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¿Asalto independentista a la Fundación la Caixa?
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Nacho Cardero

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¿Asalto independentista a la Fundación la Caixa?

Quién se resiste a pensar en un pacto de Sánchez con ERC para que el primero se mantenga en el poder a cambio de que los segundos se hagan con la presidencia de la fundación

Foto: Pere Aragonès y Pedro Sánchez. (EFE)
Pere Aragonès y Pedro Sánchez. (EFE)
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Pronosticaba Pablo Pombo con clarividencia distópica que el País Vasco tendrá más pronto que tarde un lendakari de Bildu gracias al blanqueamiento realizado desde el Ejecutivo central a la formación 'abertzale'. En Cataluña, ocurrirá algo similar. No en la Generalitat, donde los nacionalistas ya mandan con guante de seda y puño de hierro, sino en la Fundación Bancaria la Caixa, la institución en la sombra de más poder que hay en España y oscuro objeto de deseo de los independentistas.

Después de un siglo de su nacimiento, la fundación sigue siendo la primera de España, la segunda de Europa y una de las más importantes del mundo. Desde ahí se manda en Criteria y, desde Criteria, en CaixaBank, Naturgy y bastante en Telefónica. Ahí es nada.

Si los secesionistas se hicieran fuertes en esta institución, sería como controlar un pedazo notable del Ibex 35

Si los secesionistas se hicieran fuertes en esta institución, sería como controlar un pedazo notable del Ibex 35 para, quién sabe, después hacerlo implosionar. La cuestión no resulta baladí. Si Otegi se apresta a aprobar los Presupuestos con vistas a la excarcelación de los presos, sabiendo de la dependencia parlamentaria del PSOE, quién se resiste a pensar en un pacto de Sánchez con ERC para que el primero se mantenga en el poder a cambio de que los independentistas se hagan con la presidencia de la fundación.

No se habla de otra cosa en el ‘todo Barcelona’, que es algo parecido al ‘todo Madrid’ pero pasado por el diván del ‘procés’. Contaba este fin de semana Marcos Lamelas en El Confidencial que fue el actual 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, quien solicitó a Isidre Fainé que devolviese la sede de la Fundación la Caixa a Barcelona. Hay que recordar que después del pseudo-referéndum del 1-O de 2017, el grueso de las empresas catalanas puso pies en polvorosa. Fainé dijo no a la petición de Aragonès y aquí paz y después gloria.

A los secesionistas no solo les gustaría que la sede regresase de Palma de Mallorca a Barcelona, sino que también quedase bajo el paraguas de la Generalitat y así emplearla como brazo económico para su acción de gobierno. Todo ello pese al perfil bajo que mantiene Aragonès, muy cauto a la hora de elegir las batallas que puede entablar, y pese a los obstáculos legales de la maniobra. No hay que olvidar que fue un ex de Caixa, José María Nin, quien, en el año 2014, como consecuencia de la ley de cajas, se encargó de que la fundación bancaria fuera de ámbito estatal en vez de estar bajo la disciplina del Govern. Esto, que no ocurre en otros entes similares, nunca ha sido bien visto por los gerifaltes nacionalistas. Nin supo intuir por dónde soplaba el viento.

Giró no es dueño de su destino, en tanto en cuanto vicario de Waterloo, pero es amo y señor de las finanzas de la Generalitat

La cosa no pasaría de mera especulación si no fuera porque hay un 'conseller', Jaume Giró, que se encarga de extender la especie. Así lo recuerdan los asistentes a las jornadas del Cercle d’Economia. Giró fue mano derecha de Fainé y director general de la fundación hasta quedar laminado sin piedad tras ser acusado de quintacolumnista del 'procés', como luego quedaría acreditado. Defendió la permanencia de la institución en Barcelona ante el patronato a pesar de la declaración de independencia. Se quedó prácticamente solo en esta defensa. Fainé lo dejó a los pies de los caballos.

Contra todo pronóstico y por esas carambolas del destino, Giró se ha convertido hoy en un tipo poderoso. No es dueño de su destino, en tanto en cuanto vicario de Waterloo, pero es amo y señor de las finanzas de la Generalitat y tiene, al menos, dos años para tejer y destejer a su antojo con el beneplácito de Junts. Es un hombre despechado, por mucho que trate de ocultarlo. De eso es consciente La Caixa. También Fainé.

Tan es así que en la opa lanzada por el fondo australiano IFM sobre Naturgy, participada por Criteria, lo que más preocupaba a la fundación, casi tanto como una hipotética acción concertada con los otros dos fondos accionistas, CVC y GIP, que pudiera arrebatarles el control de la gasista, era la mera posibilidad de que Jaime de Siles, el joven responsable de IFM, hubiera podido reunirse con Giró para propiciar el asalto a Naturgy.

Foto:  El presidente de la Fundación "la Caixa", Isidre Fainé. (EFE)

Si la fundación se quedara sin Naturgy y sin el dividendo de esta, la estocada sería mortal para los intereses de Fainé. Tal y como reconoció en un comunicado, “el dividendo de Naturgy es un pilar fundamental de los ingresos que recibe la fundación y que destina íntegramente a su obra social, con la inversión de más de 500 millones de euros cada año”. De estos 500 millones, la energética que preside Francisco Reynés aporta más de 300 millones. De ahí la preocupación, casi obsesión, con la operación IFM y con Giró.

Las pretensiones de Giró, de Junts y quién sabe si de ERC, esto es, hacerse con el control de la fundación, no pasarían de mero brindis al sol si no fuera porque el Gobierno de la nación, que comanda Pedro Sánchez, depende del apoyo de los independentistas catalanes. Si estos últimos ponen la presidencia de la institución encima de la mesa a cambio de la estabilidad del Ejecutivo, habrá que atar a Sánchez muy firme al mástil para que no se deje llevar por los cantos secesionistas como en otras ocasiones.

De hecho, en la fundación estrechan lazos con Moncloa por lo que pueda pasar. El que más se opuso a la operación de IFM y más defendió la españolidad de Naturgy fue Iván Redondo, que ha salido con cajas destempladas del Ejecutivo. Fainé lo sabe y, por eso mismo, no termina de fiarse.

Pronosticaba Pablo Pombo con clarividencia distópica que el País Vasco tendrá más pronto que tarde un lendakari de Bildu gracias al blanqueamiento realizado desde el Ejecutivo central a la formación 'abertzale'. En Cataluña, ocurrirá algo similar. No en la Generalitat, donde los nacionalistas ya mandan con guante de seda y puño de hierro, sino en la Fundación Bancaria la Caixa, la institución en la sombra de más poder que hay en España y oscuro objeto de deseo de los independentistas.

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