Es noticia
El gran apagón: cuando la electricidad la gestionan semidioses
  1. Economía
  2. Tribuna
José María de la Viña

Tribuna

Por

El gran apagón: cuando la electricidad la gestionan semidioses

A pesar de tropezones evitables como este, causados por la política y el nepotismo, hemos liderado la transición energética a nivel mundial con muchos aciertos y algunos errores que podrían haberse evitado

Foto: Sede de Redeia en Madrid. (Europa Press)
Sede de Redeia en Madrid. (Europa Press)

No me gustaría estar en el pellejo de los operadores de la sala de control de Red Eléctrica. Alguien les deberá compensar el estrés y los nervios. Quizás la dimisión de quien se los ha provocado. Estoy convencido de que son magníficos profesionales que saben la que les caía encima y habrían avisado a sus superiores con tiempo, incluso décadas. El problema es que no hay nadie al mando de la gestión del sector eléctrico español más allá de monos, o monas, excesivamente bien pagados. O pagadas.

El papel principal del presidente/a de Red Eléctrica y cualquier otro organismo regulador o empresa compleja y de importancia estratégica, más allá de poner a conocidos y familiares en puestos relevantes que van erosionando la calidad e independencia de la institución que dirigen, es combatir las imposiciones absurdas en política energética que atentan contra las leyes de la física y la economía. Pero nadie muerde la mano de quien le da de comer. Y menos en esta España menguante empeñada en destruirse a sí misma.

Lo que ha ocurrido se venía avisando desde hace veinte años. No son pocos. Se podría haber evitado si hubiese habido buenos profesionales a cargo de la planificación energética, que los hay. Magníficos, diría yo.

El dios mercado es el encargado de seleccionar las fuentes de generación eléctrica que se activan en cada momento. Utiliza criterios que fijan a menudo precios disparatados. Alguien le debería decir a tal ser etéreo que, por mucho que le pese, la física es la que es. Y ningún "mercado" extractivo la va a cambiar.

Foto: explicando-el-apagon-espana-fotovoltaica-isla-energetica

Un poco de física patatera

Se llevaba más de veinte años avisando. Trataremos de explicarlo con palabras sencillas. 1) La red eléctrica es de corriente alterna. Funciona con una frecuencia de 50 Hz. 2) La generación eléctrica se divide en dos: síncrona y asíncrona. 3) La potencia síncrona proporciona estabilidad a la red. La asíncrona, principalmente solar fotovoltaica y eólica, no. 4) Si la frecuencia no es estable en los 50 Hz requeridos, la red se desacopla allá donde se producen los desajustes, pudiendo contagiar al resto de subestaciones si no cuentan con un margen de seguridad suficiente. 5) La desestabilización progresiva genera un exceso de la llamada energía reactiva, el enemigo a batir, y al revés, que amplifica el asunto colapsando el sistema. Nunca se sabe quien fue antes, el huevo o la gallina.

Los apagones pueden ser locales o generalizados. Se necesita un porcentaje mínimo de generación síncrona en cada momento, repartida homogéneamente en función de la oferta y la demanda regional y local, y no solo ibérica, para mantener la estabilidad de la red en su conjunto. Eso es innegociable, hasta para un político analfabeto. Mejor no exagerar.

Foto: Una vista de la planta nuclear de Zaporiyia (EFE/Hannibal Hanschke)

Si no hay tal porcentaje con un margen de seguridad suficiente que pudiera compensar posibles eventos meteorológicos, sabotajes e incluso ciberataques que al menos permitan un cambio rápido a gestión manual, la red se desconecta en cadena, dejando al ciudadano atrapado en el ascensor o al enfermo con el respirador sin energía, asesinándole.

Esa energía síncrona es lo que se denomina generación de respaldo. Los 50 Hz estables, vitales para la estabilidad de la red, dependen de la física de toda la vida, sin alharacas ni gurús tecnofanáticos que digan tonterías en camiseta cara y gorra de beisbol con cuenta corriente abultada: la milenaria inercia mecánica. La produce al girar la masa de las turbinas de las grandes centrales eléctricas tradicionales: hidráulica, carbón y nuclear principalmente.

Las centrales de ciclo combinado de gas y otros sistemas de cogeneración aportan en menor medida debido a sus propias características. De momento, ninguna electrónica ni ninguna Inteligencia Artificial puede sustituir a la humilde inercia mecánica. Habría que filosofar sobre ello para no tener que deprimirnos ni llamar idiotas a "influencers" con millones de seguidores sin brújula.

Foto: Reunión del Consejo de Seguridad Nacional que ha presidido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Pool/Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa) Opinión

Situación actual

Carbón ya no hay. Las centrales nucleares se las quieren cargar. En el día de autos funcionaban la mitad. La generación hidráulica no es suficiente por sí sola, incluso en años de bonanza, como este. No es posible aumentar la potencia hidráulica ni de bombeo significativamente. Las mejores localizaciones ya están ocupadas. Franco se ocupó de ello, aunque a alguno se joda. Los ingenieros españoles fueron muy buenos cualquiera que fuera el régimen, hasta que el proceso de Bolonia se ocupó de destrozar la enseñanza de la ingeniería y las nuevas generaciones de ingenieros.

¿Y sembrando España de baterías? No hay dinero para eso, ni resolvería el problema. ¿Y con volantes de inercia? En las Islas Canarias están experimentando con ello.

La desconsiderada potencia asíncrona la genera la energía solar y eólica principalmente. Los paneles fotovoltaicos, aunque cuentan con inversores electrónicos que convierten la corriente continua en alterna, no son capaces de verterla a la red de manera sincronizada. Suministran a la red un carajal inmanejable.

Foto: Una planta fotovoltaica alimenta de energía solar la base naval de Rota. (EFE/Armada en Rota)

Significa que el porcentaje máximo de energía solar+eólica que se puede instalar está limitado por la cantidad y calidad de la generación de respaldo, la energía síncrona complementaria necesaria para garantizar la estabilidad de la red. La calidad de los kw-h de respaldo, las denominadas como energías malditas, es mayor que los de las energías renovables. Eso fastidia a muchos extremistas ideológicos papagayos, expertos en nada.

Parece que ese límite lo hemos alcanzado. Podría ampliarse el porcentaje de renovables, pero para eso hace falta una planificación muy precisa y diseñada al milímetro, al pairo de influencias políticas, puertas giratorias y "expertos" de segunda mano. ¿Tenemos de eso?

Hechos

Entre 12:30 y 12:35 de la mañana del día 28 de abril, por causas bien conocidas aunque desconocidas para el ciudadano debido a la legendaria transparencia de nuestros gobernantes y la confusión de la presidenta de Red Eléctrica, el sistema colapsó en menos de cinco minutos, dejando dos tercios del país en la Edad de Piedra.

Foto: Algunas calles de Madrid vuelven a iluminarse tras el apagón masivo

Comenzó a restablecerse el servicio lentamente a partir de las 18:00, según el sol languidecía en el ocaso y se activaban progresivamente los ciclos combinados de gas y toda la potencia hidráulica disponible. Afortunadamente, al anochecer comenzó a soplar viento con vigor adolescente, el cual contribuyó significativamente a la generación durante la madrugada. El proceso de activación continuó durante la noche. No se trata de apretar un botón, como en casa. Es más complejo, algo a lo que nuestros políticos y tertulianos a sueldo no están acostumbrados. El restablecimiento no fue pleno hasta las 08:00 AM del día siguiente.

En el momento del fallo sistémico, solo estaba en servicio la mitad de la potencia nuclear, la cual se desconectó de la red por cuestiones de seguridad, me imagino que introduciendo las barras a los reactores nucleares para detener la reacción en cadena. Dos días después, apenas han entrado en servicio de nuevo. Si bien las centrales nucleares son magníficas estabilizadoras de tensión, su respuesta ante los cambios de potencia son lentos. Nada es perfecto. Si hubiesen estado las siete centrales nucleares trabajando en el momento luctuoso, probablemente el apagón no habría ocurrido.

En el momento del colapso se estaba exportando electricidad a Portugal, Marruecos y una cantidad ínfima a Francia y Andorra. Se detuvo inmediatamente. A las 17:10 se comenzó a importar el equivalente a una central nuclear desde Francia y posteriormente algo desde Marruecos. Un porcentaje mínimo que apenas superó el 5% entre ambos países ni ayudó a solucionar nada.

Foto: España sufre un apagón masivo. (Europa Press/Alberto Paredes)

Un mercado que no es tal

El precio de la electricidad es el segundo factor desestabilizador. No puede ignorar la física. Un mercado no se puede considerar tal si un agente externo lo tiene que diseñar. Compramos comida o ropa y ningún organismo se encarga de fabricar reglas, salvo casos excepcionales de competencia desleal. La regulación del sector eléctrico es brutal. Que nadie se crea que constituye un mercado. Son solo intereses creados y puertas giratorias, como la presidencia de Red Eléctrica atestigua.

El mal llamado mercado eléctrico es un engendro fabricado con criterios arbitrarios. Por sus propias características y su utilidad pública es imposible un mercado eficiente ni nada que se le parezca. Sin entrar en detalle, las reglas que rigen el simulacro actual de mercado están diseñadas deficientemente. Los adoradores del ídolo pagano piensan que los mercados son infalibles. El problema es cuando los "mercados" no son más que un envoltorio para engañar incautos y enriquecer políticos. Es un asunto a debatir. ¿Y reformar? ¡Qué ingenuos!

Consideraciones geoestratégicas

Tenemos la experiencia de Alemania sobre lo que no se debe hacer en política energética. Comenzó la guerra de Ucrania y se quedó con el culo al aire. Lección primera: tenemos que reducir la dependencia del gas, venga de Rusia o de Estados Unidos. Ya hemos visto lo fiable que es el otrora imperio, con su presidente naranja al frente.

Lección segunda. Alemania cerró las centrales nucleares a cambio de consumir más gas. Acabó multiplicando el consumo de carbón. Hizo un pan como unas tortas, aumentando las emisiones de CO2. Se están planteando volver a abrirlas. Mucho partido verde y muchas gaitas, pero Alemania continúa siendo el gran contaminador que da lecciones de nada.

Foto: La presidenta de Redeia, Beatriz Corredor. (EP/Eduardo Parra)

Lección tercera. Alemania ha forrado el país con placas solares. Solo que allí apenas luce el sol. Eso sale muy caro. Entre unas cosas y otras, están arruinando el país y su industria cargándose todos los objetivos climáticos.

Aquí destruimos nuestra industria por imposición de Alemania a través de UE y la obediencia debida de Felipe González y Aznar. Nada que decir al respecto. Sus causantes deberían pedir perdón.

Propuestas para que el gran apagón no se vuelva a repetir

Cualquier política energética, incluyendo las importaciones de gas, pasa por reducir la dependencia extranjera. Y, aunque sea solo por eso, debemos optimizar el despliegue de renovables de manera cabal.

En el momento del apagón, aproximadamente un 65% de la energía era asíncrona renovable. La energía síncrona era de una calidad deficiente, al no estar en servicio tres pesadas turbinas de 1.000 MW instaladas en centrales nucleares. Adicionalmente, la generación hidráulica no estaba al máximo.

Foto: Concha Sánchez, directora de Operaciones de Red Eléctrica. (Redeia)

Ya conocemos los límites actuales de la red eléctrica y a lo que monos y el dios mercado nos pueden conducir. Nos hemos vuelto a dar de bruces con la ideología y el nepotismo, las dos grandes tragedias de este país. Es necesario:

  1. Colocar buenos profesionales en vez de monos al frente de la planificación energética y sus organismos y empresas cruciales.
  2. Reformar el mercado eléctrico incorporando sensatez y criterios lógicos, abandonando el dios pagano.
  3. Realizar una planificación exquisita con criterios geoestratégicos, físicos y económicos.
  4. Tomar decisiones políticas que decidan si queremos más apagones. O si preferimos seguridad en el suministro eléctrico a buen precio a la vez que fomentamos la indispensable independencia energética, visto como andan las cosas por ahí fuera.
Foto: Respuesta escrita al Congreso del Ministerio para la Transición Ecológica. (EC)

La realidad es que España ha sido un modelo a seguir en política energética a pesar de sus políticos. Quizás sea debido a la calidad de nuestra ingeniería. A pesar de tropezones evitables como este, causados por la política y el nepotismo, hemos liderado la transición energética a nivel mundial con muchos aciertos y algunos errores que podrían haberse evitado. Pocos países pueden presumir de ello.

Podemos aprender mucho del gran apagón para no tener que recetar Lexatin a los operadores de Red Eléctrica.

¿Están los políticos por la labor? Se admiten apuestas.

*José María de la Viña, Dr. ingeniero naval y oceánico.

No me gustaría estar en el pellejo de los operadores de la sala de control de Red Eléctrica. Alguien les deberá compensar el estrés y los nervios. Quizás la dimisión de quien se los ha provocado. Estoy convencido de que son magníficos profesionales que saben la que les caía encima y habrían avisado a sus superiores con tiempo, incluso décadas. El problema es que no hay nadie al mando de la gestión del sector eléctrico español más allá de monos, o monas, excesivamente bien pagados. O pagadas.

Portugal Unión Europea Red Eléctrica de España (REE)
El redactor recomienda