Del retorno de Toni Cantó al golpe de gracia de Carlos Mazón al PSPV-PSOE

Se viene investidura en la Comunidad Valenciana. Carlos Mazón ya tiene cita para ser designado ‘president’ de la Generalitat con los votos de su partido, el PP, y los de Vox. Será este próximo jueves 13 de julio. Si todo marcha según el calendario previsto, el viernes o el sábado su nombramiento saldrá publicado en los boletines oficiales con la firma del Rey Felipe VI. Domingo o lunes, a lo más tardar, tomará posesión del cargo y anunciará su gobierno de nueve conselleries más la presidencia. Tres de ellas (Vicepresidencia con Cultura, aunque recortada, Agricultura y Justicia) serán para los de Santiago Abascal. De cómo gestione Mazón todo ese proceso y de los perfiles elegidos para ocupar las distintas carteras dependerá que Vox no vuelva a ser protagonista de los titulares valencianos en plena recta final de la campaña de las elecciones generales del 23 de julio.

El barón popular tiene esos días otro as en la manga, el de la Diputación de Valencia. La fecha marcada para su constitución es el viernes 14 de julio y el tiempo corre en contra de los socialistas, que han visto cómo una institución que creían controlada se les está resbalando entre los dedos por el giro en la posición del exsocialista Jorge Rodríguez. El alcalde de Ontinyent, empachado de rencor contra Ximo Puig, ha decidido que su partido comarcalista Ens Uneix vote a su propia candidata, Natàlia Enguix, negando así el solitario apoyo necesario para propiciar una mayoría de izquierdas en la corporación provincial.

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En esa decisión ha pesado mucho la alfombra roja de inversiones que Mazón, a través de sus enviados de la dirección regional, ha prometido a Rodríguez para la comarca (centros de salud, hospital, carretera autonómica…). El barón popular busca un golpe de gracia a los socialistas. El presidenciable del PSPV, Carlos Fernandez Bielsa, que el viernes quiso comer con Rodríguez para intentar convencerle de que cambie de opinión, hará mal en hacer un ‘o Bielsa o nada’ si la cosa sigue torcida para él y el absuelto del caso Alquería no se baja del caballo. Pese a las sospechas de pacto oculto con el PP, no votar a Natàlia Enguix y pedir a cambio compartir el gobierno elevará automáticamente al popular Vicente Mompó a la presidencia de la Diputación en virtud de la Loreg como sigla más votada. En política, los espacios que no ocupas tú, los ocupa el adversario. Y en este caso, además, sin necesidad inicial de Vox. Doble bonus para Mazón. Mal comienzo para Bielsa como aspirante a sucesor de Ximo Puig. Vamos a ver qué pasa esta semana.

Mientras tanto, en Génova ya han pedido informes sobre la decisión de ceder las competencias de Cultura a Vox a través de la figura del torero Vicente Barrera. Hay consenso en que el diestro no parece disfrutar de las capacidades propias para gestionar una área de este tipo, más allá de intentar agitar un puñado de guerras culturales y de pasarse unos cuantos meses aprendiendo a poner en marcha convenios de apoyo al universo taurino, un negociado hasta ahora tutelado por las diputaciones. De entrada, desgajar las competencias requerirá su tiempo, porque los servicios generales, subsecretaría, abogacía e intervención, eran compartidos con la Conselleria de Educación de la que ahora se pretenden escindir. Le ocurrió también a Compromís, que tardó casi una legislatura en entender cómo funciona la maquinaria burocrática de la Generalitat. El PSPV-PSOE, que había gobernado doce años antes de la primera era popular, llegaba con los deberes hechos.

De esas dudas sobre Barrera han surgido todo tipo de rumorologías y comentarios sobre sus posibles apoyos y nombramientos dentro de la nueva Conselleria con rango de vicepresidencia. Se da por hecho que aterrizará en Valencia algún enviado especial de Abascal para instalarse en el equipo del Palacio de Valeriola con la misión de tutelar y hacer visible en la medida de lo posible el discurso voxista en el gobierno de coalición. Es lo que ha ocurrido en la Presidencia de les Cortes, donde Llanos Massó ha estrenado como jefe de gabinete a Emilio Daniel Villarreal, procedente del Parlamento de Castilla y León.

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En ese baile han comenzado a circular nombres para la Secretaría Autonómica de Cultura o direcciones generales, como el de Inmaculada Gil Lázaro, quien ya fue directora de Teatres de la Generalitat en la anterior etapa del Partido Popular. Hermana del presidente provincial de Vox en Valencia y aspirante a la presidencia del Congreso tras el 23J, Ignacio Gil Lázaro, el principal handicap de Inmaculada es su parentesco si Vox decide finalmente colocar como consellera de Justicia a la abogada Belén Gil, hija de Ignacio, ahora en el despacho del penalista Pablo Delgado, letrado de Francisco Camps, entre otras tareas. Ignacio, Inmaculada, Belén… Demasiados Gil Lázaro como para no exponerse al reproche del nepotismo.

En ese déficit de cuadros vinculados al mundo de la cultura ven muchos pescando a Toni Cantó. El exUPyD, exCiudadanos y exOficina del Español de Isabel Díaz Ayuso se instaló de nuevo en Valencia hace unos meses. En su viaje ideológico interminable, Cantó ha ido lanzado guiños a Vox desde que se embarcó en el fallido proyecto de 7NN, la televisión de corte derechista que fundaron Marcial Cuquerella, Gonzalo Altozano y Fernando Paz. En plena campaña del 28M, el actor ya dejó cristalina su posición cercana a Vox en un debate de exportavoces invitado por la autonómica A Punt.

“Toni Cantó es uno de los que suena, pero su nombre está muy quemado y para él podría ser mucho más rentable colocar obras de teatro o proyectos de artes escénicas a la Conselleria”, afirma una persona que se mueve con un pie en la burguesía conservadora valenciana con intereses culturales y otro en el universo de los creativos. Cantó ya dirigió en la primera década de este siglo el Festival VEO, impulsado por el gobierno municipal de la fallecida Rita Barberá (PP).

Habrá que ver además, qué pretende hacer Barrera con las instituciones que van a quedar bajo su paraguas, todas ellas muy alejadas del imaginario de Vox. No se descarta incluso que terminen mutiladas del área de Cultura y terminen bajo control del PP. Son muchas las dudas. ¿Respetará a los directores y subdirectores todavía con contrato en vigor de entidades como el Institut Valencià de Cultura, Sagunt a Escena o el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) elegidos mediante proceso de concursos de selección? ¿Aplicará la política de cancelación de expresiones artísticas fuera del gusto ultraconservador como ya ha anticipado sin complejos Santiago Abascal? Pronto lo veremos.