Es noticia
Podemos entra en fase menguante
  1. España
  2. Al Grano
Antonio Casado

Al Grano

Por

Podemos entra en fase menguante

Hasta aquí llegó la huella tóxica del narcisismo-leninismo de Iglesias, después de haber repetido conductas de la vieja clase política

Foto: Ione Belarra e Irene Montero en un pleno en el Congreso. (EFE/Zipi Aragón)
Ione Belarra e Irene Montero en un pleno en el Congreso. (EFE/Zipi Aragón)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El jueves pasado fue el peor día en la vida de la ministra de Igualdad, Irene Montero, según propia confesión. Su obra predilecta, la ley del sí es sí, acababa de ser demolida por una inesperada conjura bipartidista casi a la misma hora que el CIS ninguneaba a Podemos frente a Sumar, el partido de moda a la izquierda del PSOE.

Se alquilan balcones para presenciar el eclipse de los morados. Magariños tapa la declinante estrella de Vistalegre. No es un réquiem, pero casi, porque hay mohína donde cada vez hay menos harina. Lo diga Tezanos o su porquero, la niña bonita de la izquierda es Yolanda Díaz, y Podemos entra en fase menguante. Los indignados del 15-M son ahora los gruñones de Iglesias, mientras que su original e ilusionante fuerza dinamizadora está con Sumar en los principales yacimientos territoriales de votos (Madrid, Valencia y Cataluña, con otras marcas).

Foto: Ada Colau y Yolanda Díaz. (Sergio Beleña)
TE PUEDE INTERESAR
Tezanos infla a Sumar y le da un tercio de los votos de Iglesias en plena guerra de la izquierda
C. Rocha A. López de Miguel V. Romero. Valencia

Hasta aquí ha llegado la huella tóxica del narcisismo-leninismo de Iglesias Turrión, después de haber repetido los comportamientos de sus predecesores en el ejercicio de la política. Bien viva está la rebeldía de la candidata a la presidencia de Asturias. Covadonga Tomé, que no oculta su simpatía por el proyecto de Yolanda Díaz, se encerró en la sede del partido en Gijón junto a un grupo de afines para exigir que la dirección nacional y regional respete la lista elegida en primarias. En vez de explicar el dedazo contra uno de los elegidos, Ione Belarra recomienda a Tomé que se centre en hacer campaña.

No solo es la falta de democracia interna lo que se ha heredado de la vieja política entre quienes vinieron a acabar con la "casta" al grito de "no nos representan". Manuel Cruz hablaba en su último artículo de sectarismo, amiguismo, nepotismo, hiperliderazgo y, en general, falta de ejemplaridad. Como remate, "autoritarismo" y "machismo", que son las flores dedicadas hace unos días a Iglesias por la vicepresidenta del Gobierno y abanderada del proyecto Sumar, Yolanda Díaz.

En la deriva que le imprimió Iglesias después de deshacerse de los cofundadores, Podemos va a pasar a la historia líquida del pasado más reciente como uno de esos desvaríos que, según decía Gramsci, suelen surgir cuando lo viejo no acaba de irse ni lo nuevo acaba de llegar. Desde su formidable techo del 21% de votos en las elecciones generales de 2016 (cinco millones, se dice pronto, cuando Bescansa, Errejón y otros todavía no se habían caído de la foto), la facturación de la marca en las urnas no ha hecho más que descender: 15,8% y 12,8% en las siguientes de abril y noviembre de 2019. Hasta ese pobre 6% que le augura la media aritmética de todas las encuestas publicadas de cara a las elecciones generales de diciembre.

Podemos ya es la quinta fuerza del 'ranking' político nacional y no será el componente principal a la izquierda del PSOE

Una simple apuesta por la empatía, la transversalidad y el pragmatismo a la hora de resolver los problemas reales de la gente (doctrina Yolanda, aún por contrastar, que esa es otra), ya malograda cuando en su día la planteó desde dentro Íñigo Errejón, ha servido para desbordar lo que hoy por hoy representa el "cascarrabias" Iglesias y las humilladas ministras Belarra y Montero, compañeras mártires del banco azul.

Atrás queda la aversión al régimen del 78, su condescendencia con el desafío independentistas, su aversión a la monarquía y su apremiante querencia por un proceso reconstituyente. Pero ese declinante Podemos, que acusa al PSOE de ser "el partido de la guerra" y traicionar los derechos de la mujer de la mano del PP, ni siquiera ha sido capaz de llevar al BOE su confusa doctrina sobre el solo sí es sí en las relaciones sexuales.

Bueno, en realidad lo consiguió, pero generando males mayores: los famosos "efectos indeseados" que han puesto en peligro la continuidad de Sánchez en la Moncloa. Hasta el punto de que la parte socialista de la coalición decidió echar abajo la ley con la complicidad de la derecha. Y está a un paso de conseguirlo, una vez que el Senado dé su conformidad, como ya la dio el Congreso el jueves pasado, en el peor día de la vida de la ministra Irene Montero, justo cuando una encuesta del CIS nos hacía saber que Podemos ya es la quinta fuerza del ranking político nacional y no será el componente principal a la izquierda del PSOE en el caso de que se reconstruya el pedestal de Sánchez.

El jueves pasado fue el peor día en la vida de la ministra de Igualdad, Irene Montero, según propia confesión. Su obra predilecta, la ley del sí es sí, acababa de ser demolida por una inesperada conjura bipartidista casi a la misma hora que el CIS ninguneaba a Podemos frente a Sumar, el partido de moda a la izquierda del PSOE.

Unidas Podemos Elecciones municipales y autonómicas
El redactor recomienda