Al Grano
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Cumbre del Clima, un regalo para Sánchez
Nunca tuvo tanta y tan inmediata rentabilidad la visita de un mandatario extranjero, como el paso por Moncloa del presidente chileno, Sebastián Piñera
La ONU acaba de rematar el balón que había dejado botando el presidente de Chile, Sebastián Piñera, tras su paso por Moncloa. Nunca tuvo tanta y tan inmediata rentabilidad la visita de un mandatario extranjero a nuestro país.
La sobrevenida celebración en Madrid de una cumbre mundial del clima, a primeros de diciembre, es un anticipado regalo de Navidad para la imagen de España. Y un motivo de suplementaria exigencia a la clase política cuando, justamente por esas fechas (del 2 al 13 de diciembre) esté buscando la forma de garantizar la gobernabilidad de la Legislatura recién nacida.
Si para lograrla tras el recuento electoral del 10 de noviembre se hace ineludible la complicidad de los dos grandes partidos, PSOE y PP, como algunos sondeos anuncian, será un buen campo de pruebas la imprescindible colaboración de Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, en manos del PP, con el Gobierno central, que entonces seguirá en funciones en manos del PSOE, para que la cumbre del clima sea un éxito internacional.
A Pablo Casado le ha faltado tiempo para mostrarse encantado con la noticia. Pero, como estamos en campaña, también ha tachado de "cínico" a Sánchez por "querer dar lecciones al mundo" cuando no ha sido capaz de garantizar la seguridad de un partido Madrid-Barça ni actuar ante la violencia que se está produciendo en Cataluña. "Haga usted sus deberes y deje de dar lecciones en países que están sufriendo la misma violencia que en Barcelona", dijo ayer el líder del PP.
La cumbre será motivo de suplementaria exigencia a la clase política cuando por esas fechas esté tratando de asegurar la gobernabilidad
A la ONU le impresiona menos que a Casado el lanzallamas de Torra. Nada en absoluto si se compara con los sangrientos disturbios de Chile. Se ha entendido que España ofrece el marco seguro, pacífico y moderno que necesitan las 25.000 personas, de casi doscientos países, movilizadas en torno a la llamada COP25. Es buena noticia para nuestro país y la UE. Se verán obligados a reforzar sus respectivos compromisos en materia de transición ecológica. Cierto. Pero aquí y ahora, la noticia es todavía mejor para los intereses electorales del PSOE.
A Pedro Sánchez le ha caído del cielo en plena campaña del 10-N. Por el contrario, puede acabar de arruinar la causa del soberanismo catalán. Si pretendía hacer visible a los ojos del mundo su cólera por la sentencia del Tribunal Supremo, ha hecho un pan de obleas, pues la ONU no parece conmovida por el vandalismo televisado en las calles de una concreta ciudad española. O no tanto como para haber detectado en España los mismos problemas que detectó en Chile (veinte muertos por los disturbios en distintas ciudades) y que impidieron la celebración de la cumbre del clima en ese país hispanoamericano.
Casado tacha de "cínico" a Sánchez por no actuar en Cataluña y dar lecciones "en países que están sufriendo la misma violencia que en Barcelona"
El independentismo tendrá ahora la ocasión de encajar sus aspiraciones tribales en la universalización de la lucha global contra el cambio climático. No descartemos que sus agitadores se atrevan a hacerlo, por muy escandalosamente desigual que resulte la comparación: ¿Cómo colar la conquista de una frontera interior al sur de los Pirineos en la aspiración multilateral de afrontar el mayor desafío al que se enfrentan las generaciones presentes y futuras?
La ONU acaba de rematar el balón que había dejado botando el presidente de Chile, Sebastián Piñera, tras su paso por Moncloa. Nunca tuvo tanta y tan inmediata rentabilidad la visita de un mandatario extranjero a nuestro país.