Es noticia
Enfriar la economía para salvarla
  1. Economía
  2. Tribuna
Julián Pérez

Tribuna

Por

Enfriar la economía para salvarla

Desde la administración aseguran que el dolor inmediato será el precio a pagar por la supervivencia. Los procesos de desintoxicación suelen ser duros, pero son mejores que permanecer continuamente intoxicado

Foto: Donald Trump, presidente de EEUU. (iStock)
Donald Trump, presidente de EEUU. (iStock)

Cambiar el nombre de los mares. Reclamar canales. Exigir Groenlandia. Construir un resort en Gaza. Repartirse Ucrania con Rusia. Buscar un tercer mandato. Imponer aranceles a medio mundo… Las primeras medidas de la administración americana nos hacen preguntarnos si Trump se considera un nuevo Augusto que quiere transformar la decadente República en un nuevo Imperio. Pero para hacer América grande otra vez, Trump sabe que primero tiene que lidiar con el talón de Aquiles de todas las grandes potencias a lo largo de la historia, su deuda. Y para ello necesita una recesión.

Ray Dalio, en su libro El nuevo orden mundial, explica cómo el factor clave de la caída de los imperios a lo largo de la historia ha sido una deuda pública excesiva. Aunque de este fenómeno ya nos advirtió en el siglo XVIII Adam Ferguson en su Ensayo sobre la historia de la sociedad civil, en el que, además, identificaba el momento clave en el que los imperios suelen comenzar su declive: cuando los gastos de la deuda superaban a su gasto militar. Esto ha sido una constante a lo largo de la historia. Dos de los casos más claros fueron el del imperio español y el imperio británico. Y en la actualidad, de no remediarse, parece que también ocurrirá con el americano.

En 1639, durante la Guerra de los Treinta Años, Felipe IV declaró ante el Consejo de Indias: “Reconozco que la introducción de los juros ha causado la enorme ruina que experimentamos”. Los juros fueron la primera versión de deuda pública en la Corona de Castilla, y su pago llegó a consumir hasta el 90% de los ingresos reales durante esos años. Este endeudamiento excesivo afectó gravemente la política exterior del imperio. En 1640, Portugal se independizó tras 60 años de anexión a España, y Cataluña se sublevó contra la corona, lo que casi derivó en una balcanización total del imperio. En 1648, se firmó la Paz de Westfalia, que consolidó la independencia holandesa y, en 1659, con el Tratado de los Pirineos, España también perdió territorios en favor de Francia. Es por ello que 1640 se puede considerar el año en que comenzó la decadencia del Imperio español.

En el caso británico, tras la Primera Guerra Mundial, los intereses de la deuda británica comenzaron a superar el gasto militar cada año desde 1920 hasta 1936. Esto fue lo que inspiró la política de apaciguamiento con la Alemania nazi, y no la simpatía por Hitler. Este endeudamiento dificultó el rearme británico, y por eso no se consiguió disuadir a Alemania. Tras la Segunda Guerra Mundial, la deuda británica se incrementó aún más, lo que llevó en los años posteriores a renunciar a sus colonias y reducir sus fuerzas armadas. Por lo tanto, la historia nos demuestra que cualquier potencia que durante un período sostenido gasta más en pagos de intereses que en capacidades militares acaba perdiendo su situación dominante. La duda es si EE.UU. será la siguiente.

Foto: Un piloto de combate chino del Ejército Popular de Liberación participa en unas maniobras militares alrededor de Taiwán. (EFE/Xinhua/Mei Shaoquan) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
El gasto militar oculto de China que preocupa a EEUU
Julián Pérez Solana

Veamos entonces en qué situación se encuentra EE.UU. Desde los años 80, ha incrementado su deuda desde menos de $1 billón (31% del PIB) hasta $36 billones (122% del PIB) en 2024. Y es que, en 2023, por primera vez en la historia, el gasto en intereses superó el gasto en defensa, ampliándose esta diferencia hasta más del 35% en 2024. Según la teoría de Ferguson, de mantenerse esta tendencia, EE.UU. ya habría comenzado su declive.

Sin embargo, parece que Donald Trump quiere revertir esta situación para no repetir los errores de otros imperios, y esto podría explicar sus agresivas políticas proteccionistas y de recorte del gasto público. Con los aranceles, además de reindustrializar EE.UU., pretende recaudar 600.000 millones de dólares al año, lo que, unido al importante recorte del gasto público, permitirá reducir su déficit fiscal. Desde la administración aseguran que el dolor inmediato será el precio a pagar por la supervivencia. Los procesos de desintoxicación suelen ser duros, pero son mejores que permanecer continuamente intoxicado.

Los procesos de desintoxicación suelen ser duros, pero son mejores que permanecer continuamente intoxicado

Quizá la clave esté en que en 2025 a EE.UU. le vencerán $9,2 billones de deuda, el 25% del total del país, y la van a tener que refinanciar con unos tipos de interés en máximos de 20 años. Esto agravaría todavía más el déficit del país, cuando la única manera de salvar la economía es reduciéndolo. Trump lleva tiempo presionando a la Reserva Federal para que baje los tipos, pero esta se resiste al seguir viendo el empleo fuerte. Mientras la inflación siga alta, la Fed solo bajará los tipos si ve destrucción de empleo o si hay un crash bursátil de tal magnitud que amenace con provocar una recesión. Descartando la destrucción de empleo, ya que los datos de marzo sorprendieron al alza, parece claro lo que está buscando la administración americana.

Lo que se consigue con las caídas en las bolsas es que se cree un “efecto riqueza” inverso en la población americana, altamente invertida en bolsa (>50%), que ve un deterioro de su patrimonio, lo que debería provocar una caída del consumo y de las expectativas. Esto, además de presionar a la Fed para bajar los tipos, haría bajar la inflación, otro de los principales objetivos de la administración Trump. La diferencia entre refinanciar $9,2 billones a un tipo del 4,5% o, por ejemplo, al 4% (asumiendo un recorte de 50 pb) sería de en torno a $46.000 millones, por lo que estamos hablando de un asunto bastante serio.

Enfriar la economía en el corto plazo para salvarla en el largo plazo

En conclusión, la administración americana estaría buscando enfriar la economía en el corto plazo para salvarla en el largo plazo. Bajar el gasto público y provocar una recesión “corta”, que, en principio, deberían controlar, aunque siempre existe el riesgo de que se les vaya de las manos, para después volver a crecer desde una base más saneada, con menos deuda y con mayor ahorro de los consumidores. Es una estrategia arriesgada, pero necesaria si quiere evitar el destino que han seguido muchas potencias a lo largo de la historia.

*Julián Pérez, Analista de Intermoney

Cambiar el nombre de los mares. Reclamar canales. Exigir Groenlandia. Construir un resort en Gaza. Repartirse Ucrania con Rusia. Buscar un tercer mandato. Imponer aranceles a medio mundo… Las primeras medidas de la administración americana nos hacen preguntarnos si Trump se considera un nuevo Augusto que quiere transformar la decadente República en un nuevo Imperio. Pero para hacer América grande otra vez, Trump sabe que primero tiene que lidiar con el talón de Aquiles de todas las grandes potencias a lo largo de la historia, su deuda. Y para ello necesita una recesión.

Deuda Gasto público Estados Unidos (EEUU)
El redactor recomienda