Caza Mayor
Por
Andorra la Vella, Madrid la Corrupta
En 2014 publicábamos: "Los banqueros andorranos tienen un problema, y también es del 5%". Nos equivocamos. Las coima que se llevan al bolsillo no son del 5%. No, son muy superiores
El 29 de septiembre de 2014 publicábamos un artículo con el siguiente titular: “Los banqueros andorranos tienen un problema, y también es del 5%”. Recibimos algunos correos electrónicos remitidos desde el Principado tildando la información de sesgada y poco ajustada a la verdadera imagen de este pequeño y sugerente país que se levanta en los Pirineos. Efectivamente, seis meses después no podemos más que reconocer que nos equivocamos. Las coimas que se llevan al bolsillo los banqueros andorranos no son del 5%. Son muy superiores. Son de esas que resultan harto complicado cuantificar por tanto trasiego de maletines y fajos de billetes de quinientos de un lado a otro de la frontera.
La ahora intervenida Banca Privada d’Andorra (BPA) empezó a ser conocida hace un año por la opinión pública a raíz de un pantallazo con las cuentas ocultas de la familia Pujol. La cúpula del banco atribuyó entonces la filtración a una campaña orquestada por el Estado español para desacreditar al expresident, al proceso soberanista y hasta al mismísimo Barça.
En una conversación con El Confidencial, el consejero delegado de BPA, Joan Pau Miquel Prats, interpretaba así los informes de la UDEF sobre la entidad y el clan Pujol: “El Estado español ha tratado de cargar las tintas contra el soberanismo y la familia. Ha montado un lío espectacular y nos ha metido por medio”, manifestaba el CEO. “Los informes de los Pujol no existen, son sólo material de guerra, material que fabrican para crear un estado de opinión. La policía no los entrega al juzgado. Ni firma los informes, ni los lleva al juzgado. ¿Por qué no lo hace?”.
El pasado viernes, a las nueve de la noche, tres patrullas de la policía del país pirenaico rodeaban el domicilio de Miquel Prats y se lo llevaban detenido. El departamento del Tesoro de los Estados Unidos acusaba a los directivos de BPA de cobrar “sobornos” y “comisiones exorbitantes” de redes de crimen organizado, corrupción y tráfico de seres humanos, tales que el chino Gao Ping, el ruso Andrei Petrov o la petrolera venezolana PDVSA.
A las autoridades norteamericanas les ha ocurrido con BPA lo mismo que a los antropólogos con Cervantes en el convento de las Trinitarias, que se han puesto a escarbar, y a escarbar, y han comenzado a salir restos óseos por doquier. Según publican diversos medios, la cúpula de Banca Privada d’Andorra habría cobrado más de tres millones de euros de comisiones desde 2011 por ‘centrifugar’ dinero negro y hacer de testaferros en Panamá y Hong Kong.
A las autoridades les ha ocurrido con BPA lo mismo que a los antropólogos con Cervantes: se han puesto a escarbar y han salido restos óseos por doquier
Joan Pau Miquel Prats era la mano derecha de los hermanos Cierco, Higini y Ramón, presidente y vicepresidente, respectivamente, auténticos factótums de la entidad, pertenecientes a esas familias andorranas de raigambre, caso de los Cerqueda, Reig, Mora, Ribas, etcétera, que miden sus fuerzas por el número de edificios emblemáticos de los que son titulares. Higini Cierco forjó buena parte de su fortuna gracias a unos ‘no siempre claros’ negocios de tabaco; Ramón Cierco, por su parte, está volcado en el Fútbol Club Barcelona, donde es miembro de la junta y responsable de Fútbol Base.
Las familias andorranas se encuentran en estado de shock, tratando de analizar lo ocurrido en aquel país con el nihil obstat de Toni Martí, actual jefe del Gobierno. Todavía no son muy conscientes de que algunos de esos señores con los que comparten mesa y mantel en Via Veneto pueden dar con sus huesos en la cárcel y que el sector financiero del Principado, con 45.000 millones bajo gestión y 25.000 en balance para un país cuyo PIB apenas alcanza los 2.500 millones, se encuentra a un paso de colapsar. El juguetito fiscal, se malician, está tocando a su fin (Montoro dixit).
Además de Andorra la Vella, también ha habido una Andorra fiscalmente deducible, una Andorra corrupta cuyo hedor impregna las calles de Barcelona y llega hasta el Camp Nou, cada vez más cercado por los escándalos, donde los directivos del equipo blaugrana hacían negocios con la Venezuela de Chávez y Maduro como el que extiende un cheque al portador al fontanero.
Pero el hedor no se circunscribe sólo a Andorra y Barcelona. No termina ahí. También alcanza a la capital de España, al Banco Madrid, filial de Banca Privada d’Andorra, con sede en Paseo de la Castellana, número dos.
[En imágenes: "La noche más larga del Banco de Madrid"]
Nombres ilustres del madrileñeo financiero –la mayoría adscritos al ‘ala socialista’– se han visto salpicados por el escándalo, como sucede con José Pérez, presidente de Banco Madrid, y su consejera Soledad Núñez. El primero hizo carrera en Intermoney, la sociedad de valores de donde salieron altos cargos del Gobierno socialista tales que David Vegara y Carlos Arenillas. La segunda pertenece al ‘club de los minesotos’, ese grupo de economistas que comandaba Miguel Sebastián, formado en la Universidad de Minnesota y adscrito a Economistas 2000, movimiento que asesoraba a Zapatero en los años de oposición. Javier Vallés, su marido, ostentó el cargo de director de la Oficina Económica de Moncloa con el PSOE.
Ambos han visto llenar de máculas su pedigrí después de que el Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (Sepblac), a rebufo del Tesoro USA y para no quedar en evidencia ante las autoridades norteamericanas, haya denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción a todo el equipo gestor de Banco Madrid por blanqueo de capitales y otras operaciones sospechosas. El informe del Sepblac señala a 23 políticos y empresarios españoles con cuenta en el banco de José Pérez y Soledad Núñez. A estas alturas podemos llegar a la conclusión de que nada ni nadie eran lo que parecían. Ni siquiera los 'minesotos'.
El 29 de septiembre de 2014 publicábamos un artículo con el siguiente titular: “Los banqueros andorranos tienen un problema, y también es del 5%”. Recibimos algunos correos electrónicos remitidos desde el Principado tildando la información de sesgada y poco ajustada a la verdadera imagen de este pequeño y sugerente país que se levanta en los Pirineos. Efectivamente, seis meses después no podemos más que reconocer que nos equivocamos. Las coimas que se llevan al bolsillo los banqueros andorranos no son del 5%. Son muy superiores. Son de esas que resultan harto complicado cuantificar por tanto trasiego de maletines y fajos de billetes de quinientos de un lado a otro de la frontera.