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Lambán y el antisanchismo que no sale del armario
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Antonio Casado

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Lambán y el antisanchismo que no sale del armario

El presidente aragonés envenena los sueños de quienes se siguen preguntando: ¿Cuándo se jodió el PSOE?

Foto: El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán. (EFE/Javier Cebollada)
El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán. (EFE/Javier Cebollada)
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El presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón y líder socialista de la región, Javier Lambán, representa la mala conciencia del sector antisanchista del PSOE que no acaba de salir del armario. Y cuando parece que va a salir, matiza sus palabras (ayer, en conversación con Alsina, Onda Cero) después de haber recibido una llamada del secretario de Organización, Santos Cerdán.

Que el PP forzara el voto por llamamiento para que los diputados socialistas se retratasen ante el borrado de la sedición en el Código Penal produjo el efecto contrario. La obediencia debida en este PSOE decomisado por el personalismo de Pedro Sánchez es el precio por el uso y disfrute de un escaño.

Foto: El presidente de Aragón, Javier Lambán. (EFE/Javier Belver)

A diferencia de lo que ocurre con los diputados, inscritos en una lista de partido cerrada, los llamados "barones", para bien o para mal, tienen facturación propia en las urnas. Y si está por encima de la media de su partido, como marca electoral, tenderán al desmarque (en los últimos comicios gallegos Feijóo arrinconó la marca PP en su personal discurso ganador).

Es el caso de Lambán. No quiere que su cartel electoral se asocie a las causas de la caída de las siglas a escala nacional. Y mucho menos cuando está llamado a comparecer ante sus votantes en las urnas de mayo. Por eso deja claro que sus amigos no son los amigos nacionalistas de su jefe político, con explícita referencia a los perjuicios que causa a la comunidad aragonesa el obsequioso discurso de Sánchez con el independentismo catalán.

Eso lo ha dicho antes y después de matizar (¿o fue una marcha atrás?) su declaración de que a este país nuestro le hubiera ido mejor si el asturiano Javier Fernández, hubiera elevado a definitivo su liderazgo provisional como presidente de la comisión gestora (octubre 16-junio 17), de modo que Sánchez nunca se hubiera convertido en el heredero de Pérez Rubalcaba en la secretaría general del partido.

No quiere que su cartel electoral se asocie a las causas de la caída de las siglas a escala nacional

Por aquel entonces, Fernández barría en la escala de valoración de líderes nacionales y seducía en los circuitos políticos y mediáticos con sed de centralidad. Pero él siempre dijo que, si insistían en pedirle que diera el paso, se amarraría al palo mayor al grito de "¡no es no!". Ahora ese malogrado futurible envenena los sueños de los socialistas abonados a la pregunta de cuándo se jodió el PSOE.

Lambán lo tiene claro. Fue cuando Sánchez renació de sus cenizas, tras su caída en octubre de 2016, con su triunfo sobre la andaluza Susana Díaz en mayo de 2017. En aquel interregno de nueve meses, el PSOE (sin Sánchez, que renunció al escaño) facilitó con su abstención la investidura de Rajoy para evitar la inestabilidad con una repetición de elecciones.

Luego vendría su enfrentamiento son Susana Díaz en primarias (mayo de 2017). "Si pierdo, no seguiré en política. Mi puerta giratoria es mi hogar", dijo, pero ganó, apuntando ya un peligroso acercamiento a Podemos y los nacionalistas, mientras la dirección interina del partido defendía la política de "oposición útil" al Gobierno de Rajoy en algo parecido a una coalición de "facto" que funcionó como clave de la estabilidad política de España en la Europa de las incertidumbres, mientras que el eventual retorno de Sánchez al sillón de Ferraz.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado de varios presidentes autonómicos, incluyendo a Javier Lambán (3i), durante una reunión del Consejo Político Federal del PSOE. (EFE/Javier Belver)

Se trataba de elegir entre dos maneras de gobernar. Una, como la entendía la gestora: centralidad y compromiso con la CE. Otra, como la entendía Sánchez (plural, federal, laica, feminista…). "Si Javier Fernández se hubiera mantenido, en vez de convocar las primarias que encumbraron a Sánchez, tendríamos otra visión del país, no la que tenemos ahora de “constantes cesiones a los nacionalismos", ha dicho Lambán.

Tras las últimas elecciones generales (noviembre de 2019), el ya presidente Sánchez vio cumplido el sueño largamente acariciado de formar una mayoría con declarados enemigos del Estado y del régimen del 78. Justamente lo que el desaparecido Rubalcaba, identificado con las tesis del asturiano Fernández, acabaría bautizando como el Gobierno Frankenstein.

Es importante recordar que en el famoso comité federal del 1 de octubre de 2016 ("el comité de Puerto Urraco", según lo calificó Antonio Hernando, que ahora trabaja para el estado mayor de Sánchez), Lambán fue uno de los dirigentes socialistas más agresivos (verbalmente, se entiende) con los patéticos esfuerzos de Pedro Sánchez por superar el rechazo del que había sido objeto en el seno del principal órgano de dirección del partido entre congresos.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, durante un pleno del Congreso. (EFE/Javier Lizón)

Si me remito a todos estos antecedentes es para que el lector decida si Lamban ha sido más sincero al declararse objetor de Sánchez o al considerar poco después que tal vez no estuvo muy afortunado y que, "aunque discrepando en algunas cosas, cuenta con toda mi lealtad y apoyo".

El presidente de la Comunidad Autónoma de Aragón y líder socialista de la región, Javier Lambán, representa la mala conciencia del sector antisanchista del PSOE que no acaba de salir del armario. Y cuando parece que va a salir, matiza sus palabras (ayer, en conversación con Alsina, Onda Cero) después de haber recibido una llamada del secretario de Organización, Santos Cerdán.

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