tiempos en los que era difícil estudiar asiduamente, por la conflictividad estudiantil, la presencia de la policía en el campus y la interrupción regular de las clases.
José Luis, que cursaba el segundo año, entre otros compromisos propios de la época, adoptó el de apoyarnos a un grupo de estudiantes de primer curso en la asignatura de Introducción a la Economía para que no perdiéramos el gusto por la materia. No me explico cómo, recién llegados, surgió esta relación, pues no nos conocíamos de nada. En aquel entonces se formaban espontáneamente muchos grupos de gente activa, y algún contacto común propició esa convergencia que íbamos forjando en encuentros ocasionales en los colegios mayores y otros ambientes universitarios. Además de su amistad, disfruté bien tempranamente de su magisterio. Le gustaba, sí, le gustaba enseñar economía. La que él mismo había aprendido un año antes de Luis Ángel Rojo, de quien ya era alumno aventajado.
Y, tras más de medio siglo de numerosos encuentros por motivos personales, académicos y profesionales, siempre disfrutando de su saber, su opinión, sus consejos, las magníficas paellas que hacía y con su familia… hasta ayer, como quien dice. Pues fue hace tan solo unos días cuando nos vimos por última vez en la cafetería del Thyssen.
Ante mí, un amigo cansado pero sereno, de mirada franca, penetrante y cálida. Que me hablaba sin pronunciar palabra y al que, sin decírselo, agradecí infinitamente, y aun ahora lo siento con más intensidad, que me dedicara ese rato cercano y último. Querido José Luis, descansa en paz.
*José Antonio Herce es economista.
Ayer falleció José Luis Malo de Molina, que fuera durante muchos años director general del servicio de estudios del Banco de España. Conocí a José Luis en 1970 en la Facultad de Ciencias Económicas de la Complutense en Somosaguas, recién llegados yo y mi hermano Miguel Ángel a dicha facultad para iniciar nuestra licenciatura. Eran tiempos en los que era difícil estudiar asiduamente, por la conflictividad estudiantil, la presencia de la policía en el campus y la interrupción regular de las clases.
José Luis, que cursaba el segundo año, entre otros compromisos propios de la época, adoptó el de apoyarnos a un grupo de estudiantes de primer curso en la asignatura de Introducción a la Economía para que no perdiéramos el gusto por la materia. No me explico cómo, recién llegados, surgió esta relación, pues no nos conocíamos de nada. En aquel entonces se formaban espontáneamente muchos grupos de gente activa, y algún contacto común propició esa convergencia que íbamos forjando en encuentros ocasionales en los colegios mayores y otros ambientes universitarios. Además de su amistad, disfruté bien tempranamente de su magisterio. Le gustaba, sí, le gustaba enseñar economía. La que él mismo había aprendido un año antes de Luis Ángel Rojo, de quien ya era alumno aventajado.
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