Es noticia
Sánchez y el 28-M: no es el principio del fin, pero sí el fin del principio
  1. España
  2. Caza Mayor
Nacho Cardero

Caza Mayor

Por

Sánchez y el 28-M: no es el principio del fin, pero sí el fin del principio

Un fracaso que se barruntaba desde días atrás y que fue ya imposible de revertir una vez se supo de la polémica de las listas de Bildu y de la trama de la compra de votos que implicaba a los socialistas

Foto: Pedro Sánchez, después de votar este domingo en Madrid. (Reuters/Juan Medina)
Pedro Sánchez, después de votar este domingo en Madrid. (Reuters/Juan Medina)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

"Lo importante es diciembre". Todavía no habían abierto los colegios y en el entorno monclovita ya estaban echando balones fuera, como si la cosa no fuera con ellos, sabedores de lo que se les venía encima. No hay argumentario ni relato de los discípulos de Iván Redondo, auténticos maestros en la manipulación del lenguaje y el mensaje, que maquille la debacle de este domingo.

Ferraz parecía un cortejo fúnebre. Pedro Sánchez hizo mutis por el foro y prefirió seguir el recuento en la Moncloa, lo cual resultaba más que sintomático. El presidente del Gobierno aún se debe estar frotando los ojos por lo abultado de la derrota. No entiende semejante castigo a una persona que ha bordado la legislatura, con un sinfín de ayudas a los más desfavorecidos, impuestos a los ricos, una mesa de diálogo para pacificar Cataluña y, además, ese reconocimiento del que goza en Europa, solo a la altura del difunto Adenauer.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ejerce su derecho al voto en el colegio Nuestra Señora del Buen Consejo, este domingo. (EFE/J.J. Guillén)

Bastaría con que preguntase a los barones socialistas, que andan quejándose como hidra de siete cabezas, para encontrar una explicación. Los barones parten y reparten y no terminan de quedarse a gusto. Se lo advirtieron y no les hicieron caso.

El afán de los López de nacionalizar la campaña en vez de dar voz a los líderes territoriales no era la mejor idea, sobre todo teniendo en cuenta la pulsión anti-Sánchez que se respira en España. ¿No creéis que sería mejor dejar al presidente en Madrid y no darle tanto protagonismo?, preguntaron. Manzanas traigo, les respondieron. De aquellos coqueteos con ERC y Bildu vienen ahora estos lloros. Presidentes totémicos para el PSOE como Ximo Puig o Javier Lambán están a un paso de ser descabalgados.

Las críticas más crudas han venido del denominado fuego amigo, esto es, del fuego graneado de los cuarteles del PSOE, Santos Cerdán et alii, que se han pasado el fin de semana señalando a los gurús de la Moncloa, los López (Óscar y Patxi), como responsables de la pésima campaña realizada y, por ende, del fracaso electoral.

"El afán de los López de nacionalizar la campaña en vez de dar voz a los líderes territoriales no era la mejor idea"

A Bolaños, más quemado que la pipa de un indio, casi mejor ni mentarlo. Su rictus es el de un hombre que acaba de ver fantasmas. Su estrategia de ocultar los fallos con nuevas provocaciones ha gripado de tanto usarla. Entramos en un nuevo escenario, especialmente si interpretamos estos resultados como la primera vuelta de las generales que tendrán lugar a finales de este año. La conclusión es clara: el sanchismo entra en fase de descomposición.

Un fracaso, el de este 28-M, que se barruntaba desde días atrás y que fue ya imposible de revertir, una vez se supo de la polémica de las listas de Bildu y de la trama de la compra de votos que implicaba a los socialistas. Antonio Hernando y Paco Salazar tampoco han podido librarse de la quema. Sabiendo cómo se las gasta Sánchez, entiendo que todos ellos, incluido el propio Santos Cerdán, habrán puesto sus barbas a remojar.

Tres puntos de ventaja del PP en el total de las municipales son muchos puntos, una brecha que así, a primera vista y a falta de escasos meses para la gran contienda nacional, debería resultar insalvable, habida cuenta de que los socios del PSOE también se han desplomado. Las municipales son el mejor indicador (mucho más que las autonómicas) para identificar por dónde sopla el viento y poder hacer cábalas sobre quién dirigirá el país en los próximos cuatro años.

"Las municipales son el mejor indicador (mucho más que las autonómicas) para identificar por dónde sopla el viento"

Es la urna más completa, la única en la que votan todos los españoles adultos, la más definitoria. Lo decía Ignacio Varela este fin de semana: han sido cinco las ocasiones en las que, en este siglo XXI, las elecciones territoriales se celebraron unos meses antes que las generales. En todas ellas, excepto en 2007, el partido que salió victorioso en el voto municipal ganó luego la contienda nacional.

Y el mapa de esta España pos 28-M es el de un país teñido de azul, el color del PP. Una ilusión óptica que podría hacer pensar a un eufórico Feijóo que le están poniendo la alfombra roja hacia la Moncloa. Pero eso sería no conocer este país. Eso sería no conocer a Sánchez. El líder de los populares se equivocaría en grado sumo si se pusiera a lanzar las campanas al vuelo. En el mejor de los casos, podría parafrasear a Churchill: "Esto no es el fin. Ni siquiera es el principio del fin. Pero tal vez sea el fin del principio".

Con Sánchez, todo es al 50%. Todavía queda partido. Es cierto que el presidente está herido y que la presión de sus correligionarios será intensa. Le tienen ganas tanto fuera como dentro de su propio partido. Es el problema de ir dejando tantos muertos por el camino. Ahora bien, de ahí a que la capitulación esté próxima, hay un largo trecho. Sánchez tiene pocos escrúpulos y muchos conejos en la chistera, y como cualquier animal herido y acorralado, está lejos de dar la batalla por perdida.

"Lo importante es diciembre". Todavía no habían abierto los colegios y en el entorno monclovita ya estaban echando balones fuera, como si la cosa no fuera con ellos, sabedores de lo que se les venía encima. No hay argumentario ni relato de los discípulos de Iván Redondo, auténticos maestros en la manipulación del lenguaje y el mensaje, que maquille la debacle de este domingo.

Elecciones municipales y autonómicas
El redactor recomienda