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Y, mientras, un país se acerca sigilosamente al TOP-10 mundial...
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Alberto Artero

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Y, mientras, un país se acerca sigilosamente al TOP-10 mundial...

Antes de ayer, como quien no quiere la cosa, mientras Rajoy se enzarzaba en esa disputa verbal contra Monti y Sarkozy que habíamos alentado desde estas

Antes de ayer, como quien no quiere la cosa, mientras Rajoy se enzarzaba en esa disputa verbal contra Monti y Sarkozy que habíamos alentado desde estas mismas líneas el pasado martes, David Cameron aterrizaba en Indonesia y realizaba al pié del avión unas declaraciones a la BBC en las que declaraba que el país asiático está llamado a ser una de las diez mayores economías del mundo. Un comentario que la fuerza de los hechos se está empeñando en dotar de veracidad. No en vano, este año entrará en el club de aquellos cuyo PIB supera el billón de dólares, integrado a día de hoy por solo 14 miembros (The Economist, The Komodo Economy, 18-02-2012).

Pongamos solo dos ejemplos extraídos de la prensa económica internacional ayer, día en el que la resaca de la nueva amenaza de tsunami en la provincia de Aceh acaparó buena parte de los titulares del resto de los medios de comunicación sobre el tigre asiático. 

Financial Times: Prudential´s competitors play catch-up in Indonesia. La compañía aseguradora factura solo en Indonesia lo mismo que en toda Asia apenas cuatro años atrás y considera este mercado como “el más prometedor del mundo” para su negocio, visión coincidente con la de Moody´s. Teniendo en cuenta la subsidiaridad en la prelación del seguro en los clientes frente a otros productos financieros, no deja de ser una señal.

Wall Street Journal: Indonesian ban could be turning point for Nickel. La noticia hace referencia a la prohibición de exportaciones de níquel a fin de poder atender las necesidades internas. Una intervención que suscita dudas sobre la fiabilidad del gobierno y la apertura de su economía pero que pone también de manifiesto el momento industrial en el que se encuentra la nación.

Varios son los factores que se encuentran detrás de tal oleada de optimismo. En primer lugar una dinámica demográfica envidiable, con cerca de 250 millones de habitantes y una pirámide poblacional tradicional, ancha en la base. En esa misma línea, el escaso desarrollo de un estado del bienestar al uso ayuda a las finanzas públicas (el déficit apenas supera el 1,5% sobre el PIB mientras que la deuda supera por poco el 30%) y estimula el carácter emprendedor de sus ciudadanos. Fruto de ello es una baja tasa de paro y unas rentas crecientes que han llevado al florecimiento de una prometedora clase media. En 2012 se espera un aumento de su PIB superior al 6% impulsado por la demanda interna con una inflación por debajo del 5%. Frente a otros comparables regionales, las exportaciones apenas suponen el 26% de su PIB. Aún así tiene superávit en la balanza de pagos y acumula importantes reservas en moneda extranjera (Darmin Nasution, Gobernador del Banco de Indonesia; Indonesia, Sustaining Growth during Global Volatility, 13-02-2012).

Pese a ello sigue siendo para S&P bono basura, mientras que Moody´s y Fitch ya le atribuyen investment grade. El recuerdo de su default en 1999 pesa, de acuerdo con la agencia, sobre su credibilidad. No contribuye a mejorarla el problema del riesgo regulatorio que se manifiesta en medidas que van desde la subvención a los carburantes, pasando por la restricción del crédito o la acción sobre activos estratégicos que acabamos de comentar (FT, Indonesia curbs foreign mine licenses, 08-03-2012). A ello se une un largo historial de turbulencias sociales derivadas de su filiación religiosa, el elevado grado de corrupción política y la concentración de los principales conglomerados nacionales en manos de la administración y de una oligarquía empresarial familiar. Las recientes protestas laborales ponen, además, en riesgo su competitividad.

Aún así, Indonesia se está convirtiendo en la perla más buscada por los inversores internacionales para posicionarse en distintos tipos de activos. Así, la renta fija soberana está en el punto de mira como parte de un cambio de percepción no solo local, sino regional que logre equilibrar el papel en la economía real de estas naciones (27% del output mundial) y su escasa presencia en los mercados financieros (FT, Debt managers call on agencies to reasses Indonesia, 13-02-2012). Los gestores de capital riesgo están siguiendo una senda similar, tanto en el ámbito corporativo como en el de las infraestructuras (WSJ,  Indonesia draws Private-Equity interest, 14-03-2012). Más dudas hay sobre su bolsa después de tres años consecutivos de comportamiento excepcional que han llevado su valoración a niveles excesivos, un 50% por encima de sus comparables emergentes mitigado en parte por sus mejores perspectivas de crecimiento (FT, Investors fear end to Indonesia equity rally, 17-02-2012). Sea como fuere, la inversión directa extranjera alcanzó los 19.300 millones de dólares en 2011, una cifra récord.

Mantengan, por tanto, a Indonesia en el radar. No todas las puertas se cierran. Un país en ebullición que, además, sigue teniendo la población más feliz del mundo. ¿Se puede pedir más? (The Economist, Measures of well-being: Chilled out, 25-02-2012).

Buen fin de semana a todos.

Antes de ayer, como quien no quiere la cosa, mientras Rajoy se enzarzaba en esa disputa verbal contra Monti y Sarkozy que habíamos alentado desde estas mismas líneas el pasado martes, David Cameron aterrizaba en Indonesia y realizaba al pié del avión unas declaraciones a la BBC en las que declaraba que el país asiático está llamado a ser una de las diez mayores economías del mundo. Un comentario que la fuerza de los hechos se está empeñando en dotar de veracidad. No en vano, este año entrará en el club de aquellos cuyo PIB supera el billón de dólares, integrado a día de hoy por solo 14 miembros (The Economist, The Komodo Economy, 18-02-2012).